Publicidad

"Es un trabajo muy difícil, pero de mucho disfrute"

Compartir esta noticia
Nina y Mara son dos personajes antagónicos, y Griselda Siciliani los logra interpretar con gracia y profesionalismo. Foto: Difusión.
[[[[[[[Adrian Diaz (c); Adrian Diaz]]]]]]]

La actriz charló con El País sobre “Educando a Nina”, que se estrena el lunes en Canal 4.

Está engripada y se le nota, pero Griselda Siciliani no demora en disculparse por atender la llamada de El País así, "con todos los mocos". Está en la mitad de una jornada de grabación de Educando a Nina y, por más mal que pueda sentirse, no hay manera de parar: primero porque ella tiene que aparecer en prácticamente todas las escenas, y segundo porque a la ficción de Underground le está yendo tan bien que Telefé ya les pidió más capítulos. En principio iban a ser 80 en total y ahora se agregarán 40 o 50 más, pero la actriz no lo recuerda con exactitud.

A probar su éxito, que le devolvió a una producción argentina un lugar de privilegio en las mediciones de audiencia después de una pelea dura con los contenidos turcos, Educando a Nina llega el lunes a Uruguay. Después de anunciarla varias semanas Monte Carlo la estrenará a las 21:30, pasando a La Leona para las 22:30.

"Mirá, al principio estoy muy, muy pendiente del rating; no hay manera de no estar atenta porque define un montón de cosas. Igual, el rating no llega a preocuparme cuando nos va bien", se sincera.

Y Siciliani tiene la particular suerte de que prácticamente todo lo que ha hecho en televisión en rol protagónico ha sido un éxito. Lo primero fue Patito Feo, donde interpretaba justamente a la madre de Patito, el personaje de Laura Esquivel, y además cantaba. Después integró el equipo de agentes secretos de Los Únicos, ya en "prime time"; y hace un par de años le dio vida a una abogada conflictuada en Farsantes, aquella buenísima serie dramática que estelarizaba Julio Chávez.

Todas esas se vieron en La Tele porque todas las emitió en Argentina El Trece. Pero ahora desembarca en Monte Carlo porque Educando a Nina es de Telefé —es producción de Sebastián Ortega con autoría de Ernesto Korovsky, Silvina Fredjkes y Alejandro Quesada— lo que ha generado un morbo extra en la prensa teniendo en cuenta que el canal que ahora es competencia tiene como gerente a su pareja, Adrián Suar. Y si a eso se le agrega que la telenovela fuerte de El Trece es Los ricos no piden permiso, que tiene como actriz principal a la ex de Suar, Araceli González, los condimentos están a mano.

A Siciliani nada de eso le quita el sueño, y es muy relajada al respecto. Primero está el trabajo, y si es posible que no tenga puntos de contacto con la vida privada, mejor.

—Tenés una manera bien definida de manejarte con la prensa, evitando una exposición que, para estar en pareja con Adrián Suar, podría ser terrible. ¿Cómo lo llevás?

—Naturalmente. Por ahí algunos compañeros tienen más dificultades para llevarse con los medios; en general no he tenido problemas, me han tratado muy bien, tengo que decirlo.

—Y vos tratás muy bien.

—Sí, porque siento que no tengo nada que ocultar. De lo que no quiero hablar no hablo, si no quiero que se me trate de determinada manera no lo busco. Yo trabajo mucho, se me respeta mucho y eso lo agradezco porque podría no pasar, pero los periodistas de espectáculos ven que trabajo, me conocen muchos desde antes de ser conocida en televisión y me tienen como un respeto por eso. Nunca he tenido que salir a defenderme, no he tenido escándalos mediáticos y trataré de no tenerlos, porque me parece que uno hace lo que puede y la prensa también hace su trabajo. Pero si no te tratan bien debe ser difícil conectar.

—Pero vos elegís separar esos mundos y has dicho, por ejemplo, que no harías una tapa de revista junto con Suar.

