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Encontrar un tesoro que un maestro nunca filmó

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Kubrick era un director meticuloso lleno de proyectos.

Hallazgo

Un guión nunca filmado de Stanley Kubrick fue descubierto 60 años después

Kubrick era un director meticuloso lleno de proyectos.
Stanley Kubrick, uno director lleno de ideas

Ha sido un año de perfil alto para Stanley Kubrick, el director estadounidense que falleció hace ya casi 20 años. Por un lado el mundo celebró el 50 aniversario (en Uruguay se estrenó el 16 de julio de 1969) de su obra más imperecedera: 2001, Odisea del espacio. Para la ocasión, el director Christopher Nolan, presentó una respetuosa restauración de aquel clásico, que fue estrenada en Cannes con toda su belleza en 70 mm.

Además, Steven Spielberg, uno de sus admiradores principales, incluyó una reconstrucción generada por computadora del Hotel Overlook, en el que transcurre El resplandor, en una escena clave de Ready Player One, su última película estrenada en marzo.

Alguien puede considerarse vigente cuando dos de los más grandes directores contemporáneos, recurren a su obra para restaurarla u homenajearla.

Esta semana, Kubrick volvió a ser noticia cuando un especialista en su obra se cruzó con un guion escrito en 1956 por Kubrick, que se sabía que existía, nunca fue filmado y se creía perdido para siempre. Su descubridor fue Nathan Abrams, profesor de Cine de la Universidad galesa de Bangor.

Es una adaptación de de la novela que Stefan Zweig escribió en 1911, Ardiente deseo. Kubrick lo adaptó en 1956, tras el estreno de Casta de malditos, su primera película importante. Nunca llegó a filmarlo.

“Lo buscamos en los archivos de Kubrick, de los estudios MGM, pero nunca apareció”, le dijo el profesor Abrams a El País español. “Me escribió el hijo de un antiguo colaborador de Kubrick, que tenía el guion. Lo encontró entre los papeles de su padre, que en su momento iba a trabajar en el proyecto, y lo había conservado”.

Abrams, quien ha escrito varios libros sobre el director, asegura que es un guión completo y todo lo definitivo que podía ser un libreto de Kubrick, un perfeccionista que solía cambiar sus guiones hasta el último minuto.

Es la historia del hijo de 12 años de un diplomático estadounidense, que establece un vínculo con un barón alemán quien en realidad lo usa para seducir a su madre en un spa. A menudo citada como una versión al revés de Lolita de Vladimir Nabokov (que Kubrick filmaría en 1962), también tiene algo de Muerte en Venecia de Thomas Mann. Era un poco fuerte para la moralina del código de producción de la década de 1950.

El neyorquino Stanley Kubrick construiría, una de las grandes carreras de cine mundial. Sólo dirigió 13 películas y cada una de ellas fue un evento de su tiempo. La lista incluye cosas como La patrulla infernal, Doctor Insólito, La naranja mecánica, Barry Lyndon y Nacido para matar.

Kubrick terminaría adaptando a otro austríaco contemporáneo de Zweig, Arthur Schnitzler, en Ojos bien cerrados. Y Ardiente deseo tuvo dos adaptaciones cinematográficas: en 1934 dirigida en Alemania por Robert Siodmak y en 1988 dirigida por Andrew Birkin y con Klaus Maria Brandauer y Faye Dunaway.

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