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Pasando raya a un horror

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Strong Island
Strong Island
Courtesy of Netflix

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El documental nominado al Oscar, Strong Island, se encuentra disponible en Netflix

La popularidad de Netflix y otros servicios de streaming permiten acercarse a la temporada de premios —y específicamente, a los Oscar— con una ventaja: la posibilidad de ver las películas consagradas cuando se quiera.

Antes, había que depender de la programación del cine o la televisión.Una de esas películas es Strong Island, un largometraje de 2017 disponible en Netflix y nominado como Mejor documental dentro de la próxima edición de los premios de la Academia, que se entregarán el  4 de marzo.
Strong Island fue dirigido por Yance Ford.

El cineasta es considerado el primer director trans nominado en la historia de los premios por su labor detrás de cámaras. En 2016, el músico trans Anohni —nombre que tomó el inglés Antony Hegarty— tuvo una nominación a Mejor canción original por su composición "Manta Ray" del documental Racing Extinction.

El género de Ford, sin embargo, no es la temática principal que aborda Strong Island, donde la sexualidad de su director es apenas tratada como una nota al pie dentro del relato mayor.

En su lugar, el documental, de una concepción y ejecución bajo un tono muy personal, consiste en el repaso e investigación que el director afroamericano hace sobre el homicidio de su hermano, William Ford Jr., asesinado a sus 24 años en 1992.

William Ford Jr. fue un maestro negro e hijo mayor de una familia de tres hermanos. Fue asesinado de un disparo en un taller de Long Island, Nueva York, por Mark Reilly, un mecánico blanco de 19 años.

Si bien William Ford Jr. estaba desarmado, un jurado de consulta en el caso determinó que la acción de Reilly fue en defensa propia y no fue llevado a juicio. Al momento del documental, nunca se determinó un culpable del hecho.

La tragedia es contada desde dos perspectivas. La primera es la más personal. Ford, el director, no se restringe a estar detrás de cámaras. Al contrario, le habla directamente al espectador sobre lo que sintió con la muerte de su hermano durante los primeros momentos en que se enteró de la noticia, y cómo reaccionó ante ella a través de los años.

Al mismo tiempo, el realizador se muestra a sí mismo en el presente tratando de contactar a algunas de las personas (policías, jueces) involucrados en el caso.

La familia de Ford y los amigos de su hermano son los principales entrevistados del documental. Ellos se encargan de retratar a la víctima a partir de anécdotas íntimas.

De esos entrevistados, uno de los testimonios más cautivantes es el de la madre del director. Es la entrevista mejor lograda, la que aparece más en la película y quien inicia el periplo vivido por la familia Ford a través de los años.

A través de las historias de la madre se genera la segunda perspectiva del documental, en la que se habla sobre el racismo vivido en Estados Unidos en las últimas cinco décadas.

Al repasar la historia de sus padres —un matrimonio con trabajos y una educación formal (la madre del documentalista fue maestra, directora y trabajó en centros penitenciarios)—, Ford retrata la experiencia de segregación de una familia.

Si bien los cinco Ford vivían en un barrio de clase media en los suburbios de Long Island (lugar que le da el título al documental), se muestra cómo otros factores sociales (la situación inmobiliaria y el precio de la educación) se trasladaron a la diferenciación de la familia y sus pares de la población blanca de la época.

Para el director, sin embargo, el ejemplo imperdonable de la segregación es la decisión del jurado de consulta en el caso de su hermano, conocido como un grand jury, integrado solo por personas blancas.

En el sistema legal estadounidense, se acude a un gran jury para determinar si se debe acusar a una persona de un delito y llevarla a juicio o no. Al lidiar con el caso de William Jr. Ford, el jurado decidió que no había causas para enviar a Reilly a un juicio, pese a que el director se empeñe en demostrar lo contrario.

Strong Island es un documental duro, donde su realizador no tiene miedo en alterar concepciones tradicionales del género para narrar una tragedia personal y, sobre todo, encontrar la forma de pasar raya a un hecho traumático.

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