Crítica

Basada en hechos reales, la nueva de Polanski, es un interesante thriller psicológico

Hay un aire de algo ya visto en Basada en hechos reales, la nueva película de Roman Polanski. Por momentos tiene cosas de Mujer soltera busca y Misery e incluso unos amagues a lo Persona de Bergman pero en realidad viene del melodrama de suspenso clásico, un género que le viene muy bien a Polanski. Aunque empezó siendo un nuevaolero como correspondía a comienzos de la década de 1960, desde hace 40 años, el polaco se mueve con soltura dentro de las limitaciones del cine tradicional.

Basada en un best-seller premiado de Delphine de Vigan, la película se centra en el vínculo de dos mujeres, Delphine (Emmanuelle Seigner), una escritora enfrentada a la pantalla en blanco de su nuevo libro y la misteriosa Elle (Eva Green) que se mete en su vida y la incita a escribir una novela personal, sanguínea, catártica. Entre las mujeres empieza a crecer una relación tirando a tóxica cuando Elle la aisla de su entorno, se encarga de su agenda, contesta sus correos electrónicos, ocupa su lugar en alguna presentación y se convierte más en una amenaza que una amiga. Se aprovecha además de algunas debilidades de Delphine quien está saturada de los fanáticos y la acosan fantasmas que ella misma despertó en su primera novela.

La película habla de la inspiración de un artista y los principales reparos que se le pueden hacer es su aplicación a la fórmula y algún giro previsible. Pero el asunto está contado con un pulso firme que disimula carencias. Incluso el Polanski más liviano (y está entra en esa categoría) suele ser mejor que la media y acá se lo ve, si bien poco original, bien directo en lo que quiere decir.

La música de Alexander Desplat ayuda a crear el clima necesario para este thriller de suspenso adulto que logra lo que se propone: contar una historia sencilla, mantener la tensión y aprovecharse de dos estrellas carismáticas.