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La paz también mueve montañas

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Mel Gibson. Foto: Difusión

El actor tiene nueva película como director dejando atrás tiempos turbulentos.

"Soy un hombre imperfecto," admite Mel Gibson, peinándose la barba canosa con la mano. "Yo mismo arreglo mis cosas ... quizá en privado."

Sin embargo, para él es difícil ser privado cuando no solo ha sido estrella de cine desde hace casi 40 años, sino que también se ha forjado una segunda carrera como director, lo que le ha valido un Oscar.

Vestido simplemente con una camisa azul, vaqueros y botas negras, Gibson estaba hablando de la fe y la religión, temas que lo han metido en problemas, pero inevitables al llegar temprano para la entrevista en un hotel de Beverly Hills, en la que habló de su nueva película, Hacksaw Ridge, la primera que dirige en 10 años.

Es la historia real de Desmond Doss (Andrew Garfield), cuyas profundas creencias religiosas lo volvieron un paria menospreciado y, al mismo tiempo, un héroe aclamado.

"Mire, no soy buen practicante," dice Gibson. "Lo que sí sé es que veo historias de hombres de fe que tienen un compromiso inquebrantable. Fue por eso que hice Hacksaw Ridge. Cuando miro esas historias pienso que posiblemente puedo seguir ese ejemplo."

Gibson baja la mano y mira hacia arriba.

"La fe es simple cuestión de convicción, de estar al pie del cañón," asegura. "De otro modo, es solo cosa de depender del amor puro, que está en el corazón de Dios."

Durante la batalla de Okinawa, una de las más sangrientas de la Segunda Guerra Mundial, Doss salvó la vida de 75 hombres, y lo hizo sin disparar un solo tiro y sin llevar armas.

Adventista del séptimo día nacido en Virginia, Doss fue pacifista y objetor de conciencia. Eso sí, pensaba que la guerra estaba justificada por lo que se enlistó en la infantería de marina pero trabajó de paramédico, dejando en claro que se negaba a recurrir a la violencia en cualquier circunstancia.

En un principio, su postura hizo que los demás soldados de su compañía lo odiaran, que lo temieran e incluso que lo golpearan. Pero durante los combates en Hacksaw Ridge Doss desafió una y otra vez el fuego enemigo para desalojar él solo a 75 heridos. Su heroísmo hizo que fuera el primer objetor de conciencia con medalla de honor del Congreso.

La película, que aún no tiene fecha de estreno en Uruguay, tardó 10 años en hacerse, pues en una época de pleitos acalorados entre superhéroes la historia de un hombre que se negaba a pegarle a nadie fue difícil de vender. Pero Gibson no aceptaba rechazos pues estaba empeñado en hacer la historia de un auténtico héroe.

"Los verdaderos héroes no usan trajes entallados," indica. "Doss logró trascender y ponerse por encima de la guerra. Siempre ha habido guerras, siempre las habrá. Doss simplemente fue muy por encima de eso y lo hizo en medio del fragor de los combates."

Gibson asegura que la película es una historia de amor entre Doss y su esposa y entre Doss y sus camaradas.

Aunque su héroe es un apóstol de la no violencia, Hacksaw Ridge presenta numerosas escenas de batallas sangrientas.

"Quería horrorizar al público," confiesa Gibson. "Poner al espectador en medio de todo aquello. Pienso que puede extraerse algo bueno de eso, de ver toda esa brutalidad."

En pocas palabras, Gibson quiere ofrecer una experiencia tan cercana a la batalla de Okinawa como se lo permita la tecnología cinematográfica actual.

Después de salvar cada vida, Doss rezaba: "Solo una más, Dios mío. ¡Solo una más!"

"En medio de ese torbellino de muerte y destrucción," comenta Gibson, "un hombre agudiza su espíritu y encuentra algo más elevado. Llega y realiza actos de amor en medio del mismísimo infierno. "Es por eso que no piensa que esta sea una película de guerra," concluye. "Es una historia de amor."

Corazón valiente (1995) que le valió Oscar a la Mejor Película y al Mejor director, también implicó escenas de batallas cuidadosamente planeadas y muy realistas, pero él no ve relación entre las películas.