—Claro. Yo hace casi 10 años que estoy con Adrián y nunca hicimos una nota juntos, siquiera. Y nos han ofrecido, imaginate, ¡todo! Yo he decidido no mezclar eso. Lo haría por supuesto si trabajamos juntos, si lo requiere la prensa de algún proyecto en común, pero no haría una tapa con él ni con nada de mi vida privada. Sí lo mínimo que se entiende para las revistas del corazón (se ríe), contesto las preguntas, pero trato de que no sea el centro. Ahora ya no es tema; cuando empezamos a salir por mucho tiempo no hice notas ni siquiera sola, para no hablar de eso.

Trabajo.

A Siciliani le gusta hablar de lo que le gusta hacer a nivel profesional, que es actuar, bailar y, por qué no, también cantar. Y Educando a Nina le ha permitido combinar todo eso, planteándole un desafío actoral que define como "un sueño", pero que también acarrea mucho esfuerzo.

En esta telecomedia la actriz interpreta a Nina, una cordobesa que trabaja de corista de El Bicho (el uruguayo Nicolás Furtado), un novio cantante de cuarteto y mujeriego, con el que todo es cada vez más complicado. También tiene problemas con su padre, que está enfermo, y entre todo eso sueña con que un productor le preste atención a un demo que grabó.

Nina es tan sencilla, soñadora e íntegra como su Soledad de Los Únicos o su Gabriela de Farsantes. Se parece a ese tipo de personajes que ella ha convertido en adorables para el público.

Pero en Educando a Nina Siciliani también es Mara, una heredera irritante cuya máxima preocupación en la vida es no tener preocupaciones. Mara se meterá en problemas en el primer episodio y su padre (Juan Leyrado), que no quiere manchar su buen nombre, descubrirá de casualidad a una mujer que es ridículamente parecida. Cuando la vaya a buscar para ofrecerle hacerse pasar por Mara a cambio de una buena suma de dinero, se dará cuenta que en realidad las dos son hermanas gemelas. Pero esa es otra historia.

Esta telecomedia le exige entonces a Siciliani interpretar a dos personajes radicalmente distintos, y además hacer que uno imite al otro. "Son como tres caminos que hay que estar conduciendo y tomando decisiones en cada uno, que no se toquen con el otro. Es de mucha concentración, sobre todo, y de mucha entrega", cuenta.

—¿Cómo se logra esa concentración?

—Trabajando muy obsesivamente en cada uno. Trabajando sola en casa y después tratando de poder jugar, porque a eso hay que agregarle mucho humor. Hay que tratar de soltar todo el histrionismo dentro de todo lo que trabajé previamente. Ahora estoy en el momento más divertido, porque empiezan las dos hermanas a cruzarse y tengo que estar más concentrada.

—Pero en Uruguay recién va a empezar.

—Claro. Bueno, para el comienzo fue mucho trabajo previo, como un año de trabajo de mesa con los productores y con los autores, y después mucho trabajo mío de desglose de escenas, de tomar hasta las más mínimas decisiones acerca de cada personaje y de la imitación.

—¿Es el proyecto televisivo más ambicioso para vos?

—Sí. Siempre me parece que el proyecto que estoy haciendo es el más importante, porque voy subiendo de a escaloncitos. Pero hasta ahora nunca he tenido tanta responsabilidad sobre mis espaldas, y tampoco tanto beneficio, porque la responsabilidad también está ligada a lo que me devuelven el público y los compañeros. Es un trabajo muy difícil pero de mucho disfrute.

—De hecho, la prensa argentina habla de Nina como heroína de la ficción, y de vos como heroína de este trabajo, porque cargás el mayor peso sola.

—Es que uno lo piensa a nivel actoral, pero es verdad y no puedo dejar de ver que es muy importante para un canal y una productora, a quién le entregan el proyecto, en quién confían para hacerse cargo. En eso también me siento halagada, en que hayan pensado en mí para esto.

Todoterreno.

"Toda mi vida fue en el teatro y la danza", dice Siciliani, quien incluso ha mostrado sus condiciones de bailarina en alguna participación especial en ShowMatch. Ahora, acompasando los rodajes arduos de Educando a Nina y su gripe, está cerrando un ciclo en Buenos Aires con la obra Sputza!, junto al actor Carlos Casella, en la que no sólo actúa y baila sino que canta, todo con sensualidad.

