Se estrenó una nueva película argentina, un thriller con Darín y Sbaraglia

Martín Hodara, el director de este thriller con ingredientes inquietantes, y Ricardo Darín (que es una parte importante de esa inquietud de la película) vienen trabajando juntos desde 1998 cuando se cruzaron en El Faro de Eduardo Mignogna, en la que Hodara era el encargado de la continuidad. De allí (además de trabajar juntos en El aura y Nueve Reinas de Fabián Bielinsky) pasaron a dirigir a cuatro ojos La señal, el proyecto que dejó inconcluso Mignogna y que resultó un correcto ejercicio de policial de época.

Nieve negra es la primera colaboración desde entonces entre Hodara —que acá dirige su opera prima en solitario— y Darín. Y el resultado los encuentra más cerca del territorio de Bielinsky —quien en El aura supo ser denso como lo consigue de a ratos Nieve negra— que de Mignogna. Es un buen thriller con cosas oscuras y un par de detalles sórdidos y es buen cine comercial argentino.

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El protagonista es, en realidad, el Marcos que compone Leonardo Sbaraglia, quien debe volver a casa a esparcir las cenizas de su padre, entre otros asuntos urgentes. Su casa está en el sur argentino (filmado en Andorra), en medio de la estepa invernal y allí está Salvador (Darín), su ermitaño y malhumorado hermano al que, encima, debe convencer de vender el millonario terreno a una multinacional. Marcos va con Laura (la española Laia Costa), su esposa embarazada y un personaje secundario que va ganando terreno en la historia.

Allí —rodeado de frío, nieve y un montón de feos recuerdos— el trío empieza una suerte de batalla sorda, donde por todos lados flota la idea de que algo muy espantoso debe haberse interpuesto entre estos tipos. Apuntes de un accidente de caza en el que murió un hermano y una hermana (Dolores Fonzi) que está en un psiquiátrico van dejando claro que lo que pasó no está bueno y todos terminaron siendo daños colaterales. Hay uno que entiende todo y otros que creen sabérselas todas. No es tan así.

Hodara presenta esa conjunción entre el pasado y el presente uniéndolos en una sola toma, generando la impresión de una cabaña encantada repleta de fantasmas. Cada una de esas apariciones aportan nuevos datos que explican algo de lo que está pasando. Es una película que está repleta de secretos y en la que es más lo que no se ve, que lo que se muestra.

Ese apunte sobrenatural y el silencio pesado que se vive en ese rincón del mundo, genera una tensión bien planteada que se apoya en un buen uso del sonido, una iluminación que tiende a lo oscuro y un diseño de producción que aumenta el aislamiento geográfico, moral y vital de la historia. Alguna resolución medio apurada se hace notar en un guión que, sin embargo, avanza sin fisuras.

Es una película de cámara y, como suele suceder en ese formato musical, cada instrumento debe entender el ritmo y la melodía. Darín, Sbaraglia y Costa están a la altura de la demanda.

El cine argentino tiene anunciados unos 80 estrenos para este año. Muchos llegarán a Uruguay. Hay películas de gente prestigiosa Lucrecia Martel (Zama, con producción de Almodovar y sobre libro de DiBenedetto), Santiago Mitre (La cordillera, con Ricardo Darín) Albertina Carri (Cuatreros), Israel Caetano (El otro hermano, con Hendler y Sbaraglia) y Mariano Llinás (las 12 horas de La flor). Y están Los que aman, odian, de Alejandro Maci, con Guillermo Francella y Luisana Lopilato; Los padecientes, sobre Rolón, con Benjamín Vicuña y la China Suárez; Las grietas de Jara, con Joaquín Furriel y Oscar Martínez y Mamá se fue de viaje, comedia de Ariel Winograd, con Diego Peretti y Carla Peterson.

Nieve negra [***]

Argentina/España, 2017. Director: Martín Hodara. Escrita por Leonel D’Agostino, Martin Hodara. Director de Fotografía: Arnau Valls Colomer. Edición: Alejandro Carrillo Penovi. Música: Zacarías M. de la Riva. Vestuario: Sonia Grande. Maquillaje: Patricia Rodríguez. Con: Ricardo Darín, Leonardo Sbaraglia, Laia Costa, Federico Luppi, Dolores Fonzi. Duración: 90 minutos

FERNÁN CISNERO

NIEVE NEGRAFERNÁN CISNERO