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Nunca te escondas en un pueblo pequeño

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Darín y Cuesta en una película de besos, intriga y disparos. Foto: Difusión.

Las atrocidades de las dictaduras argentina y uruguaya han dado pie a mucho cine, que recorre todo un abanico de géneros. Kóblic es un buen ejemplo de cómo ese tema se puede servir para un público amplio, a través de una drama con elementos de policial y hasta de western.

En realidad, el tema del terrorismo de Estado y de los "vuelos de la muerte" está latente en esta historia de un militar de buen corazón (Ricardo Darín), que huye hacia un lugar perdido en el mapa, escapando por haber cometido un acto de desobediencia. Pero el espectador puede que viva la película, en la mayor parte de su recorrido, como cine de acción, con armas, buenos y malos, una historia de amor y un final que deja todo bastante resuelto.

Sin embargo, mientras ofrece esta especie de western de provincia argentina, Sebastián Borenzstein le suma todo un conjunto de aditamentos que hacen que la película sea especialmente atractiva. Como todo ese juego de los pájaros, que van apareciendo en distintas circunstancias, vinculadas con el devenir de las acciones.

Más allá de ese punto en particular, hay otros aspectos de valor. Uno de ellos es todo lo que tiene que ver con la reconstrucción de época: los años 70 son un período ni tan lejano ni tan cercano, y para el espectador es un reencuentro que seguramente le llame la atención. Más aún porque esa época está ubicada en un entorno semirrural, cruce que aporta sus particularidades.

El director (con el elenco), tuvo mucha sensibilidad para dar a través de las actuaciones una pintura de los gestos y modos de hablar y manejarse del ambiente que describe. Todos tuvieron tacto para concretar las actitudes, las maneras, la parsimonia de ese pueblo apartado de la capital y regido por leyes propias, y arbitrarias. En ese renglón, la presencia de los perros es otro elemento muy bien aprovechado.

Dos asuntos más completan el panorama. Uno, las actuaciones, con un Ricardo Darín que una vez más ofrece un personaje duro y tierno a la vez, dando matices a través de una fachada rígida. Oscar Martínez también está bien a la altura de los requerimientos, junto a un gran elenco de personajes de mayor o menor peso en el argumento. Redondea el resultado el tranco, el ritmo de las acciones, que mantiene en vilo al espectador de esta historia maniquea en su trama, pero muy bien contada. Una conquista más de un cine argentino que desde hace tiempo sabe cómo seducir al que está en la butaca, y entretenerlo sin perder un minuto de tiempo.

Kóblic [****]

Origen: Argentina-España, 2016. Guión: Sebastián Borensztein, Alejandro Ocón. Dirección: Sebastián Borensztein. Duración: 92 minutos. Fotografía: Rodrigo Pulpeiro. Música: Juan Federico Jusid. Dirección de arte: Darío Feal. Vestuario: Cris Mennella. Montaje: Pablo Blanco, Alejandro Carrillo Penovi. Actores: Ricardo Darín (Tomás Kóblic), Oscar Martínez (Comisario Velarde), Inma Cuesta (Nancy).

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Darín y Cuesta en una película de besos, intriga y disparos. Foto: Difusión.

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