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"High School Musical" cumple 15 años y acá hay algunos detalles del gran éxito de Disney

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High School Musical. Foto:Archivo

FENÓMENO

Era una película para Disney Channel pero se terminó convirtiendo en una de las franquicias más rentables de la compañía

Todas las generaciones tienen un musical que marca sus vidas. Si antes fueron La novicia rebelde, Fiebre de sábado por la noche, Grease o Footloose, para la Generación Z, los nacidos a mediados de los noventa, tiene que haber sido High School Musical, que está disponible, como sus secuelas en Disney+. Y como una demostración que el tiempo pasa para todos, esta semana se cumplen 15 años del estreno.

La película, dirigida por Kenny Ortega (coreógrafo de Dirty Dancing, otro título que marcó una generación) no solo lanzó las carreras de Zac Efron, Vanessa Hudgens, Ashley Tisdale y varios más. También se convirtió en un fenómeno sin precedentes para el canal Disney, creando un furor por camisetas, DVD, juguetes, posters, y cualquier cosa que tuviera la cara de los protagonistas. Pero High School Musical fue más que una película o un éxito de marketing, traspasó la pantalla y se convirtió en un hit en las listas de Billboard, tuvo producciones sobre hielo, libros, adaptaciones en distintos países, dos secuelas (la tercera estrenada en cines), un show en los parques de Disney, y desde que se estrenó el servicio de streaming Disney+, una serie derivada.

Nada mal para una película de bajo presupuesto y con un elenco integrado por chicos desconocidos. Igualmente la apuesta funcionó entre el público que le entregó tres Teen Choice Awards. Y la Academia de Televisión la reconoció con seis nonimaciones al Emmy de los que se llevó dos: mejor coreografía y programa para niños.

Al momento de su estreno, la película pasó sin pena ni gloria. Las críticas no fueron las mejores y su banda sonora entró en el puesto 143 de Billboard, lo que es apenas figurar; aunque de a poco el fenómeno se puso en marcha y gracias al boca a boca y una buena campaña de marketing con especiales y detrás de cámara que dan visibilidad, comenzó a crecer. También ese éxito se debió al elenco protagonista que además de ser carilindos, cantaban y bailaban muy bien. Para febrero la banda sonora estaba en el top 10 y sus canciones ocuparon el número uno de los charts por varias semanas, convirtiéndose en disco de platino.

High School Musical. Foto:Archivo
High School Musical. Foto:Archivo

La película es la historia de Troy y Gabriella (Efron y Hudges), quienes se conocen durante unas vacaciones, como Danny y Sandy en Grease, se enteran que son compañeros de secundaria y, obviamente, se enamoran. Él es chico popular, el capitán del equipo de basquet, y ella la recién llegada que es muy buena para las ciencias. Ambos tienen sus vidas marcadas por sus padres, y los dos aspiran cosas que nada tienen que ver con lo que sus progenitores esperan de ellos. Durante la detención (muy distinta a la de El club de los cinco), los chicos descubren que quieren cantar, bailar, y formar parte del club de teatro que prepara un musical para el final del año. Y si bien la película se llama “musical del final de año”, solo se muestra la antesala y los preparativos para ese evento.

Además de canciones que suenan bien, la trama es una mezcla de historias populares y conocidas. Hay algo de Romeo y Julieta (pero sin muertes) y Grease (sin referencias al sexo o embarazos), aunque a diferencia de cualquier historia de la secundaria, lo llamativo es que todos se portan relativamente bien. Nadie consume drogas, ni alcohol, nadie sufre bullying, ni fuma a escondidas, duerme con su pareja o es secretamente gay. Es Disney de principio a fin.

High School Musical. Foto:Archivo
High School Musical. Foto:Archivo

Es que East High, el lugar en el que se desarrolla la trama es, como todo en Disney, una seguidilla de ideales que no siempre existen en la realidad. Y en tiempos donde el cine mostraba la violencia diaria entre los estudiantes en títulos como Bowling for Columbine (Michael Moore, 2002), Elefante (Gus van Sant, 2003), Chicas pesadas (Mark Waters, 2004) o cualquier episodio de Los Simpson, High School Musical presentaba que, con algunos roces y complicaciones menores, la secundaria era un lugar sano en el que los estudiantes podían ser lo que quisieran. Ese es el mensaje de esta película, y seguramente la clave de su éxito.

Eso queda de manifiesto en uno de sus números musicales "Stick to the Status Quo", donde los estudiantes dicen sus más inconfesables anhelos a sus compañeros. Un deportista quiere ser cocinero, un skater tocar el violoncelo, y una integrante del club de ciencias, hacer break dance. Y ni siquiera la más popular y la “villana” de la historia, Sharpay (una versión apta para todo público de Paris Hilton, hasta con un Chihuahua en el bolso), puede impedir que sus compañeros realicen sus sueños.

Además, esta secundaria está integrada por adolescentes limpios y que no juzgan a las personas por el color de su piel y le dicen señor o señora a los padres de sus compañeros. Es más, el insulto más perverso que Sharpay le dice a alguien es “¡Evaporate!”.

Todo este buen comportamiento que sucede mientras los jóvenes intentan encontrarle un camino y sentido a sus vidas, crea una linda fantasía para los padres que en definitiva son los que gastaron los millones de dólares en discos, entradas y merchadising de la película.

A 15 años de su estreno, High School Musical mantiene los temas fundamentales para cualquier historia adolescente exitosa: el amor, la amistad y el autodescubrimiento. Y si bien se utilizan moldes trillados y estereotipados de la secundaria: los deportistas, los nerds, las “porristas” y los populares, para transmitir estos conceptos, todos sentimos empatía por los protagonistas. Es que Troy, Gabriella y resto del elenco son un reflejo de nuestras experiencias en la infancia. Y mientras la trama avanza, la banda sonora refuerza estas ideas mostrando las alegrías, miedos y tristezas que muchos sentimos durante esos años tan complicados.

Claro que High School Musical no fue un éxito inesperado, ni era la primera vez que Disney dejaba una marca en los adolescentes del mundo. El canal responsable de las carreras de Britney Spears, Christina Aguilera, Ryan Gosling o Justin Timberlake, a inicios de los noventa, renovó su propuesta con nuevos ídolos para los adolescentes que contaban la misma historia edulcorada de siempre.

La fórmula ha funcionado siempre y Disney se encargó de seguir exprimiendo esa fusión de adolescencia-canto-danza en películas como Campamento Rock, la trilogía Descendientes y más recientemente con Zombies, siempre haciendo énfasis en las cosas que nos acercan a todos, en lugar de marcar nuestras diferencias.

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