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Se termina el festival que llevó buen cine al Este

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Las olas de Adrián Biniez

Cierre

Hoy se entregan los premios del encuentro de cine en Punta del Este

Un festival de cine exige un sacrificio. No uno físico (pese a que mantenerse despierto al final del día puede ser una condición elusiva), sino temporal. No se pueden ver todas las películas que uno quisiera y por eso, hay que saber elegir.

Así es que la cobertura de un evento como el Festival Internacional de Cine de Punta del Este, que tendrá su acto de cierre oficial hoy pero seguirá con varias proyecciones hasta el miércoles, resulta una experiencia diferente para cada uno de sus asistentes.

Las opiniones y favoritismos por una película u otra se ven alterados a medida que aparecen nuevas ofertas en la grilla diaria o un colega resulta convincente en fundamentar sus elecciones. Incluso la presencia de los realizadores de las películas participantes puede influir a la hora de elegir lo más destacado de la programación, gracias a los encuentros cara a cara que suelen revelar detalles no siempre visibles en la pantalla.

En su vigésima primera edición, el festival esteño no contó con presencias muy conocidas fuera del ámbito cinéfilo. Sí tuvo una grilla de títulos destacados que incluyeron varios estrenos latinoamericanos muy recomendables, al igual que películas premiadas por los Goya o reconocidas por la Academia encargada de otorgar los Oscar el próximo fin de semana.

La película que abrió el festival el domingo pasado, João, el maestro, demostró ser la opción adecuada a la hora de satisfacer por igual a autoridades del festival, críticos y espectadores con una biografía dramática que logra escaparse de las restricciones que suele tener el género cuando se concentra en reconstruir la vida y carrera de músicos célebres.

El relato sobre el pianista y director de orquesta João Carlos Martins, narrado mediante el guion y dirección de Mauro Lima, combina una recreación de época impecable a través de varias décadas y países (incluido Uruguay), buenas actuaciones y una prueba, en forma de película, del talento innegable del músico paulista. Su estreno en Uruguay sería aconsejable.

João, el maestro no fue la única sorpresa del festival. Al día de hoy, en el que se conocerán los resultados de la Competencia Iberoamericana del evento, una película parece tener las mayores chances de obtener el premio otorgado por el público: El último traje, dirigida por Pablo Solarz y protagonizada por el actor argentino Miguel Ángel Solá.

La presencia de Solá, quien presentó la película y participó durante varios días del festival junto a su esposa, la actriz española Paula Cancio, parece haber ayudado en la recepción del largometraje por el público, que en el día de exhibición brindó un emotivo aplauso y demostró su satisfacción a la hora de emitir su voto en una pequeña urna instalada en la salida de la Sala Cantegril de Maldonado.

Como Abraham, un viejo sobreviviente del Holocausto, Solá da uno de los papeles más memorables de su carrera en una película que logra emocionar pese a que el uso de otros personajes fuera del protagonista resulte un poco artificioso demás para la historia, que combina elementos de road movie con un drama familiar.

Una de las verdaderas estrellas del festival fernandino no fue un actor, sino un país. Chile se encuentra viviendo uno de los momentos más interesantes en su producción cinematográfica y la presencia de varios títulos interesantes en el evento lo demostró.

El premiado director chileno Silvio Caiozzi, quien fue homenajeado en el arranque del certamen, presentó en la sección de exhibiciones especiales (fuera de competencia) su película más reciente, Y de pronto el amanecer, con la que obtuvo el premio a Mejor Película en el último Festival Internacional de Montreal.

Con una propuesta ambiciosa en su duración (más de tres horas) y una temática en la que abunda el lirismo, Caoizzi construyó un relato cargado de personajes queribles que forman parte de un mundo cuasi ficticio creado por el protagonista, un escritor encarnado de forma afable por el actor chileno Julio Jung.

Otra selección chilena que llamó la atención fue Ausencia, un romance de época dirigido con fineza por Claudio Marcone y Liú Marino. Al frente de la película hay triángulo amoroso interpretado por Daniela Ramírez, Diego Noguera y Francisco Ossa, la película demuestra que el drama amoroso no solo debe estar remitido a los dramas victorianos del hemisferio norte.

