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Cuando Michael Keaton se guardó el discurso de ganador

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Un usuario de Vine registró el momento en el cual el actor, que se tenía fe para ganar el Oscar, se guardó el discurso que iba a dar en caso de obtener la estatuilla.

Fue el Oscar más injusto del domingo. El Oscar a Mejor Actor tendría que haber sido para el tour de force de Michael Keaton, que a lo largo de Birdman demostró que puede, de manera creíble e intensa, dar cuenta de un rango de emociones muy amplio. Su personaje transita por el orgullo, la indignación, la inseguridad, el alivio, la indiferencia, el afecto y mucho más sin jamás perder de vista el rumbo de la historia. 

Eddie Redmayne hace una muy buena imitación de Stephen Hawking —nobleza obliga: buena parte de la película transcurre antes de que la enfermedad de Hawking lo postrara y deformara. Ahí actúa, claro.—, pero imitar está un paso más abajo que actuar, cosa que la mayoría de los votantes de la Academia sigue sin contemplar. De ahí, el Oscar para Jamie Foxx por Ray, por ejemplo.

Keaton, como casi todos, fue víctima de su propia vanidad cuando sacó el papelito con el discurso de agradecimiento que tenía guardado en el saco. Creía que iba a ganar. Pero cuando vio como Redmayne —quien, para colmo, hace una de las peores actuaciones del año en El destino de Júpiter (acuérdense de esa película para los próximos Razzies)— tuvo que silenciosamente tragar el dolor y guardar en el bolsillo las palabras que tenía en mente pronunciar.

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