Jia Zhangke es un maestro del cine moderno y un cronista del cambio chino.

La película se abre (y se cierra) con la protagonista bailando una coreografía algo torpe pero encantadora de "Go West", en versión de Pet Shop Boys. Es una invitación bien alegre para meterse en la travesía de un país que de cerrado en sí mismo pasó a ser una potencia expansiva. Y entender cómo eso tiene precio.

La canción —originalmente, un canto gay a la libertad y la tolerancia que se vivía en el oeste de Estados Unidos— tiene en esta película de Jia Zhangke, otra lectura: Jia, en su cine, ha retratado el camino de su país, China, hacia Occidente, un oeste político, económico y social repleto de incertidumbres. Y que deja víctimas.

Desde su primera película de proyección internacional, Platform (de 2000, estrenada en Uruguay en 2005 por Cinemateca Uruguaya), Jia ha venido siguiendo la trayectoria moral de su país en tiempos repletos de tormentas. Aquella era la historia, situada en 1985, de un grupo de artistas oficiales ambulantes que empezaban a notar las primeras cicatrices sociales del cambio. Ese ha sido el tono de toda su filmografía.

Alguien recordó que alguna vez, Fassbinder intentó crear con sus películas, "una historia moral de Alemania" y que Jia hace lo mismo con China. La relación es interesante y aplica. En sus películas abundan los planos de multitudes, por ejemplo, como una manera de señalar quiénes son los daños colaterales de antes y de ahora. Ese proletariado imperturbable y pasivo son los verdaderos protagonistas de su cine.

Nacido en 1970 en la ciudad industrial de Fenyang (donde transcurre en general su obra), Jia ha conseguido una trascendencia internacional importante y es el más interesante de la sexta generación de cineastas chinos (la quinta es la de Zhang Yimou, hoy volcado a la grandilocuencia de las superproducciones tirando a patriotas). Jia ha ganado premios en Berlín, Cannes y en el Bafici porteño. En Uruguay se estrenaron, además de Platform, Naturaleza muerta, el documental Dong, Placeres desconocidos y El mundo, todas a través de Cinemateca; ésta es la primera en llegar al circuito comercial.

Lejos de ella se divide en tres episodios, diferenciados por formatos de pantalla distintos que enmarcan cada momento de la historia.

El primer capítulo ocurre en las vísperas del cambio de siglo cuando las consecuencias del acercamiento chino a Occidente empezaban a mostrar síntomas. De ahí pasa a 2014 cuando el nuevo modelo está consolidado y el desmembramiento social definido; el último episodio es en 2025. Las dos primeras partes ocurren en China; la última, mayormente en Australia.

El centro de la historia es Zhao Tao (esposa y musa de Jia) quien es disputada por dos hombres: Liangzi (Liang Jin Dong), el proletario tímido que representa la vieja China y jamás explicita sus sentimientos, y Zhang Jiansheng (Zhang Yi), un nuevo rico bastante bobalicón como la nueva China. Tao se decide por éste y tienen un hijo al que le ponen Dólar. Es un poco simplista, es cierto.

Para el segundo capítulo, Tao está separada y lejos de su hijo ya que Zhang está instalado en Shanghai y aspira a invertir en Australia. Aquella muchacha simple y divertida, ahora es una señora rica y algo triste que lucha con la decadencia de su padre y la distancia de su hijo. A Liangzi la vida le ha pasado por encima y vuelve cansado y enfermo por trabajar en las minas.

En el tercer episodio Tao es un personaje marginal y el centro pasa por Dólar, quien no quiere el mundo (capitalista) que le ofrece un padre que parece estar en negocios peligrosos. Todos los personajes, en definitiva, sufrieron tanta transformación.

Con armas propias del melodrama y en la película más accesible de su filmografía, Jia vuelve a construir una parábola sobre la China actual. Y es otro de sus intentos por dar algunas respuestas sobre preguntas que nadie parece estar haciéndose. Abrirnos los ojos es una de las tareas más dignas del cine. Y como la de todos los grandes directores, esa es la misión de Jia.

China, 2015. Título orginal: Shan he gu ren. Director: Jia Zhangke. Guión: Jia Zhangke. Fotografía: Yu Lik-wai. Música: Yoshihiro Hanno. Montaje: Matthieu Laclau. Dirección artística: Qiang Liu. Con: Zhao Tao, Zhang Yi, Liang Jingdong, Dong Zijian, Sylvia Chang, Rong Zishan, Liang Yonghao, Liu Lu, Yuan Wenqian. Duración: 131 minutos. Estreno: 4 de agosto.

CINEFERNÁN CISNERO