La chilena Una mujer fantástica, que se exhibió ayer, llegó con una nominación al Oscar bajo el brazo y un favoritismo en crecimiento para llevarse el premio el próximo domingo. 

Pero la película de Sebastián Lelio no fue la única historia sobre un protagonista trans en el festival que valió la pena ver. La venezolana Tamara, que cuenta parte de la vida de la política trans de ese país Tamara Adrián, fue otra de las sorpresas gratas del festival.

Bajo la dirección de Elia Schneider, el actor Luis Fernández plasma la transición no solo física sino emocional y laboral que Adrián tuvo que superar antes de convertirse en una de las activistas por los derechos LGBT más reconocidas de Venezuela. Afortunadamente, el estreno de la película en Uruguay se encuentra en tratativas, según lo aseguraron la directora y el productor uruguayo Joseph Novoa a El País.

Desde América Latina sin dudas que una de las mejores películas del festival provino de Colombia y de la mano de la directora Laura Mora. Su película Matar a Jesús, en la que la hija de un profesor asesinado entabla una relación con su asesino, es un relato de venganza como pocos y una historia que se queda con uno durante varios días.

Mora no solo se adentra en el mundo de los sicarios colombianos desde una perspectiva alejada (a primera vista) del narcotráfico, sino que lo hace con una sórdida historia de atracción juvenil y escenas de una fotografía realmente llamativa de la mano de James L. Brown. Dos escenas, curiosamente con personajes transportándose en birodados, son de lo más hermoso que se vio en Punta del Este.

De Argentina, uno de los directores que ya es una presencia recurrente al certamen es Néstor Frenkel, quien trajo su nuevo documental Todo el año es Navidad. La película fue estrenada a nivel mundial en una exhibición en la Casa de la Cultura de Maldonado.

Como si fuera una película derivada de su anterior documental, Los ganadores (que trata sobre una peculiar subcultura argentina dedicada a la fabricación y entrega de premios), lo nuevo de Frenkel muestra los rostros detrás de los ciudadanos que cada diciembre se disfrazan de Papá Noel en Buenos Aires. Así como en los trabajos previos del documentalista, las risas son inmediatas al arranque de la película.

Uruguay, por su parte, tuvo a su máximo representantes con Las olas, la nueva película del argentino Adrián Biniez. El director y el equipo de la productora Mutante Cine presentaron la película el jueves en una sala casi llena del Cantegril.

El público uruguayo recibió lo nuevo del director de Gigante y El 5 de Talleres con aplausos y también con interrogantes, dada que se trata de la historia más experimental a la fecha del cineasta argentino.

Con Alfonso Tort (quien hizo una divertida aparición al final de la proyección como personaje) como un hombre capaz de recorrer diferentes veranos de su vida tan solo sumergiéndose en el mar, Biniez explora la memoria y las relaciones familiares, amorosas y de amigos en una película poco tradicional para el cine uruguayo pero valiosa en su intención y ejecución. Su estreno se espera para la segunda mitad del año. 

Fuera de América, la nipona El tercer asesinato es también uno de los títulos a rescatar de la programación de este año. Es un drama legal que hace cuestionar la memoria y la moral de sus personajes y está repleto de demostraciones de una destreza visual y narrativa excelsa del director Hirokazu Koreeda. Es más probable que su lanzamiento se de en plataformas de streaming que en salas locales. 

Otras películas que no pudieron ser vistas aún debido a la elección de las ya mencionadas, pero que cuentan con el aval de otros colegas de otros medios presentes en el festival, son Una especie de familia (Argentina), Como nuestros padres, Bio, Las dos Irenes (Brasil), Handia (España), Good Time: viviendo al límite (Estados Unidos) y Wajib (Palestina).

Con todavía unos días antes de su finalización total, el Festival Internacional de Punta del Este volvió a convertirse en una cita rica en su propuesta cinematográfica y desarrollo.

Su mayor virtud es la obligación a abrir la mirada hacia nuevas y menos célebres voces del cine que, si bien a veces están próximas en un sentido geográfico, a veces necesitan de instancias así para sentirlas realmente más cerca.

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