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Una nueva vida para un robot eterno y con canas

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El austríaco encaró todo bien dispuesto y con eficacia.

Habrá una princesa y un director de la serie del momento, un astro asiático, tecnología de punta y un replanteo de la historia. Pero como acaba de demostrar en Río de Janeiro la verdadera estrella de Terminator Genisys, sigue siendo Arnold Schwarzenegger.

Y por la simpatía con la que encara una agotadora jornada dedicada a la prensa latinoamericana (El País incluido como único medio de prensa de Uruguay) y la expectativa popular que causa su llegada a Brasil, está claro que sigue siendo quien tiene el deber de promocionarla. Lo hace con profesionalismo.

"Ha sido un honor que me convocaran 30 años después para esta secuela", dijo Schwarzenegger ayer ante la prensa en el coqueto Copacabana Palace. "Me siento feliz de volver a esta historia y disponer de efectos especiales que permiten contarla mejor". A su modelo se lo ve envejecido e incluso canoso porque, como explica, al estar hecho con piel humana el deterioro es inevitable. La máquina que habita en su interior sigue intacta, eso sí. "Viejo pero no obsoleto", dice en algunas de las escenas que se exhibieron en exclusiva para la prensa el domingo a la noche. La frase aplica al T-800 y al actor.

A pesar de tener 67 años (que personalmente no representa) lo que no le costó mucho a Schwarzenegger fue entrar en personaje. "Es como aprender a esquiar", dijo, "una vez que se aprende no se olvida". Lo más difícil —confesó muy seriamente— es disparar esas enormes metralletas sin pestañear (después de todo es un robot), algo que, queda claro, sigue siendo capaz de hacer.

En la nueva Terminator hay metralletas y muchos autos destrozados en persecuciones larguísimas, dos marcas registradas de la franquicia.

La historia de Terminator Genesys, que en Uruguay se estrena el 1º de julio, retoma escenas y líneas argumentales de los cuatro episodios de la saga, principalmente de los tres que estelarizó el austríaco. En lo que pudo ver la prensa en Río de Janeiro, hay al comienzo una reconstrucción "intervenida" de la escena inicial de la primera Terminator y una incansable persecución en una San Francisco actual.

Hay una nueva Sarah Connor (la actriz de Game of Thrones, Emilia Clarke), un nuevo John Connor (Jason Clarke, de la franquicia de El Planeta de los simios) y nuevo Kyle Reese (Jai Courtney, de la saga Divergente), el héroe que llega en la primera parte a fecundar a Sarah con el futuro líder de la rebelión contra las máquinas. Se ve también una nueva versión del letal T-1000 interpretado por el surcoreano Lee Byung-hun.

La historia transcurre en una línea cronológica paralela y alterada por tantas idas y venidas temporales. Los revolucionarios descubren allá por la cada vez más cercana década de 2020 que Skynet pretende atacar a Sarah, Kyle y John desde el pasado y el futuro. Por lo que se vio, hay escenas que transcurren en la actualidad y otras en 1984.

Uno de los principales obs-táculos que de antemano presentaba el proyecto era sustituir una actriz para un personaje tan fuerte como el de Sarah Connor para siempre eternizado en Linda Hamilton. "Cuando me dijeron que iba a estar Emilia me la presentaron como la mujer más hermosa del momento", contó Schwarzenegger en la rueda de prensa. "Pero yo sabía que tenía por delante reemplazar a Linda Hamilton, que construyó uno de los personajes femeninos más fuertes del cine". Pero, dijo el exgobernador, "cuando vi cómo trabajó durante meses, entrenando su cuerpo y construyendo su personaje, sentí un gran respeto".

En Río se lo vio simpático y profesional, con unas botas de piel de víbora que impresionaban. También tuvo tiempo de hablar con El País pero eso es parte de otra historia. Porque cómo el dice con ese acento robo-germánico: "Ill be back".

El eterno femenino de una imaginativa pintora
El austríaco encaró todo bien dispuesto y con eficacia.

El País estuvo en Río con Arnold Schwarzenegger y la nueva TerminatorFERNÁN CISNERO

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