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El eterno gusto por lo raro

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Miss Peregrine. Foto: Difusión
DF-12584 - The residents of MISS PEREGRINE’S HOME FOR PECULIAR CHILDREN ready themselves for an epic battle against powerful and dark forces. Left to right: Enoch (Finlay Macmillan), Emma (Ella Purnell), Jake (Asa Butterfield), Hugh (Milo Parker), Bronwyn (Pixie Davies), the twins (Thomas and Joseph Odwell), Claire (Raffiella Chapman), Fiona (Georgia Pemberton), Horace (Hayden Keeler-Stone), Olive (Lauren McCrostie), and Millard (Cameron King). Photo Credit: Jay Maidment.
Photo Credit: Jay Maidment

Hoy se estrena la nueva película de Tim Burton y es una de sus mejores.

Bueno, ahora así estamos más cerca del Tim Burton que aprendimos a querer: Miss Peregrine y los niños peculiares es de esperar sea el fin de una racha digamos rara, que probablemente haya empezado después de El gran pez, su última gran película (y es de 2003) y con la que esta nueva tiene algún punto en común.

La película viene de El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares de Ransom Riggsuna novela plagadas de referencias de esas en las que Burton siempre se ha sentido cómodo porque transitan entre la rareza y la inocencia. Tiene además un aire vintage presente en la historia original y que el director respeta y alimenta.

Jake (Asa Butterfield, el de La invención de Hugo Cabret), es un preadolescente que descubre tras la muerte de su abuelo que pertenece a un linaje de seres especiales que vive en un limbo temporal que está amenazado y donde es aceptado como uno más. Allí vive ungrupo de muchachos al cuidado de Miss Peregrine como unos X-Men con onda aunque con peculiaridades como tener una mándibula asesina en la nuca, sacar abejas de la boca, ser invisible o vencer la gravedad; algunas son más útiles que otras. Solo quieren vivir en paz pero alguien con cara de Samuel L. Jackson se quiere encargar de arruinarles el plan.

Es para niños a los que le gusta, por ejemplo, Lemony Sprocket, por decir algo, aunque algunos momentos (los soldados del mal son feísimos; los villanos se alimentan con ojos) pueden asustar a los más chicos.

Acá no están, por ejemplo, Johnny Depp, ni Danny Elfman en la música y, cierto, quizás sea un alivio; en las anteriores películas esos detalles simplificaban a Burton a una serie de protocolos prestablecidos y que cumplía al pie de la letra. Lo mejor del cine de Burton es cuando se lo ve cómodo y libre (Ed Wood, El joven manos de tijera, La leyenda del jinete sin cabeza) para poder presentar su universo de referencias góticas marcado por una profunda ternura.

Acá hay mucho lugar para esa sensibilidad porque el espacio en el que se mueve la novela de Riggs parece haber sido pensado para un director como Burton (otra opción podría haber sido Guillermo del Toro). Y esos niños peculiares son parte de la tradición de los mejores personajes de Burton y la película termina así dialogando con otras del director.

Y por eso el jardín de la institución de Miss Peregrine deja claro que por ahí pasó Eduardo Manos de Tijera, el primer gran niño peculiar de Burton. O la historia del abuelo que inventa aventuras que quizás sean reales era el principal encanto de El gran pez en un efecto que vuelve a funcionar muy bien.

Quizás por ahí pase la explicación de por qué esta vez funciona y en otras no tanto. El cine de Burton es un cine de amor y ese amor queda claro, por ejemplo, en la posibilidad que le da la imaginería del guión para jugar con una animación stop motion a lo Ray Harryhousen. Cuando consigue momentos así, es pura magia y puro cine.

La película gana mucho en sus rubros técnicos: la fotografía es de Bruno Delbonnel (nominado a cuatro Oscar en una carrera que se inició con Amelie, con la que Miss Pegrine comparte cierta sensibilidad) y el vestuario, de Coleen Atwood, ganadora de tres Oscar incluyendo uno por uno de los pocos rubros interesantes en la olvidable (y millonaria en recaudación) Alicia en el país de las maravillas de Burton.

Y también está un elenco apropiado porque Butterfield tiene ese rostro melancólico que ayuda tanto, Ella Purnell como bella Emma tiene esos enormes ojos, Eva Green, aunque no está tanto, tiene la presencia de estrella necesaria y Samuel L. Jackson, bueno, hace de Samuel L. Jackson.

Burton consigue una gran puesta en escena para contar una historia tan cercana a su corazón que, uno tiene que creer era imposible que le saliera mal.

Novela juvenil original, entretenida ilustrada con fotos extrañísimas.

Fue la pasión de Ransom Riggs por las fotografías extrañas lo que lo llevó a escribir El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares que Planeta acaba de editar en Uruguay a través de su sello Destino (580 pesos).

Riggs tiene una enorme colección de fotografías antiguas y raras, muchas de las cuales aparecen en la novela y le dan un toque siniestramente encantador. Es un libro hermoso, bien narrado y que va a atrapar a los niños acostumbrados a la lectura. Se vende, eso sí, para ese nicho de mercado que se da en llamar "joven adulto", lo que queda claro en su premisa: la de que lo diferente no debe ser juzgado y que todos somos capaces de encontrar y aprovechar nuestras peculiaridades.

Riggs le dijo a The New York Times que nunca había leído Harry Potter cuando escribió Miss Peregrine pero su apego a la fantasía en el mundo adolescente ha llevado a que muchos críticos las vincularan. Pero es una buena novela por sí misma.

Miss Peregrine y los niños peculiares [****]

Estados Unidos, 2016. Título original: Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children. Dirigida por: Tim Burton. Escrita por Jane Goldman basada en una novela de Ransom Higgs. Director de fotografía: Bruno Delbonnel. Música: Michael Higham, Matthew Margeson. Diseño de producción: Gavin Bocquet. Vestuario: Coleen Atwood. Con: Eva Green, Asa Butterfield, Samuel L. Jackson, Judi Dench, Rupert Everett, Terence Stamp. Duración: 127 minutos. Estreno: 29 de setiembre.

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Miss Peregrine. Foto: Difusión

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