Nacido en Nueva York, Gibson tenía 12 años cuando sus padres se fueron con él y sus diez hermanos a Australia. Gibson regresó a Estados Unidos después del éxito de Mad Max (1979) de George Miller, protagonizó películas como El año que vivimos en peligro (1982), Arma mortal (1987), Maverick (1994), El patriota (2000) y Señales (2002).

Debutó como director con El hombre sin rostro (1993), seguida de Corazón valiente y La pasión de Cristo (2004), que Gibson escribió y dirigió.

Después haría Apocalypto (2006), pero Hacksaw Ridge es su primera película como director desde entonces, culminando un periodo de controversia en el que atravesó por un divorcio, la revelación en público de su alcoholismo y el escándalo por comentarios misóginos y antisemitas que hizo al ser arrestado por conducir en estado de ebriedad.

No le entusiasma que su vida privada se haya expuesto en la prensa sensacionalista, y que lo más probable es que siga ahí, pero ha llegado a aceptarlo.

"Es parte de la cosa esta de ser actor", dice y vuelve a acariciarse su barba blanca.

Nueva vida y nueva carrera

Actualmente, Gibson está de nuevo trabajando como actor por contrato. Está filmando un drama basado en la vida real, The Professor and the Madman con Sean Penn y Natalie Dormer. Penn interpreta a un médico de un asilo siquiátrico británico del siglo XIX, que le envía más de 10,000 voces a James Murray (Gibson), profesor que está recopilando palabras para la primera edición del diccionario Oxford. También ha reconstruido su vida personal: Gibson, padre de ocho hijos, tiene otro en camino con su novia, Rosalind Ross, que es 24 años más joven que él.

Cinco momentos de un actor y director.

Mad Max (1979-1985)

Fue este policía australiano y pos-apocalíptico el que hizo de Gibson una estrella mundial y le permitió volver a Estados Unidos por la puerta grande. La combinación del director George Miller y el carisma juvenil de Gibson fue una fórmula infalible para una película que se volvió clásica. Gibson, además, fue el rostro del nuevo cine australiano de la década de 1980: trabajó, por ejemplo, con Peter Weir en Gallipoli .

Arma Mortal (1983-1998).

Fue sin duda, el gran momento de Gibson como estrella de Hollywood. Su alocadísimo Martin Riggs lo convirtió en uno de los actores mejor pagos de su generación. Repitió el personaje en cuatro películas (siempre junto con el atildado Roger Murtaugh de Danny Glover), a cual más exitosa y que, además, se volvieron referentes de todas las buddy movies que le siguieron. Las dirigió con esmero, Richard Donner.

Corazón valiente (1995)

Ganó cinco Oscar (mejor película, mejor director, mejor fotografía, mejores efectos de sonido, mejor maquillaje) y fue la consagración de Gibson como un tipo capaz de actuar, dirigir y encargarse de un proyecto así de ambicioso. Es la historia de William Wallace, el héroe de la independencia escocés. La película tiene una violencia importante, principalmente en la batalla final, que Gibson supo dirigir con buen pulso.

La pasión de Cristo (2004)

Este fue su proyecto más personal como director: la historia de los últimos días en la Tierra de Jesucristo hablada en arameo y contada con una violencia física explícita que espantó a muchos, sí, pero no impidió que fuera un tremendo éxito de taquilla. La película estuvo rodeada de polémica por el papel que da al pueblo judío en la muerte de Jesús. Gibson es católico y la religión es una parte importante de su vida.

Escándalo (Julio de 2006)

No es una película pero es una de las actuaciones más determinantes de la carrera de Gibson. El 28 de julio de 2006, Gibson fue arrestado por manejar ebrio. Durante el procedimiento, comenzó a insultar al oficial por impedirle seguir manejando. Y lanzó comentarios antisemitas: acusó a los judíos de iniciar todas las guerras y le preguntó al policía si era judío. El video se filtró a la televisión y golpeó duro su carrera.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Mel Gibson. Foto: Difusión

MEL GIBSONCINDY PEARLMAN | THE NEW YORK TIMES

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