Crítica

Cinemateca estrenó la nueva película de Jan Hrebejk, un inteligente drama sobre una enseñanza corrompida

PABLO STARICCO

La maestra no da vueltas para mostrar que la manzana está podrida. En la última película del cineasta checo Jan Hrebejk, director de Lo mejor de nosotros, los problemas quieren aflorar desde el comienzo, cuando un grupo de padres es reunido en secreto en la escuela de sus hijos.

Es 1983 en Checoslovaquia y un socialismo vigente, aunque cada vez más difuminado, es parte de la vida de los trabajadores y asistentes de una pequeña escuela en Bratislava. Allí, Mária Drazdechová, una maestra nueva interpretada por Zuzana Mauréry, llega para dar clases.

Drazdechová es la viuda de un militar y, al parecer, mantiene un vínculo estrecho con figuras poderosas dentro del régimen comunista. Al menos, eso es lo que se dice de ella entre algunos de sus camaradas y los padres de la institución educativa.

Lo que conocerán sus alumnos de ella es una figura autoritaria, rigurosa y con un interés particular: conocer la profesión de cada uno sus padres. Es que en el aula de Drazdechová, la información es poder y La maestra explora lo que sucede en la enseñanza cuando la figura de mayor autoridad dentro de una clase está corrompida.

Los profesores duros no son novedosos dentro del cine, pero la forma en la que Hrebejk y el guionista Petr Jarchovský presentan a Drazdechová, tanto la protagonista como antagonista de la historia, resulta dura. Sus planes para beneficiarse de alumnado son mundanos pero efectivos y por eso, dan miedo verlos funcionar.

El relato se divide en dos líneas temporales que se entrelazan. La discusión de los padres en la escuela toma una parte y, al igual los espectadores, ellos descubrirán lo que la llegada de Drazdechová ocasionó en su hijos.
Jarchovský ha dicho que la película se basa en sus propios recuerdos y por eso es que La maestra tiene un realismo que le queda muy bien. Con un elenco estupendo, sobre todo Mauréry, La maestra sobresale también en su retrato de una docencia putrefacta. Va en Cinemateca 18 hasta el 13 de junio.