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San Sebastián, una fiesta que se puso en marcha con galardones

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Antonio Banderas

CINE

Antonio Banderas y Paz Vega, premiados en San Sebastián.

Antonio Banderas
Antonio Banderas premiado. Foto: EFE

El actor, director y productor de cine Antonio Banderas dijo el sábado al recoger el Premio Nacional de Cinematografía que espera que “tras 37 años de carrera” su trabajo “le haya sido útil a alguien”. “A algún actor, a alguien a quien arranqué una sonrisa, útil a quienes se rieron conmigo, y útil a mi tierra”, precisó el actor al recibir el galardón en el marco del 65° Festival de cine de San Sebastián y cuya dotación —30.000 euros (unos 35.000 dólares)— donará a la Escuela Nacional de Arte Dramático de su Málaga natal.

“Mi carrera podrá tener sentido cuando acabe, es decir, cuando me muera”, enfatizó y precisó que aún le quedan “muchas historias que contar y muchas orejas que cortar”.

Banderas pronunció un discurso ligero, cargado de humor, que sacó escrito de su bolsillo. Una a una, desgranó las palabras que definen el galardón, deteniéndose en la del medio, “nacional”, la clave de que el premio suene “serio, contundente e institucional”.

“Viví los últimos rescoldos del autoritarismo y los primeros de libertad y sí, sigo creyendo en ese proyecto común, no puedo evitar quererlo”, dijo.

En ese sentido, señaló que uno de los retos de España “es su maravillosa imperfección, y también su maravillosa capacidad de sobreponerse”. “Considero, valoro y aprecio la nomenclatura que define a este premio como nacional”, zanjó.

También se refirió al término “cinematografía”, lo que a él le toca “el corazón” y a otros “les toca otras partes menos nobles”. “No me gusta lo de hablar de mi carrera, yo he hecho de todo, en todos los géneros, porque creo que esa es la misión de un actor, y lo hecho a través de la mirada de directores distintos. El cine —dijo— tiene un alma propia, rebelde, que puede ser usada por todos los que tengan algo que decir”.

Dejó el humor para explicar que los mejores premios son “los inesperados” y recordó cómo el cielo gris de Londres —donde reside— se volvió tan luminoso como el de Málaga cuando le dijeron que sería el premiado, hasta se le quitó el dolor de espalda.

“Los premios son un gran estímulo, intelectual y físico, así que gracias”, agregó.

El director Carlos Saura, que habló de su amigo con muchísimo afecto, aseguró por su parte que “se va a hacer” la deseada película en la que Banderas será Pablo Picasso; un proyecto largamente acariciado que, por fin, ve la luz.

Nominado a tres Globos de Oro y a cuatro premios Goya del cine español, el actor se llevó el Goya de Honor en 2015 tras triunfar en todo el mundo con películas como Filadelfia, Entrevista con el vampiro, Evita y La máscara del Zorro. También se ha sentado en la silla de director, con Locos en Alabama y El camino de los ingleses; triunfó en Broadway con Nine y ahora está centrado en aprender diseño de ropa en Londres, lo que compatibiliza con el cine, aunque en los últimos meses ha rebajado el ritmo tras sufrir un infarto cardíaco en enero de este año.

CINE

La otra premiada

En los primeros días del festival español, quien también fue premiada fue la actriz Paz Vega, quien recibió el premio Jaeger-Le Coultre al Cine Latino que el año pasado recibió su colega Gael García Bernal. Tras ese reconocimiento, la española aseguró que los actores no trabajan para recibir galardones “sino para sobrevivir”, aunque admitió que este galardón le hace “especial ilusión”.

Enamorada del mundo latino, Vega es muy reconocida tanto en México como en Brasil donde ha trabajado frecuentemente. Considera “buenas” las coproducciones cada vez más frecuentes entre España y el cine latinoamericano, no solo por “los diferentes puntos de vista que aportan” sino porque “ya nadie quiere que su película se quede pequeñita, en su país, quieres que se vea cuanto más mejor y eso es bueno”.

Además, Vega reconoció que nunca se sintió discriminada como mujer en el trabajo, pero sí ha sufrido situaciones de machismo en los set de rodaje, “y hasta comportamientos misóginos” por los que ha protestado, dijo. “Pero yo soy una afortunada, he tenido acceso a buenos papeles, a buenos proyectos, y ahora, con 41 años, aún no siento esa presión de la edad, pero no sé lo que durará”.

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