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Homenaje militarista de factura intachable

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Foto: Difusión.

Denle tiempo y hasta el más cretino puede terminar convenciéndonos. No es que Michael Bay sea un cretino —es solo un director de películas belicistas, machistas y patrioteras— pero es que de tanto insistir, al final uno ha terminado creyendo que es un director con méritos.

13 horas: Los soldados secretos de Bengasi reúne esas dos características. Es una película indisimuladamente militarista, un homenaje a un grupo de mercenarios, agentes de la CIA y funcionarios de Estados Unidos y a sus métodos en circunstancias complicadas. Pero por otro lado está contada con un pulso que es marca registrada y que la hace atractiva. En tiempos aciagos, hasta Michael Bay puede ser un maestro.

Para darse cuenta de eso, hay que sacarle a este invento toda esa pátina de patriotismo exacerbado que hace que la película termine con una bandera de Estados Unidos y una placa recordatoria a los efectivos de la CIA. Desde este lado del mundo, es un poco mucho, la verdad.

Es una historia real. En la Libia pos Gadafi, las cosas se complican y todo revienta cuando un grupo de enardecidos libios se hacen con la embajada de Estados Unidos y la emprenden contra otro edificio oficial. 13 horas está contada desde el punto de vista de un grupo de contratistas, soldados a sueldo al servicio de Estados Unidos, que se convirtieron en esa aciaga noche en desprendidos héroes.

Todo el asunto es muy infantil y eso puede hacer calentar a más de uno. Pero así son las películas de Bay: los guiones parecen creados en un tercer tiempo de rugbiers. Todo se centra en la lucha eterna entre guerreros y pusilánimes, contada desde el punto de vista de los guerreros que acá son gente de buen corazón, amigos de sus amigos y con familias esperándolos en casa. Por otra parte los libios son como villanos de videojuegos: figuras a la distancia a las que hay que matar, limitados a su papel de blancos.

Pero con esa (gigantesca) salvedad, 13 horas es cinematográficamente decente. Bay (el responsable de Transformers, Armaggedon, la interesante pero desapercibida Sangre, sudor y lágrimas) hizo propio un estilo de cámara rápida y movimiento constante, tomas cortas y un colchón sonoro que va creando el ambiente. Cuando todo revienta en una batalla final, Bay es como un general que sabe dónde colocar a sus tropas. Y consigue, así, una película entretenida, demasiado militarista y estadounidense para espíritus sensibles, pero que sabe cómo ponerse al servicio de su historia. Es La caída del halcón negro de esta generación.

13 horas [***]

Estados Unidos. 2016. Título original: 13 Hours: The Secret Soldiers of Benghazi. Director: Michael Bay. Guión: Chuck Hogan sobre una novela de Mitchell Zuckoff. Fotografía: Dion Beebe. Música: Lorne Balfe. Con: John Krasinski, James Badge Dale, Pablo Schreiber, David Denman, Dominic Fumusa, Max Martini, Toby Stephens. Duración: 144 minutos. Estreno: 16 de marzo.

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Foto: Difusión.

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