Publicidad

Un mono enorme que siempre se las ingenia para volver

Compartir esta noticia
La película fue filmada totalmente en escenarios naturales. Foto: Difusión

Se estrena lo nuevo de una saga con más de 80 años.

Es sabido que no es la primera vez que un gorila enorme que atiende por el nombre de Kong aparece en el cine. Es un viejo conocido de la platea aunque ha ido cambiando de acuerdo a los avances tecnológicos de su tiempo.

El primer Kong -que ganó su título nobiliario (es King Kong, el rey) por ser la presencia más atemorizadora de la Isla Calavera- apareció en 1933 en una película de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack que es clásica y fundacional del punto de partida de la saga: una expedición llega a una isla, descubre al feroz primate, se lo lleva a la civilización principalmente porque queda prendado de una muchacha rubia y termina espantando aviones arriba del Empire State.

Con más o menos los mismos ingredientes hay una versión producida por Dino De Laurentiis en 1977 (con Jessica Lange como la blonda debilidad del monazo), y otra en 2005 dirigida por Peter Jackson y con Naomi Watts. Probablemente sea la mejor de las tres y recaudó 550 millones de dólares: así de redituable seguía siendo la historia.

Existen, además, un par de películas accesorias como The Son of Kong (1933), las japonesas, Kong vs Godzila (1962), y King Kong Escapa (1967) y King Kong 2 de 1977.

Ahora Warner pretende revitalizar la franquicia con Kong: La isla Calavera, que se estrena hoy, y vuelve a convocar al simio más enorme del mundo.

Es parte de una estrategia industrial que Universal, por ejemplo, espera capitalizar con sus franquicias de la década de 1930. Habrá Drácula, Frankestein y ya pronto La momia con Tom Cruise. Es zafra de franquicias antiguas que ofrecen un panorama y una acción que apela a una mayor inocencia del espectador.

Si no puede ver el video, haga click aquí.

Además, ya se prepara para 2020 la gran batalla entre Godzilla y King Kong.

Esta vez la acción transcurre en la década de 1970 cuando un batallón integrado por soldados, científicos, aventureros y especuladores (la avanzada de la civilización típica de la saga) se atreve a ingresar a la isla Calavera sin saber lo que les espera. Un "accidente" (si se le puede llamar así a cruzarse con los puños de un gorila gigante enojado) los obliga a pernoctar en la isla con el anfitrión más irascible y bruto del mundo.

La película transcurre poco después de la caída de Saigón y el trauma de la guerra se hace notar en los personajes más belicistas de la trama.

"Vinieron con un guión que transcurría en 1917", le dijo el director Jordan Vogt-Roberts a la revista Total Film. "Ocurría antes de la película original. Yo dije Es interesante pero no puedo hacer esta película. ¿Cuál es la razón para hacerla? Ahí fue que me dijeron Ok, ¿qué película querés hacer? Yo quería una película de la guerra de Vietnam con monstruos. Quería tomar elementos de Apocalypse Now y Pelotón y crear este mash-up de géneros. He visto a los Stones y a Creedence en un montón de películas de Vietnam, pero no había visto esa banda de sonido en una película de monstruos. Me obsesioné con la idea. Pensé que se iban a reír pero me dijeron que sí".

Quizás haya ayudado la participación de un elenco de esos que se venden solos. Además de Kong, por ahí dan la cara Tom Hiddleston, Samuel L. Jackson, la ganadora del Oscar Brie Larson, John Goodman y John C. Reilly, que viene a hacer el papel de Dennis Hopper en Apocalypse Now. Hay, además, muchos helicópteros en la vuelta.

"Me encanta King Kong desde que era niño", dijo Hiddleston, quien interpreta al capitán James Conrad, espía y rastreador británico que dirige la misión. "Fui fan devoto de la versión con Fay Wray (la de 1933). Siempre me han gustado las películas de aventuras donde exploran tierras ignotas y territorios nuevos. En nuestro mundo civilizado, creo que a todos nos intriga y tenemos curiosidad de saber cómo nos iría si nos enviaran a un lugar jamás tocado por el hombre".

Esa experiencia fue repetida en el rodaje. Vogt-Roberts quería evitar el exceso de escenarios virtuales y decidió filmar en escenarios naturales muy similares a donde podría haber vivido Kong. Eso convirtió la filmación en una experiencia exigente para el equipo y los actores.

"Su insistencia en que la producción se filmara en escenarios reales es algo que aporta un montón", dijo Hiddleston. Vogt-Roberts viene del cine independiente y encaró el proyecto con un solo largometraje (Kings of Summer, no estrenada en Uruguay) y diez años de experiencia en televisión. Manejó un presupuesto de 200 millones de dólares. Y se nota.

Kong, el gorila, está de vuelta y de malhumor: una fórmula que hace 80 años le funciona a Hollywood. Quizás esta vez pase lo mismo.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
La película fue filmada totalmente en escenarios naturales. Foto: Difusión

KONG, LA ISLA CALAVERAFERNÁN CISNERO

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

cineEstrenos

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad