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"La excavación": así es la última apuesta de Netflix, con Carey Mulligan y Ralph Fiennes

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Imagen de la película "La excavación". Foto: Difusión

CRÍTICA

"La excavación", protagonizada por Carey Mulligan y Ralph Fiennes, se basa en hechos reales y se ambienta en la Gran Bretaña previa a la Segunda Guerra Mundial

Tiene todo en su lugar y un público que la está esperando. Eso no significa que La excavación, el estreno más importante de Netflix de esta semana, sea la mejor película del mundo pero sí que no se complica y presenta su historia vistosamente.

Las cosas que están en su lugar incluyen una historia real poco conocida (por lo menos desde acá) que obliga a una reconstrucción de época cuidada y están Ralph Fiennes, Carey Mulligan y Lily James, o sea tres estrellas interesantes de distintas generaciones. Todo eso lo dirige Simon Stone, quien es australiano y va por su segunda película.

La historia real es la del mayor descubrimiento arqueológico en la historia de Gran Bretaña, lo que de antemano no suena muy excitante. Transcurre en 1939 pero la amenaza de la guerra es solo parte del escenario porque acá las cosas pasan por otro lado.

Pasan por Edith Pretty (Mulligan), una viuda de salud demasiado frágil quien compró con su difunto marido una propiedad en Sutton Hoo en Suffolk, principalmente por los montículos que podrían ser cementerios antiquísimos. Lo hace por su amor a la arqueología porque tiene todas las necesidades básicas notoriamente cubiertas. Ella tiene una intuición de ahí hay algo relevante.

Para sacarse las dudas contrata a Basil Brown (Fiennes), arqueólogo amateur pero excavador serio y de pocas palabras (no es Indiana Jones, precisamente) que viene con algunos reparos en las recomendaciones. 

Entre ellos se genera un vínculo profesional y respetuoso y su empecinamiento borra las diferencias sociales. Cuando empiezan a aparecer cosas interesantes (un barco de roble de 27 metros que fue la tumba de un rey anglosajón del siglo VII, enterrado con sus posesiones, uniforme de guerrero y todo celebrar una fiesta en la otra vida) llegan los burócratas de los museos a querer quedarse con el botín y, principalmente el prestigio del descubrimiento. Pero, acá nada es para desesperarse. Acá lo que está en el centro es el vínculo entre los protagonistas y alguna historia romántica en la que participa Lily James, como una integrante del equipo de excavadores en un matrimonio no demasiado gratificante.

Hay mucho empeño, esposas buenas, alguna enfermedad preocupante, un niño en busca de una figura paterna, pero todo transcurre a la velocidad crucero de una historia amable. Esa ausencia de conflictos, le suma poco al producto final.

Alguna simbología sobre desenterrar recuerdos y dramas personales, a la que se recurre cuando el personaje de Fiennes queda, literalmente, enterrado vivo, no necesariamente fructifica. El actor decidió hacer esa escena personalmente lo que debe haber sido todo un desafío.

Imagen de la película "La excavación". Foto: Difusión
Imagen de la película "La excavación". Foto: Difusión

Stone, a partir de un guion de Moira Bufini (Jane Eyre) sobre novela de John Preston, sabe aprovechar todo lo Ivory-Merchant inevitable a esta clase de propuestas de época. Acá los escenarios son prolijos y embellecedores gracias al diseño de producción de la nominada al Oscar (por El código Enigma), Maria Djurkovic.

Quizás para contrarrestar eso, el estilo visual está marcado por cierta modernidad en la que tiende a incluir los jump cuts en la edición y encuadres “raros” que distorsionan los espacios o aíslan a los personajes con uso de gran angular o jugando con las composiciones. Le funciona, la verdad aunque es un poco la fórmula de cierto nuevo cine británico de época.

Lo interesante es la historia que cuenta. Lo encontrado fue una de las grandes donaciones al Museo Británico donde aún integra la colección permanente y está en exhibición. Los méritos del descubrimiento habían sido injustamente disputados pero todo se aclara en un cartel final, otro de los protocolos de este tipo de propuestas históricas.

En ese sentido, La excavación, que usa los recursos de una manera prolija es una prueba de cómo es posible hacer una película con los méritos de un cierto cine británico del pasado a su favor.

Se deja ver sin complicaciones y eso es un montón para un montón de público que muchas veces no sabe dónde encontrar esta clase de propuestas amigables e inspiradoras.

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