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"Lo mejor es intentar ser auténtico"

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Brechner: "Pienso en las cosas que me divierten como director y espectador"
Photographer: Martin Herrera Sol

La Academia Española de Cine dio a conocer ayer su lista de películas nominadas para la próxima ceremonia de entrega de los Premios Goya, a celebrarse el 7 de febrero en Madrid.

La película uruguaya Mr. Kaplan, escrita y dirigida por Álvaro Brechner, fue una de las cuatro nominadas en la categoría Mejor Película Iberoamericana, donde competirá junto con la argentina Relatos salvajes, la cubana Conducta y la venezolana La distancia más larga. "Estar aquí ya de por sí es un premio. Hay veces que hay que ser conscientes de nuestra realidad de capacidad económica para producir", dice Brechner en conversación con El País desde su estudio en Madrid, tras conocer la noticia.

De esta manera, Mr. Kaplan, estrenada en agosto del año pasado en Uruguay y desde el 25 de diciembre en cartel en los cines de España, se confirma como uno de los más grandes aciertos del cine local de los últimos tiempos. Además de la nominación a los Goya, la película fue seleccionada en el Premio Cinematográfico José María Forqué, donde vota el gremio de productores españoles. A todo eso se suma su paso por la preselección de los premios Oscar y los festivales de Londres, Chicago, Huelva, Biarritz, Turín y Mar del Plata, entre otros.

"La verdad es que cuando uno hace una película se lanza a lo desconocido, con una gran intuición pero no cien por ciento consciente de todo. El grado de recepción del público para mí siempre es sorprendente y es muy difícil de presuponer. Yo soy de la idea de que si una película es buena siempre va a ser recibida de manera distinta según quién la vea", dice Brechner. "Para mí es una enorme alegría que pueda tener reconocimientos internacionales y que siendo una película hecha en Uruguay pueda ser vista en varias partes del mundo".

Para Brechner, sin embargo, el porqué de este fenómeno es algo que escapa a su comprensión. Algo de lo que está seguro, sin embargo, es que lo que cuenta la película es universal. "La verdad es que no tengo ninguna clave ni idea de por qué eso sucede", asegura. "Lo que sí me ha pasado, te confieso, al haber viajado por festivales en India, Corea y de sociedades muy distintas a la uruguaya, no occidentales, es que el público absorbía la historia de una manera muy propia y personal. Para mí lo hermoso que tiene el arte, y la narración en particular, es que si yo te cuento la historia de un abuelo cabe la posibilidad de que el espectador coreano también tenga una lectura sobre su propio abuelo, porque estás contando cosas que le impactan a cada uno de una manera personal más allá de lo coyuntural", reflexiona.

"Estoy muy agradecido con toda la expectativa y los resultados generados en el exterior. Pero realmente me cuesta mucho saber por qué pasa eso. En el fondo los festivales son un gran misterio. Todo obedece a una cosa tan subjetiva y tan fuera del control del artista que lo mejor es no pensar en ello e intentar ser auténtico con uno mismo, llegar al fondo. Lo que a mí me pasa es que cada película tiene un carácter bastante único, es como una personalidad que tiene que aflorar".

¿Piensa Brechner en los premios cuando idea una película o cuando está trabajando en ella? La respuesta es un contundente no. "Uno no puede hacer una película pensando en premios ni en medallas a colgarse", responde convencido. "Hay que tener alineado el corazón, el estómago y el cerebro: cada uno te guía por distintas vías. Tiene que ver con una cosa muy interna en la que uno siente: o hago esta historia o exploto, y no puede para nada pensar en el resultado. Todo lo demás, si aparece, bien. Pero el mayor de los premios es sentirse uno orgulloso de haber hecho la película".

En este punto de la conversación, Brechner parafrasea al escritor estadounidense Norman Mailer, aunque al final se arrepiente. De todas formas, incluimos la cita de Mailer porque ilustra muy bien la idea del realizador con respecto a los premios: "Escribir un best seller intencionadamente es, después de todo, un estado mental que no deja de tener puntos de comparación con el acto de casarse por dinero, sólo para descubrir que la ausencia de amor es más costosa de lo previsto" (Mailer).

Proyectos.

Brechner planeaba volver a Uruguay en una semana pero los Goya retrasarán su llegada. De todas formas, tiene varios proyectos en mente. "Con Mal día para pescar (2009) tardé cinco años y Mr. Kaplan entre cuatro y cinco. Espero demorar menos en estos próximos proyectos. Es una de las cosas más difíciles de la profesión. El problema del cine es que entre que empezás y terminás a veces pasan cinco años y tantas cosas pueden cambiar en tu vida, hasta en tu forma de ser y parecer. Por suerte me he sentido siempre muy representado por las películas que hice".

La clave, para Brechner, está en el proceso creativo. "Trato de pensar en las historias que quiero contar y en cómo esas historias se ven reflejadas en mi propia condición humana. Pienso en las cosas que me divierten como director y como espectador". Entre esas cosas que lo divierten como espectador están el cine italiano de los años 60 (con temas crudos pero "con un sentido del humor que ayudaba a sobrellevarlos y arrojaba cierta luz") y el cine estadounidense de los años 40 y los 70. "Es lo que me hizo maravillarme con el alcance del cine".

El recorrido del director: de Uruguay al mundo

El debut en largometrajes de Brechner fue con Mal día para pescar, un notable drama con toques de policial y western basado en el relato Jacob y el Otro de Juan Carlos Onetti. Apuesta visual y narrativamente despegada en el plano local, la película compitió en el Festival de Cine de Cannes. Aunque Mr. Kaplan es su segundo largo, estuvo al frente de los cortos Trece kilómetros bajo la lluvia, Sofía y Segundo Aniversario. "Yo siento que en Uruguay es muy difícil hablar de un tipo de cine", dice. "Hay ciertas películas y ciertos directores que van haciendo carreras, hay otros que van cambiando. Se han hecho dramas, comedias, películas de terror, thrillers policíacos, hay mucha cosa. Como en todo, hay películas que por mil razones generan más interés local o más interés internacional".

LAS PELÍCULAS CON LAS QUE COMPITE “MR. KAPLAN”

Relatos salvajes - Argentina

Seis historias independientes que ocurren en Argentina pero que se conectan por las reacciones fuera de control de sus protagonistas, puestos a prueba y llegando al límite. Situaciones cotidianas que le pueden pasar a cualquiera y en las que todo se sale de control, desde un drama burocrático hasta un asesinato, pasando por un insulto en la carretera o un casamiento. Con Ricardo Darín, Leonardo Sbaraglia y Érica Rivas, entre otros.

Conducta - Cuba

Dirigida por Ernesto Daranas, la película cuenta la historia de Chala, un niño de once años que vive en un barrio de La Habana con su madre drogadicta. El único sustento de la familia es entrenar perros de pelea. Un cambio de maestras en la escuela pone en riesgo su educación y lo enfrenta al entorno. El joven Armando Valdés Freire se destaca en el rol principal, acompañado por Alina Rodríguez, Miriel Cejas, Yuliet Cruz.

La distancia más larga - Venezuela

Una mujer española de 60 años a la que le quedan pocos meses de vida decide realizar un viaje al Amazonas para morir en el lugar donde, alguna vez, fue feliz. Su intención es subir al monte Roraima y morir en el camino, pero no puede hacerlo sin ayuda de un guía. Pero la irrupción de su nieto de doce años dará un vuelco a su vida. Dirigida por Claudia Pinto, cuenta con Carme Elías, Omar Moya y Alec Whaite.

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