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Una ensalada sin condimentos

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Una buena receta. Foto: Difusión

Una buena receta es un banquete que luce bien pero sabe mal. Mezclar en un mismo plato ingredientes demasiado fuertes puede ser un arma de doble filo, y acá tenemos una ciudad glamurosa (Londres), más un universo atractivo (la alta cocina), más un elenco de estrellas que de tan ambicioso parece grotesco.

Está el actor de moda de Hollywood (Bradley Cooper), el de Alemania (Daniel Brühl), el de Italia (Riccardo Scamarcio), un francés (Omar Sy), la sueca que ganó el Oscar (Alicia Vikander), la belleza inglesa respetada por la crítica (Sienna Miller), y la participación de dos actrices maduras: Uma Thurman (que otra vez hace de mujer refinada, y solo eso), y Emma Thompson (una de las muletillas del cine made in USA filmado en Inglaterra).

Los excesos de producción de Una buena receta resultan un trago amargo debido a la falta de creatividad que demuestra el guión, que se hace una zancadilla tras otra cada vez que entrevera la trama innecesariamente.

El protagonista es Adam Jones (Cooper, que hace su mayor esfuerzo, igual que Brühl), un chef famosísimo que triunfaba en París hasta que se volvió adicto a casi todo y desapareció en medio de un escándalo. Dos años después, recuperado, viaja a Londres para reunir a su viejo equipo y conseguir una tercera estrella Michelin, sinónimo de perfección y un hito jamás logrado.

En su segunda película, John Wells (que antes dirigió Agosto, también plagada de estrellas) se pasó de sal y de azúcar. ¿Cuántas veces vimos a un chef estresado que finalmente aprende a trabajar en equipo? ¿No es ridículo a esta altura usar el recurso de madre-soltera-enamora-hombre-incorregible? ¿Otra vez había que recurrir a la clásica dinámica de enemigos que se necesitan mutuamente?

Una buena receta es ese tipo de película que refrita una historia de manual en un ambiente exitoso a través de escenas que no sorprenden, y dosificando la información con torpeza, jugando con parlamentos que se ríen de los lugares comunes pero que no pueden salir de su propia trampa, porque todo aquí ya está visto, escuchado, actuado, criticado. Y eso aburre.

Sin embargo, entre tanta chatura, hay que reconocer que Wells fue inteligente en la forma de filmar la comida, sin belleza, a puro cuchillazo, porque para Adam Jones un buen plato no es sinónimo de placer ni de amor ni de pasión, sino de competencia consigo mismo. Pero no alcanza. El film podría describirse con su título original, que es Burnt, es decir: quemado, pasado de horno.

Una buena receta [**]

Estados Unidos, 2015. Dirección: John Wells. Guión: Steven Knight, Michael Kalesniko. Elenco: Bradley Cooper, Sienna Miller, Omar Sy, Daniel Brühl, Matthew Rhys, Riccardo Scamarcio, Alicia Vikander, Uma Thurman y Emma Thompson. Fotografía: Adriano Goldman. Música: Rob Simonse. Género: Comedia dramática. Duración: 101 minutos.

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Una buena receta. Foto: Difusión

CRÍTICA - CINE

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