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Cuando el final te atrapa en ese peor momento

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Gran labor de Cannavale encarnando a un productor musical en decadencia. Foto: Difusión.

Termina la temporada de Vinyl, la serie de Scorsese y Jagger.

Richie Finestra ha perdido completamente el rumbo. Endeudado por todos lados y con la necesidad imperiosa de sacar a flote su compañía discográfica, en crisis profunda con su esposa Devon, y con la policía tras sus pasos por un asesinato que oculta, las drogas y el alcohol han sido su mayor refugio. Así ha transcurrido la primera temporada de Vinyl, que esta noche llega a su fin con la emisión del décimo capítulo, titulado "Alibi" (HBO, 23 horas).

Alibi significa coartada, que es la que Richie se ha fabricado para zafar de un homicidio que, aunque él define como accidente, lo conducirá sin dudas a la cárcel. Olvidando diferencias del pasado, recurrió a su padre para que le sirviera de coartada. Una solución tan frágil como ha sido su vida en los últimos meses. Richie le ha fallado a demasiada gente: a su esposa, sus dos pequeños hijos, a su mejor amigo y socio, a sus empleados, a muchos de los artistas que representa… ¿Hay salida para él?

Una pregunta que quizás tenga respuesta esta noche y quizás no, porque el éxito de la serie creada por Martin Scorsese, Mick Jagger y Terence Winter determinó que se ganara una segunda temporada, la que se estará dando a conocer recién en 2017. "Rica, brillante y adictiva" fue la forma como The Hollywood Reporter definió a esta historia ambientada en el mundo de la música de la década de 1970 en la ciudad de Nueva York. Acertada definición para un producto que pisó fuerte desde el vamos, con un primer capítulo dirigido por el maestro Scorsese y una banda sonora en la que se nota la mano de Jagger. No mucho menos se puede decir de Winter, creador y responsable de éxitos como Boardwalk Empire, y nominado al Emmy por Los Soprano y al Oscar por Mejor Guión Adaptado de El lobo de Wall Street.

Seguramente un nombre que se reitere en las próximas nominaciones de Emmy, Globo de Oro y demás, sea el de Bobby Cannavale, un actor que ya venía demostrando su talento en cine y televisión, pero que con su interpretación de Richie Finestra ingresa definitivamente en las grandes ligas de protagonistas de series. Ese hombre desorientado, pero que no por ello deja de avasallar a quienes lo rodean, es impecable. Richie no se queda quieto un minuto: duerme poco, se droga y toma mucho. Pero al mismo tiempo que se lleva a todos por delante, su mirada denuncia una situación de vulnerabilidad, de pedido de ayuda desesperado que nunca será capaz de expresar o admitir con palabras.

Otro punto fuerte de Vinyl es la música, con una banda sonora impresionante de artistas que dan ganas de seguir escuchando, y géneros como el rock, el jazz, el blues, el pop… Una muy recomendable escena del capítulo ocho resume este aspecto de la serie: el mánager de una nueva banda intenta resolver la crisis creativa de sus representados tomando la guitarra y demostrando que cualquier canción, sea del género que sea, está compuesta sobre el mismo esqueleto: E.A.B. o mi la si. Una joyita que sintetiza el espíritu de Vinyl, el que, alimentado por lo que pueda ocurrir con Richie, hará que la espera de la segunda temporada sea complicada de sobrellevar.

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Gran labor de Cannavale encarnando a un productor musical en decadencia. Foto: Difusión.

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