CRÍTICA

Nicolás Lauber

El cine ha sabido aprovecharse de una buena pareja despareja: ejemplos hay de sobra, porque la fórmula no suele fallar. Dos mundos distintos, con personalidades y motivaciones opuestas que necesariamente tienen que trabajar juntos para lograr sus cometidos han sido el atractivo de aventuras como La joya del Nilo, En busca de la ciudad perdida o Las minas del Rey Salomón. En Jungle Cruise, que ayer se estrenó en cines de todo el mundo y también en Disney Premium Access, eso también está presente.

Basándose en una de las atracciones de Disney (así también surgieron La mansión embrujada y la saga Piratas del Caribe), la película tiene todos los ingredientes de una historia de aventuras. Hay una misión peligrosa que lleva a los protagonistas por lugares que parecen imposibles, villanos peligrosos pero que no asustan nada, personajes secundarios que dan una dosis de humor y mucha comedia física.

ficha

Jungle Cruise [***]

DirectorJaume Collet-Serra

ConDwayne Johnson, Emily Blunt, Edgar Ramírez, Jake Whitehall, Jesse Plemons.

Duración127 minutos

Estados Unidos, 2021.
Título original: Jungle Cruise.
Guion: Michael Green, Glenn Ficarra, John Requa, John Norville, Josh Goldstein.
Fotografía: Flavio Martínez Labiano.
Editor: Joel Negron.
Música: James Newton Howard.
Estreno: 29 de julio en cines y Disney Premium Access.

Luego de una introducción en la que se cuentan la leyenda de un árbol ubicado en el Amazonas, cuyas flores tienen la propiedad de curar cualquier mal; y la del Conquistador que por ir tras esos pétalos cayó preso de una maldición, comienza la historia.

Ambientada en los primeros años del siglo XX, rápidamente presenta a Lily Houghton (Emily Blunt), una aristócrata con gusto por la aventura como pueden ser Lara Croft en Tomb Raider o Alicia en Alicia en el país de las maravillas. Ella intenta, inocente e incrédula, que la sociedad inglesa de exploradores financie una expedición a Brasil para buscar esta flor que podría ser un avance revolucionario para la medicina.

Es la única que no cree que se trate de un mito sin fundamento, así que no se rinde ante las negativas: en una genial escena que recuerda a Buster Keaton, se roba una flecha que podría ser la clave para encontrar el árbol en cuestión. Junto a su hermano, un dandi que se cambia de ropa siete veces al día, se van hasta Brasil para continuar con la misión por sus propios medios.

Así es que se topan con Frank Wolff (Dwayne Johnson), el capitán de una destartalada embarcación y el único capaz de remontar el Amazonas, río al que conoce como la palma de su mano. No pasa mucho hasta que se encuentran con peligros, pelean contra un guepardo, se topan con un príncipe alemán con planes poco altruistas para el descubrimiento de Lily, y con unas aguas traicioneras y serpenteantes.

El realizador Jaume Collet-Serra (Miedo profundo) reunió un equipo que conoce bien (el editor Joel Negron y el director de fotografía Flavio Martínez Labiano) para contar esta divertida aventura que se inspira en una atracción que apenas dura ocho minutos. La película le añade dos horas más a este mero disparador.

El resultado es la renovación de un género que parecía olvidado por sus costos altos y despliegue de producción, pero que suele cimentar franquicias lucrativas con historias para toda la familia. Pasó con Los cazadores del arca perdida, Viaje al centro de la Tierra, La Momia o El Rey Escorpión, que protagonizó Johnson al inicio de su carrera en el cine.

En Jungle Cruise es Collet-Serra quien mantiene los engranajes de la acción en movimiento, dándole un estilo más clásico (el recuerdo de La reina africana es ineludible) en comparación con las más recientes películas de acción real de Disney. A esto hay que sumarle una potente banda sonora que se hace más fuerte a medida que los peligros se acercan, buenos efectos visuales, locaciones y decorados grandilocuentes, como amerita esta imaginativa historia.

Más allá de la vistosa puesta en escena, la ambientación, el presupuesto y los famosos involucrados, Jungle Cruise es un gran entretenimiento que se disfruta en pantalla grande. Después de tantos meses sin cines, esta es una buena forma de reencontrarse con la sala oscura, el pop y el sonido envolvente.