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Sam Mendes, un director con licencia para crear

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Sam Mendez

El director británico Sam Mendes siente el teatro como su "hogar", aunque sus incursiones en el cine le han proporcionado importantes éxitos, y ahora cruza la frontera de los 50 a la espera de que su nuevo James Bond conquiste las pantallas.

Samuel Alexander Mendes, nacido el 1 de agosto de 1965 en la localidad británica de Reading, lleva casi dos décadas compaginando el teatro, en el que comenzó tras su paso por Cambridge, y el cine, al que llegó mediada la treintena y con una solida reputación como director sobre las tablas. Un camino entre las dos artes que Mendes no deja de transitar.

"Cuando termino de editar una película generalmente quiero volver al teatro (...), es como estar en casa, es controlable después del caos del set cinematográfico. Pero no pasará mucho tiempo antes de que quiera hacer otra película, y soy muy afortunado de poder hacer una y otra cosa", señaló recientemente.

Bond.

Su última incursión en el celuloide llegará en el otoño boreal con la nueva entrega de 007, Spectre, la segunda de la saga dirigida por Mendes, que se estrenó en ella con Operación Skyfall (2012). Fiel a su costumbre, entre ambas llevó al teatro Charlie y la fábrica de chocolate, lo que constituye por cierto todo un ejemplo de versatilidad.

Tras hacer de Operación Skyfall, la película británica más taquillera de la historia, el director vuelve a dar a Daniel Craig licencia para matar, mientras el oscarizado Christoph Waltz interpretará al villano, y Mónica Bellucci será "chica Bond".

Mendes hace de Bond una persona normal: deprimido, con dudas morales sobre su trabajo y enfrentado a conflictos personales, pero además creó con Javier Bardem a uno de los villanos más redondos de la saga.

Pero, por más que el británico disfrute tras las cámaras, el teatro tiene para él "una magia particular" que le permite "contar historias de la forma más pura".

Hijo de un profesor universitario y una autora de cuentos infantiles, Mendes comenzó su andadura teatral en el Festival de Chichester y con solo 24 años debutó en el West End londinense.

En aquella ocasión puso en escena El jardín de los cerezos (1989), de Anton Chejov, con una protagonista de excepción, Judi Dench, lo que marcó el inicio de una carrera plagada de reconocimientos.

Un camino que fue cimentando con la dirección de obras de William Shakespeare con The Royal Shakespeare Company o de autores como Harold Pinter y Tennessee Williams, sin olvidar su incursión en el musical con títulos como Gypsy, Oliver! o Cabaret.

Fue precisamente su prestigio como director de escena lo que le abrió las puertas del cine de la mano de Steven Spielberg, quien tras ver su Cabaret le propuso producir un proyecto para la gran pantalla.

Y así llegó Belleza americana (1999), una opera prima que logró nada menos que cinco Oscar, entre ellos el de mejor película, mejor director para Mendes y mejor actor para Kevin Spacey.

La película contaba la historia de una familia típica americana, y contenía una crítica despiadada y mordaz de la sociedad, a través de un cuarentón padre de familia que cae rendido a los pies de una "Lolita". Todo ello sostenido por un guión brillante, actuaciones de alto nivel y una destacable belleza estética.

Mendes compaginó el éxito de Belleza americana y su segunda película, Camino a la Perdición (2002), una historia de la mafia con Tom Hanks y Paul Newman, con su cargo a lo largo de más de una década como responsable artístico del Donmar Warehouse Theatre de Londres.

El estreno de Camino a la Perdición en Londres fue el escenario en el que Mendes y Kate Winslet hicieron su primera aparición como pareja. Se casaron algunos meses más tarde y de su matrimonio, que duró siete años, nació su hijo Joe.

Mendes dirigió a Winslet en una ocasión y la enfrentó a su mítica pareja de Titanic (1997), Leonardo di Caprio. Fue en Solo un sueño (2008), con la que el británico volvió a abordar el tema de la familia en una película preciosista y en la que los personajes luchan por escapar de la mediocridad. Era un crudo melodrama sobre la descomposición familiar del sueño americano.

Diversidad.

Poco después, se embarcó en The Bridge Poject, junto a Kevin Spacey, un plan de tres años para unir el teatro británico y el estadounidense que realizó cinco producciones internacionales clásicas.

Antes de la llegada de James Bond a su vida, Mendes rodó El mejor lugar del mundo (2009), la historia de una joven pareja que al saber que van a tener un hijo recorren Estados Unidos para encontrar el sitio donde formar una familia.

Su última película, Spectre, se estrena en Uruguay, el 6 de noviembre y podría ser el adiós del director al personaje de James Bond 007, ese agente británico con licencia para matar. Aunque Mendes deja al respecto una puerta semiabierta. "Dije que no a la última y terminé haciéndola", ha señalado recientemente el realizador. "Pero creo que probablemente ésta sí lo sea de verdad. Aunque también admite que "solo el tiempo lo dirá".

Mendes por cuatro

BELLEZA AMERICANA | ESTADOS UNIDOS 1999

Un cuarentón en crisis (Kevin Spacey), cansado de su trabajo y de su mujer (Annette Bening), despierta de su letargo cuan- do conoce a una atractiva amiga (Mena Suvari) de su hija (Thora Birch). Ácido examen de la convivencia en una familia disfuncional.

CAMINO A LA PERDICIÓN | ESTADOS UNIDOS 2002

Un asesino a sueldo (Tom Hanks) en los oscuros años de la Gran Depresión, que es también un buen padre de familia y un hombre leal a su mafioso jefe (Paul Newman). El drama estalla cuando su hijo lo sigue para saber en qué trabaja el padre.

SOLDADO ANÓNIMO | ESTADOS UNIDOS 2005

Una película sobre la espera de la guerra: "marines" aguardan en el desierto saudí el estallido de la primera Guerra del Golfo, y el paso del tiempo va deteriorando de a poco sus relaciones interpersonales. Algo así como Samuel Beckett en el Medio Oriente.

SOLO UN SUEÑO | ESTADOS UNIDOS 2008

Sobre elogiada novela de Richard Yates, una despiadada visión del desplome del American Dream. La historia de una pareja (Kate Winslet, Leo DiCaprio) en los años cincuenta, y el doloroso contraste entre los sueños de éxito y una realidad sórdida.

Una comedia negra escrita por Alan Ball, un film de gangsters, otro antibélico, un drama. Un tipo versátil como pocos.

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Sam Mendez

El director de Belleza americana se divide entre el teatro y James BondCARMEN RODRÍGUEZ | EFE

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