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Steve Carell, un actor que sabe hacer reír, habla del drama "Beautiful Boy"

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Steve Carell y Timothée Chalamet, de "Beautiful Boy". Foto: Archivo

EN CARTEL

Ya está en salas uruguayas Beautiful Boy. Siempre serás mi hijo, con Carell y Timothee Chalamet

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Como creció en un hogar muy académico, la actuación no estaba para nada dentro de los planes profesionales de Steve Carell. Fue el más chico de cuatro hermanos y creció en Acton, Massachusetts; su padre era ingeniero eléctrico y su madre, enfermera psiquiátrica. No tenían mucho dinero, pero sus padres valoraban la educación y se las arreglaron para que sus hijos asistieran a una escuela privada.

“Mi mamá trabajaba de noche”, recordó Carell, ahora de 56 años. “Sentía que les debía algo que sonara mejor que: ‘Voy a ser actor’. No me parecía una carrera válida en ese entonces. Quería decir palabras como ‘doctor’ o ‘abogado’, porque había escuchado que esas eran profesiones de verdad”.

Sin embargo, sucedió algo curioso después de la universidad. “Mis padres vieron lo mucho que me encantaba actuar, era algo que había hecho por diversión desde niño, y me dijeron: ‘Tienes que hacerlo’”, relató Carell.

Un trabajo de corresponsal en The Daily Show (1999-2005) lo llevó a obtener el papel de Michael Scott en el popular programa de comedia The Office (2005-2013), el cual lo hizo acreedor a seis nominaciones al Emmy como mejor actor de comedia. Todopoderoso (2003) lo dio a conocer en la pantalla grande, y Virgen a los 40 (2005) lo convirtió en una estrella de cine.

En años recientes ha estado demostrando sus habilidades como actor de drama, particularmente en la película basada en hechos reales Foxcatcher (2014), por la cual recibió una nominación al Oscar.

El último film que realizó, Beautiful Boy: Siempre serás mi hijo, es otra prueba de su talento histriónico. Se trata de la verdadera historia de la desgarradora experiencia de un padre (Carell) que observa cómo su hijo (Timothee Chalamet) se pierde en la drogadicción.

La película, que ya está en cartel en Uruguay, se basa en dos autobiografías: Beautiful Boy: A Father’s Journey Through His Son’s Addiction, de David Sheff y Tweak: Growing Up on Methamphetamines, de Nic Sheff.

“Una de las cosas que amé de los dos libros, y ahora de la película, es que son implacables”, dijo. “También son muy honestos y veraces. Ninguno intenta embellecer los hechos”.

Beautiful boy
VIDEO | Tráiler de "Beautiful Boy"

La trama sigue la debilitada relación entre un padre amoroso y un “niño bueno” que piensa que puede experimentar con las drogas. De un momento a otro, se sumerge de lleno en la vida de un adicto.

“Es la pesadilla de cualquier padre”, afirmó Carell, padre de dos adolescentes. “Créeme, cada noche desde que rodamos la película, he llegado a casa a abrazar a mis hijos fuertemente”.

La valentía de los autores, comentó, fue lo que más le impresionó. “Esta historia es tan íntima y fascinante que solo me queda sentirme agradecido de que los verdaderos David y Nic nos hayan confiado los relatos de sus vidas”, dijo Carell.

Para él era importante, al igual que para los Sheff, que se contara la historia sin emitir juicios.

“Creo que el elemento principal de esta película es el amor”, explicó el actor. “Habla sobre el amor entre los miembros de esta familia, y la dinámica compartida entre estas personas maravillosas que se quieren y se valoran en las buenas y en las malas”.

“Se trata del amor, amar sin juzgar, amar incluso cuando no puedes controlar lo que está sucediendo”.

Carell pasó algo de tiempo con el verdadero David Sheff, a quien describió como “valiente y más que generoso”.

“Incluso durante la filmación, nunca hizo un comentario sobre mi actuación o lo que se imaginaba que debía o podía hacer con el personaje”, señaló Carell. “Ya había entregado gran parte de su vida en los libros, y aún había mucho que deducir de las palabras que escribió”.

“Lo más útil de haber conocido a David fue que pude darme cuenta del tipo de persona que es y encontrar su esencia”, afirmó el actor. “Es afectuoso, empático y muy cariñoso. Quería que todo eso se reflejara en la pantalla”.

Carell admitió que como actor asume una responsabilidad adicional cuando interpreta a una persona de verdad, en lugar de un personaje ficticio.

“Quieres contar la historia como es debido”, explicó, “pero hay límites que no puedes rebasar, y eso es parte del desafío”.

La clave del film era la química entre el padre y el hijo. Para obtenerla, Chalamet tuvo que hacer varias audiciones para el papel de Nic.

“Fue la mejor audición de la historia”, confesó Carell. “No podría imaginar a nadie más en el papel. Es una excelente persona y un grandioso actor. Nos llevamos bien de inmediato”. El joven actor coincidió.

“Mi última audición fue con Steve, y esa fue la primera vez que nos conocimos”, dijo Chalamet en otra entrevista. “De inmediato lo sentí como una figura paterna, de la mejor manera posible. Me sentí protegido por él. Fue muy fácil crear la dinámica entre padre e hijo”.

“Además, me encanta The Office”, agregó. “De hecho, volví a ver la serie después de que terminamos de grabar y siempre que él aparecía yo decía: ‘¡Sí, ese es mi papá!’”.

La película no ofrece soluciones fáciles con respecto a la adicción, comentó Carell. “No es la típica versión cinematográfica en la que todo se resuelve perfectamente y se presentan preguntas sencillas con respuestas fáciles”, afirmó. “La realidad de la adicción es mucho más profunda. Los libros muestran un camino intenso y emotivo que realmente se basa solo en hablar, una y otra vez”.

“Después, cuando piensas que ya está bajo control, quizá no lo está”, dijo. “Tal vez solo te estás aferrando a una ilusión de control”.

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