El club de las madres rebeldes [**]Estados Unidos, 2016. Dirección: Jon Lucas y Scott Moore. Con: Mila Kunis, Kathryn Hahn, Kristen Bell, Christina Applegate.Título original: Bad moms. Duración: 105 minutos.

El objetivo primordial de una comedia es entretener y, si lo logra, no importa si el argumento es flojo, si hay malas actuaciones o si no se profundiza en tal o cual tema. Pero si una comedia no hace reír no hay nada que pueda salvarla. Es el caso de El club de las madres rebeldes.

Estrenada la semana pasada en Uruguay, es una película que tenía de dónde agarrarse para poder ser exitosa en su género. Está escrita y dirigida por Jon Lucas y Scott Moore, guionistas de la primera parte de ¿Qué pasó ayer?, que es la más graciosa de las tres. Tiene un buen elenco con Mila Kunis y Christina Applegate a la cabeza, y parte de una idea con potencial: madres treintañeras que necesitan sentirse vivas más allá de lo que pasa en el hogar.

Pero nada les alcanza.

Amy (Kunis) descubre que su marido tiene un amorío online y eso le hace ver que, por más eficiente que sea en su trabajo y como madre de dos preadolescentes, las cosas no están bien. Entonces se consigue dos amigas en un bar: la sometida Kiki (Kristen Bell) y la desprejuiciada Carla (Kathryn Hahn, lo mejor de la película) para vivir la vida libremente. Eso despierta la ira de Gwendolyn (Applegate), el modelo perfecto de madre y ama de casa estadounidense de clase alta.

De ahí en más todo es un gran lugar común —sexo, drogas y levemente los dramas de ser madre hoy— y una guerra de fraternidades protagonizada por mujeres hechas y derechas. Todo está tratado con una estética pop y una banda sonora de hits modernos que hace que esa "liberación" que buscan las protagonistas quede muy forzada, adolescente. Y encima nos quieren hacer creer que Mila Kunis no es atractiva, el error que le faltaba a este club poco gracioso.

CRÍTICA - CINEB. FOURMENT