Desde sus comienzos hizo teatro under y también del circuito comercial, y nunca se alejó de las tablas, aunque desde que incursionó en televisión en 2005 con la excepcional Flor de Sin código, no se alejó más.

Antes de terminar la charla con El País y de volver al rodaje, Siciliani explica que se reconoce en estos personajes que el lunes llegan a Monte Carlo, aunque en el fondo no sea "ni tan Nina ni tan Mara".

"A Nina le presto mucho de mi timbre de voz, mi manera de hablar y tengo de ella que es una chica con una vocación muy fuerte. Mara no desea nada, no le importa, no tiene expectativas; es muy frívola. Nina es alguien que se supera disfrutando algo que ama que es algo artístico, y en ese sentido nos parecemos mucho. Después yo tengo de Mara —más controlado, ser alguien como ella sería muy difícil de llevar— todas esas cosas. Las encuentro, pero las controlo y las domino y las tengo a raya", admite.

Telecomedia que plantea un entrevero importante

Cuando Nina ya no sabe qué hacer, está cansada de su novio infiel, tapada de cuentas y sin perspectivas a futuro, dos hombres misteriosos (Juan Leyrado y Diego Ramos) le ofrecen mucho dinero por hacerse pasar por Mara, una heredera sin ambiciones que se fue a Ibiza sin autorización, y por un lío de drogas está presa en España, lo que sería una mancha para la familia Brunetta. Ser Mara no sólo implica un cambio radical para Nina en cuanto a estética, estilo de vida y forma de hablar, sino mantener una relación con Antonio Di Caro (Rafael Ferro), su prometido, quien se hizo famoso gracias a un libro que no escribió. Cuando su hermano Renzo (Esteban Lamothe) tuvo un accidente y quedó en coma, Antonio encontró el manuscrito, lo editó y se convirtió en best seller. Dos años después Renzo se despierta y eso será un problema también en su relación con Mara, que en realidad es Nina.

Sputza! y una apuesta que vendría a Uruguay

En paralelo a Educando a Nina, los últimos viernes (le queda uno más) Siciliani estuvo haciendo junto a Carlos Casella la obra Sputza!, en La Trastienda de Buenos Aires. "Me muero los viernes pero lo disfruto mucho, no puedo dejar de estar en el escenario y estoy feliz", dijo al respecto a El País.

Sputza! se trata de un musical muy sensual, con impronta italiana y una cantidad de enredos románticos que van marcando su desarrollo. La actriz se saca el gusto de bailar, cantar y actuar junto al actor con quien ya hizo Estás que te pelás, otra obra teatral.

El espectáculo ha obtenido muy buenas críticas y ha sido un éxito de convocatoria, dice orgullosa Siciliani, "casi sin prensa". "Es un show divino", afirma. 

Siciliani comentó que con Casella traerán Sputza! a Montevideo: la función será el 19 de agosto a las 20.30 en Teatro El Galpón, y las entradas se pondrán en venta próximamente.

TRES PERSONAJES EN TELEVISIÓN

Patito Feo -2007-

Fue su primer protagónico, y además un gran éxito entre el público infanto-juvenil. Siciliani interpretaba a una madre soltera que acababa de llegar a Buenos Aires con su hija Patito (Laura Esquivel). Acá, además, le tocó cantar.

Sin Código -2005-

Fue la primera incursión de Siciliani en televisión: hacía de Flor, tímida secretaria de Nielsen (Adrián Suar) y también de Jazmín, una mujer provocativa que buscaba conquistarlo a toda costa. Por ahí arrancó la relación.

Farsantes - 2013-

Aunque el personaje de Gabriela, una abogada muy recta, tenía pizcas de humor, fue un papel dramático que le tocó interpretar a Siciliani en esta premiada ficción. Lo hizo muy bien y se llevó el Martín Fierro por eso.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Nina y Mara son dos personajes antagónicos, y Griselda Siciliani los logra interpretar con gracia y profesionalismo. Foto: Difusión.

GRISELDA SICILIANIBELÉN FOURMENT

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad