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Allison fue, dice, la persona más divertida que alguna vez conoció, casi que la inventora de la diversión. Y Carlos, compañero de todas sus aventuras improvisadas, es testigo y es parte de aquella vida que, desde que llegaron los hijos, quedó atrás. Era de esas personas que le dicen que sí a todo, pero fue madre y el “no” se convirtió en la palabra más mencionada en la casa.

Ahora enfrenta la adolescencia de una hija que ya no necesita de la sobreproteccion maternal, la rebeldía de un varón, la excesiva energía de una niña y la combinación con potencial de explosivo de los tres. Pero enfrenta, sobre todo, el hecho de que sus hijos la consideran cualquier cosa menos alguien capaz de pasarla bien: Allison es la dictadora de este hogar bilingüe y multicultural y no puede soportarlo.

Así que en esta casa resuelven adherirse a una nueva moda y, durante 24 horas, decirle que sí a todo lo que los chicos quieran. Lo que vendrá será una sucesión de hechos disparatados con todo lo que, ya se sabe, funciona bien en este tipo de comedias familiares.

Allison es Jennifer Garner, actriz a la cabeza de la nueva película de Netflix, ¡Hoy sí!, disponible desde ayer en la plataforma de streaming. Comparte protagónico con Edgar Ramírez y los chicos son Jenna Ortega, Julian Lerner y Everly Carganilla. Dirige Miguel Arteta, el puertorriqueño de Alexander y un día terrible, horrible, malo... ¡muy malo!

Con menos de una hora y media de duración, la comedia es simpática y poco más. Tiene algún chiste escatológico, varias bromas de golpes, un par de números musicales tiernos y eso incluye la aparición de la cantante H.E.R., y las esperables lecciones emocionales. Al final del día, los adultos se habrán reencontrado con sus niños internos y con aquella frescura que perdieron, y los más pequeños habrán entendido que estar a cargo de las situaciones no es tarea sencilla.

La premisa es buena, pero se desperdicia en un montón de recursos y fórmulas muy vistas un sábado a la tarde en cualquier canal de televisión por cable. ¡Hoy sí! tiene unos cuantos clichés con los que entretener a una audiencia que no pida demasiado, pero le sobra color y le falta ingenio.

Jennifer Garner vuelve en esta película a un tipo de personaje que conoce bien y que tiene la amabilidad de, por ejemplo, la Jenna de Si tuviera 30, aquella comedia de Gary Winick sobre adolescente en el cuerpo de una adulta e intentando acomodar las malas decisiones tomadas en su vida.

Garner, que además se ha desarrollado como productora, saltó a la fama a comienzos de la década de 2000 con el protagónico de la serie Alias, que le valió un Globo de Oro y gran reconocimiento. Supo destacar en películas como Juno o El club de los desahuciados, fracasar con su Elektra de Daredevil y mantenerse activa con una serie de papeles que, en los últimos años, no lograron ponerse por encima de su mediática separación de Ben Affleck, su pareja por una década.

Netflix, ahora, aparece como una oportunidad para darle un nuevo impulso de masividad a su carrera. Tras ¡Hoy sí!, que gira en torno a una práctica que hace su propia familia, Garner se prepara para producir y protagonizar Family Leave, otra comedia “hermana” del reciente estreno: repetirá plataforma, equipo de trabajo y también se basará en un texto de Amy Krouse Rosenthal, para contar sobre una familia que se despierta con un cambio de cuerpo. Hacia allí parece apuntar, ahora, su camino como actriz.