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Rossellini luego del neorrealismo

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En su ciclo Maestros Italianos, el Archivo Nacional de la Imagen del Sodre exhibe hoy en el Auditorio Nelly Goitiño, a las a las 18 horas, Stromboli, y a las 20 horas Viaje a Italia, dos films dirigidos por el maestro Roberto Rossellini. Ambos títulos pertenecen al período en que Rossellini comenzó a alejarse del neorrealismo más ortodoxo para incursionar en una etapa más intimista y experimental, con la complicidad de la actriz Ingrid Bergman, que para ese entonces se había convertido también en su esposa.

Stromboli (1949), narra la historia de una exiliada lituana en Italia (Bergman), que escapa de un campo de refugiados y se casa con un prisionero de guerra. El matrimonio se trasladará a la volcánica isla de Stromboli, donde la mujer enfrentará el prejuicio de los lugareños y las dificultades de adaptarse a una vida ruda y difícil.

Por su parte, Viaje a Italia (1953)cuenta la crisis de otro matrimonio, para el caso una pareja de británicos de clase alta (Bergman, George Sanders) que llegan a Italia para cerrar la venta de una vivienda familiar. La rutina y el desgaste de la convivencia matrimonial se van haciendo crecientemente videntes a medida que la pareja toma contacto con realidad del sur de Italia, con un momento particularmente revelador durante una visita a la ciudad de Pompeya (escena evocada explícitamente en Antes de la medianoche de Richard Linklater, otra película sobre una pareja en vacaciones y en crisis).

Rossellini sa había convertido en el jefe de fila del neorrealismo con Roma ciudad abiera (1945), Paisá (1946) y Alemania año cero (1946), que retrataron los dolores de la guerra y la inmediata posguerra. A la altura de su encuentro con Bergman parace haber entendido que el tono periodístico y denunciatorio de esos films iniciales exhibía muestras de agotamiento, y debía probar otros caminos. Stromboli y la no incluida en esta programación Su gran amor (o Europa 51) fueron los primeros, imperfectos movimientos en esa dirección. Viaje a Italia es en cambio una culminación, una película clave que no en vano fue enarbolada como un modelo a seguir por los "enfants terribles" de la Nouvelle Vague.

Su estilo directo (narración en tiempo presente, una cámara inquisitiva que observa a los personajes sin juzgarlos, eludiendo los psicologismos y las bajaas de línea) está en la base del cine moderno: no en vano Rossellini es, junto con Ho-ward Hawks, una clara influencia sobre Eric Rohmer (no ha faltado el cínico que sostenga que Rohmer hizo en El rayo verde lo que el italiano había querido hacer, pero no lo había logrado, en Stromboli), y Los carabineros (1963) de Jean-Luc Godard adaptó un argumento original suyo. Como se señaló más arriba, la influencia llega (a través de Rohmer), hasta Linklater. No es fácil librarse de Rosselini en una historia del cine de los últimos setenta años.

E“Stromboli” y “Viaje a Italia” son exhibidas hoy, en el Sodre

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