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Matrimonio y algo más

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Pareja de película: Suar y Bertucelli se lucen nuevamente. Foto: Difusión

Aesta altura, y a pesar de que solo tienen una película juntos, una comedia romántica dirigida por Juan Taratuto con Valeria Bertucelli y Adrian Suar es una fórmula eficaz.

Sus variables quedaron presentadas en Un novio para mi mujer y ahora están de nuevo en Me casé con un boludo. Cuando hay equipo y se tiene claro el resultado que se busca, es solo cuestión de jugar y ganar.

Lo que hay acá es lo que había antes: una película entretenida sobre la relación de dos personajes distintos e imposiblemente enamorados. En la primera película, Bertucelli era la Tana Ferro, una esposa malhumorada (y un personaje ya clásico del cine argentino) de la que el Tenso Polski quería separarse y creaba un plan para desembarazarse de ella.

Ahora Bertucelli es una aspirante a actriz que, seducida por el entusiasmo ajeno, se termina casando con la estrella de cine egocéntrica y bastante boluda que es el papel que le tocó esta vez a Suar. Ella se da cuenta más rápido que lo habitual que en realidad se casó con un boludo (y tiene razón), y cuando él se entera empieza a mentirle una personalidad más amigable y despierta. Las confusiones que se provocan son el motor que lleva adelante la historia.

Las comedias de Taratuto, como casi siempre en las buenas comedias, funciona a partir del choque de opuestos: los personajes, lo masculino y lo femenino, la verdad y la mentira, lo que somos y lo que decimos ser. A eso acá le suma otros choques como la vida real y la vida en el cine, y lo que pasa y lo que cuentan los medios.

Y en Me casé con un boludo ese juego de opuestos también se traslada a la manera en que los actores encaran su laburo. Mientras Suar hace una exagerada versión presuntamente de sí mismo (y ese es un método que le funciona muy bien), lo de Bertucelli es un juego gestual y de composición extraordinario. Es un despliegue de comedia física, y son tantas las variaciones que maneja que Suar queda relegado al papel de Portales al lado de Olmedo: un eficaz ladero con, eso sí, carisma propio.

Está buenísimo ver a Bertucelli jugar con su cara para hacer entender la preocupación de haberse casado con una de las peores especies de marido (aunque de las más habituales, por lo visto) y el despliegue que hace cuando, de desesperada se queda ciega, un divertido paréntesis en la película que Taratuto parece haber puesto para dar aún más destaque a su estrella femenina.

No es una película perfecta pero el guión es sensato (aunque tiene alguna caída), la historia está buena y el nivel es de primer mundo. Una película como esta, además, sirve para ver cómo el cine popular argentino pasa por un gran momento.

Me casé con un boludo [***]

Argentina/2016. Dirección: Juan Taratuto. Guión: Pablo Solarz. Con: Adrián Suar, Valeria Bertuccelli, Gerardo Romano, Norman Briski, Alan Sabbagh, María Alché y Analía Couceyro. Fotografía: Julián Apezteguía. Música: Darío Eskenazi. Edición: Pablo Barbieri. Dirección: de arte: Vera Aricó. Duración: 110 minutos. Estreno: 17 de marzo.

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Pareja de película: Suar y Bertucelli se lucen nuevamente. Foto: Difusión

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