El 1 de abril empieza una nueva edición de este festival con películas de todo el mundo.

En una semana empezará la edición número 33 del Festival Cinematográfico Internacional de Cinemateca, que se desarrollará del 1 al 12 de abril en siete salas montevideanas: Cinemateca 18, Sala Cinemateca, Sala Dos, Life Cinemas 21 (ex Casablanca), Cine Universitario (salas Lumière y Chaplin) y Lindolfo. Este año, como novedad, habrá actividades extracinematográficas que se realizarán en el bar Facal, a unos metros de Cinemateca 18, entre las 13 y 18 horas. Ese lugar operará como punto de encuentro en torno al festival, nucleando a organizadores, realizadores y actores invitados, periodistas y espectadores, entre novedades, entrevistas o charlas sobre cine en general.

Pero lo esencial, como siempre, serán las películas, que en esta edición conforman una programación de 124 largometrajes y 57 cortometrajes procedentes de medio centenar de países de todo el mundo. Habrá desde trabajos de maestros del cine universal hasta óperas primas de gran impacto reciente.

Además de las seis secciones fijas habituales del certamen (Largometrajes Internacionales, Largometrajes Iberoamericanos, Competencia Nuevos Realizadores, Competencia de Cine de Derechos Humanos, Cortometrajes Internacionales, Cortometrajes uruguayos) habrá un Espacio Internacional con varias novedades y un Espacio Uruguay con filmes locales. Como ya es habitual en el festival habrá "focus", en este caso dos: el Focus Nórdico, con películas de Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca, y el "Off the wall", que acerca piezas de varios directores de Europa del Este que tienen como tema recurrente la cortina de hierro.

Constituida por 51 largometrajes, la Sección Internacional es sin dudas de un gran atractivo. La apertura del Festival de Cinemateca será el miércoles 1 de abril a las 21:30 horas en Cinemateca 18 con la exhibición de Dos días, una noche, la nueva película de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne. Coproducción entre Bélgica, Francia e Italia, la película cuenta la historia de Sandra (interpretada por Marion Cotillard, ganadora del Oscar y el Bafta por su recordado papel como Édith Piaf en La vie en rose, y nominada en la última gala de los Oscar por el presente rol), una mujer sumida en la depresión que recibe una noticia que no ayuda para nada: será despedida para recortar personal. En un recorrido que durará lo que indica el título del film, la protagonista recorrerá la ciudad de Lieja (punto frecuente en las historias de los Dardenne) y hablará con sus excompañeros para buscar ayuda. El film constituye un viaje por la vida de la clase media baja (Sandra es madre de dos hijos y depende de las ayudas sociales) y también por el interminable abanico de reacciones humanas en crisis.

Este drama, donde se destaca la intensa actuación de Cotillard, marca además el regreso de los Dardenne a los cines uruguayos tres años después del gran suceso que significó El niño de la bicicleta (2011).

Otro nombre fuerte que atrae por sí solo en esta edición del festival es el de Roman Polanski con La Venus de las pieles. Por más que el realizador polaco se encuentre en medio de más y más dramas legales (Estados Unidos sigue con su eterna intención de llevarlo a juicio por el caso de abuso a una menor en los años 70), Polanski no pierde su toque. En este caso presenta a un director que busca actrices para su nueva obra pero no parece encontrar a la indicada, hasta que aparece una en apariencia incompetente que, poco a poco, lo envuelve en un juego de seducción que se juega en los límites de la ficción y la realidad. Como en Un dios salvaje (2011), su anterior película, Polanski vuelve a adaptar un éxito teatral de Broadway (escrito por David Ives) y lo lleva al cine. Por esta película se llevó el premio a Mejor Director en los César.

Con 84 años, Jean-Luc Godard sigue dando de qué hablar en el cine y una muestra clara de eso es Adiós al lenguaje, su última película, Premio del Jurado en el pasado Festival de Cine de Cannes. En un experimento sobre justamente el lenguaje cinematográfico, Godard plantea imágenes visualmente muy ricas por las que circulan historias más o menos conectadas: un hombre soltero, una mujer casada, su relación, sus idas y vueltas, y en otra línea un perro que vaga entre la ciudad y el campo. Pero la clave es que el cine de Godard es mejor verlo que someterlo al lenguaje. Una auténtica proeza para un veterano que a pesar del tiempo sigue sorprendiendo y aportando su ojo particular en cada plano.

Tres horas y quince minutos. Eso es lo que dura Sueño de invierno de Nuri Bilge Ceylan. Aydin dirige un pequeño hotel en Anatolia central junto a su mujer, de la que sin embargo está muy distanciado, y su hermana, sumida en la tristeza tras un divorcio. Ese es el escenario inicial de la película más larga del festival, una de las más largas de los últimos tiempos en el cine en general, de hecho, pero también una de las más apasionantes y atractivas. Sin ir más lejos, Ceylan se llevó la Palma de Oro en el último Festival de Cannes. Toda una hazaña por el hecho de mantener al público entretenido en la butaca por más de tres horas en tiempos donde el cine mainstream cada vez suele recurrir más a los artificios y a la brevedad para lograr impacto.

El 3 de agosto del año pasado falleció Manuel Martínez Carril, que entró a Cinemateca Uruguaya en 1967 y estuvo varios años al frente de dicha institución. Además, entre 1981 y 2009 dirigió el Festival Cinematográfico Internacional del Uruguay, el mismo que en esta edición, la número 33, le rinde homenaje a casi un año de su muerte. Con tal motivo se exhibirá Todo por amor al cine, documental de Aurélio Michiles sobre Cosme Alves Netto, director de la Cinemateca do MAM (Museu de Arte Moderna do Rio de Janeiro) y amigo y socio de Martínez Carril en la conservación del cine latinoamericano.

Pero el cierre mismo del festival también será un homenaje a Martínez Carril. El sábado 11 de abril a las 21:30 horas se exhibirá Almas de la costa (1923) de Juan A. Borges Nicrossi. Estrenado en 1924 en el cine Ariel, es el primer largometraje uruguayo, y no se ha vuelto a exhibir desde entonces. Este será su regreso. Nelson Carro comenzó a trabajar en su reconstrucción en 1974 y el resultado se verá ahora. Martínez Carril estuvo implicado en esta reconstrucción ya que hace cuatro décadas le encomendó esta tarea a Carro, pidiéndole que armara la mejor versión posible con los materiales que estaban depositados en la Cinemateca Uruguaya en ese entonces. Carro lo hizo pero continuó la tarea mucho tiempo más y la enriqueció con otras fuentes y recursos hasta el día de hoy. En una única función acompañada a piano, Almas de la costa regresa a Uruguay y despide el Festival de 2015.

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