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Hace ya seis años, los espectadores de la serie Breaking Bad vieron el episodio final, en el que el narcotraficante Walter White (Bryan Cranston) salió de su escondite y sacrificó su vida para rescatar a su antiguo compañero, Jesse Pinkman (Aaron Paul), de una pandilla de la Hermandad Aria. Cuando White murió en un laboratorio de metanfetamina y los créditos aparecieron, el público creía que podría ser la última vez que vería a muchos de estos personajes.

Pero resulta que la historia de Breaking Bad aún no está terminada. El viernes, Netflix estrena El Camino: una película de Breaking Bad, que fue escrita y dirigida por Vince Gilligan, creador de Breaking Bad.

La trama se centrará en Pinkman, el excitante cocinero de metanfetamina interpretado por Paul, quien fue visto por última vez en la serie de televisión a toda velocidad en un Chevrolet El Camino robado, a partes desconocidas. “A raíz de su dramático escape del cautiverio, Jesse debe aceptar su pasado para forjar algún tipo de futuro”, anuncia el comunicado con la trama de la película.

“Es un capítulo de Breaking Bad que no me di cuenta de que quería”, dijo Paul. “Y ahora que lo tengo, estoy tan feliz de que esté allí”.

Paul dijo en la entrevista que tenía prohibido revelar algo más sobre lo que sucede en la película. Pero, al igual que los fanáticos del programa, dijo que también creía que se había despedido del mundo de Breaking Bad cuando terminó la serie. “Fue algo duro y emocional para todos nosotros”, dijo. “Y cuando ocurrió el final, todos nos juntamos y lo abrazamos y dijimos: te amo. Eso fue todo.”

Sobre su última aparición como Pinkman, Paul dijo: “Me encantó la forma en que Jesse estaba volando a través de las puertas exteriores del complejo nazi. Está gritando, está llorando. Tiene estas emociones pasando por su cuerpo. Y luego simplemente se aleja de él”.

Pero Paul también dijo que hace dos años recibió una llamada de Gilligan, aparentemente para hablar sobre los planes para celebrar el décimo aniversario del estreno de Breaking Bad. “Al final de la conversación mencionó que tenía una idea de dónde llevarlo desde aquí, y quería escuchar mis pensamientos al respecto. Rápidamente le dije a Vince que lo seguiría hasta el fuego”.

Paul dijo que podría entender si el público desconfiaba de volver a visitar la conclusión de Breaking Bad, cuyo último episodio sigue siendo uno de los pocos finales de gran prestigio de la televisión moderna. Y agregó que cualquier recelo se disipó rápidamente cuando terminó de leer el guion de Gilligan para El Camino.

“No pude hablar por unos buenos 30, 60 segundos. Estaba perdido en mis pensamientos. Como el tipo que interpretó al tipo, estaba tan feliz de que Vince quisiera llevarme en este viaje”, dijo Paul.

Al igual que con Breaking Bad y su serie derivada Better Call Saul (ambas están en Netflix), la producción de El Camino tuvo lugar cerca de Albuquerque, Nuevo México. El año pasado se conoció sobre la filmación de una película que llevaba el nombre clave “Greenbrier” y rápidamente se entendió que estaba relacionada con Breaking Bad. Pero Paul dijo que, cuando los medios se dieron cuenta del proyecto, “la película ya había sucedido y estaba en la lata. Ya está hecho”.

Si alguien le preguntó qué estaba haciendo durante este tiempo, Paul explicó: “Solo dije que estaba haciendo esta pequeña indie en Nuevo México y eso fue todo. Nadie lo adivinó por segunda vez”, dijo.