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Un rostro de esos que no se olvidan

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Benicio del Toro. Foto: AFP

Perfil

Este jueves se estrena en Uruguay su última película, Sicario 2: Soldado

Benicio del Toro. Foto: AFP
Benicio del Toro. Foto: AFP

Tiene una de esas caras que pueden, al mismo tiempo, atemorizar y mostrar vulnerabilidades. Eso, sumado a una presencia de las que suelen robar pantalla, le ha permitido a Benicio del Toro ser el Che Guevara en la película de Steven Soderbergh, Pablo Escobar o un personaje en la saga Star Wars (en El último jedi) o en la de Guardianes de la Galaxia.

Esa rudeza y cierta melancolía eran una parte importante de Alejandro, su personaje en Sicario, aquella película de Dennis Villeneuve de la que este jueves se estrena en Uruguay la segunda parte, Sicario 2: Soldado.

En la primera parte, era un inquietante mercenario que, más que al servicio del gobierno de Estados Unidos, estaba dedicado a una venganza personal contra el narcotraficante que asesinó a su familia. Esa cruzada personal lo convirtió en un personaje tristón y bastante siniestro, que conocía el frente de batalla y estaba dispuesto a tolerar los daños colaterales.

"Sicario 2"
Vea el tráiler de Sicario 2: Soldado

Era un complemento de los otros dos personajes de la película, la novata a la que interpretaba Emily Blunt y Matt Graver, el implacable funcionario que componía Josh Brolin.

En esta secuela, dirigida por el italiano Stefano Sollima (que viene haciendo películas y series de tema similar en su país), solo están Del Toro y Brolin, que ahora combaten una letal combinación de narcotráfico y terrorismo. Para iniciar una guerra entre carteles, a los dos agentes se les ocurre secuestrar a la hija de un zar de la droga. Las cosas no salen bien y hay que elaborar un plan B mientras son perseguidos desde varios flancos.

El guión está escrito por Taylor Sheridan, el mismo de la original.

Es un papel a la medida de Del Toro, un actor que desde siempre ha sabido hacerse notar en el cine.

Sus primeros papeles fueron como actor secundario en el video clip “La isla bonita” de Madonna, y como traficante de drogas en algún capítulo de la serie Vicio en Miami. Su primer destaque fue como Fred Fenster, uno de los sospechosos de siempre de la película de Bryan Singer. Ese tipo de presencia la repitió como Dr. Gonzo en Miedo y asco en Las Vegas, como Franky Four Fingers en Cerdos y diamantes, y le dio un Oscar por una película de tema más o menos similar, Traffic. También estuvo nominado por su papel en 21 gramos del mexicano Alejandro González Iñarritu.

Del Toro -quien tiene una hija con Kimberly Stewart, la hija de Rod Stewart- vuelve ahora a esos territorios violentos y frágiles que lo han convertido en una estrella atípica.

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