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El regreso a la ficción del director Wim Wenders

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Wenders y Franco, director y protagonista de "Everything will be fine". Foto: AFP
US actor James Franco and German director by Wim Wenders attend a photocall of the film "Every Thing Will Be Fine" German director by Wim Wenders in competition at the 65th Berlin International Film Festival Berlinale in Berlin, on February 10, 2015. AFP PHOTO / TOBIAS SCHWARZ ENTERTAINMENT-GERMANY-FILM-FESTIVAL-BERLINALE
TOBIAS SCHWARZ/AFP

El cineasta alemán Wim Wenders rompió una pausa de diez años en la ficción con la proyección, fuera de concurso, de su nuevo largometraje "Everything Will Be Fine", en el 65to. Festival de Berlín, que le dedica una retrospectiva en ocasión de la entrega del Oso de Oro a la carrera.

En competencia se vio un apocalíptico film del ruso Alexei Guerman Jr., Pod electricheskimi oblakami ("Bajo nubes eléctricas"), cuyo abigarrado simbolismo no convenció del todo a público y crítica.

Everything Will Be Fine celebra la vuelta de Wenders a ese cine de introspección y de buceo psicológico que caracteriza su obra, después de una década dedicada al documental y a su descubrimiento del 3D.

En esa década "perdida" (para la ficción, claro) de Wenders, el alemán dirigió documentales como Pina, If buildings could talk y 8, entre otros.

La nueva película de Wenders cuenta una historia triste y melancólica que termina por resolverse de una manera bastnate más optimista que lo que el comienzo daba a entender. En el centro de la historia hay un escritor, cuya vida sufre un vuelco total cuando mata a un niño en un accidente de tránsito.

Tomas (el personaje protagónico, interpretado por un James Franco sensible y minimalista), atraviesa una crisis sentimental y creativa y atropella sin querer a un niño. Su culpa lo llevará a intentar el suicidio, pero también le dará un benéfico vuelco en su carrera de escritor.

Wenders, inspirado en un guión original del joven escritor noruego Björn Olaf Johannessen, recobra esa introspección dolorosa en la propia alma y esa economía narrativa que eran características de su mejor obra.

El elenco de la película incluye a la francesa Charlotte Gaisnbourg —quien hace poco estuvo en el mastodonte polémico Nymphomaniac, del danés Lars Von Trier— y la canadiense Marie-Josée Croze.

El realizador de Paris Texas e Invisible World usa el 3D de una manera totalmente original, utilizando la estereoscopia para subrayar el aislamiento de los personajes, y la magistral música de Alexandre Desplat da un toque romántico y conmovedor que ayuda al espectador a identificarse con la historia.

En tanto, la película rusa Bajo nubes eléctricas es un rosario de episodios, aparentemente desconectados entre sí, que terminarán amalgamándose en una especie de coda musical.

En un escenario apocalíptico, hecho de edificios sin terminar y estatuas abandonadas de un estudio cinematográfico -que remite al ambiente de 8 y medio de Federico Fellini- deambulan personajes ensimismados que recitan fragmentos de pensamiento y que deberían simbolizar una civilización en su ocaso en espera de un cataclismo final.

Igual que Soldado de papel, que le valió en 2008 el León de Plata a la mejor dirección, Guerman Jr. pasea su cámara como un personaje más de esta fauna desorientada y, en algunas ocasiones, toca temas sensibles como la inmigración, la incomunicación y la decadencia de la cultura, pero sin lograr proponer un lenguaje o un mensaje coherentes.

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Wenders y Franco, director y protagonista de "Everything will be fine". Foto: AFP

El cineasta mostró Everything will be fine en el festival de BerlínANSA

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