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El delirio de una comedia eficaz

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Piroyansky es Mateo y Espósito es Camila en "Permitidos". Foto: Difusión

Crítica de "Permitidos", película argentina que se estrenó ayer.

Su novia Camila acaba de aprobarle a la actriz Zoe del Río como su permitido (o sea, puede tener algo con ella que no cuenta como infidelidad) y Mateo la tiene enfrente después de convertirse en su héroe por accidente: chocó con su moto al ladrón y le rescató la cartera sin darse cuenta.

Zoe del Río (correcta Liz Solari) lo lleva al hospital, lo invita a un rodaje y luego a una fiesta, y Mateo no entiende qué le está pasando. Quizás por eso le miente a su novia, y termina enredándose en una historia que crece como una bola de nieve.

Cuando Camila descubre que su Mateo es, para las revistas, el nuevo novio de la actriz de turno, su mundo queda patas para arriba y nada volverá a ser como antes. Por supuesto, se separan, y mientras a él lo adoran como si fuera un héroe (hasta lo ascienden en el trabajo), a ella la miran desarmarse mientras cuchichean por lo bajo.

Pero también eso cambia rápido: un camionero casi la choca por mirar un cartel en el que Del Río está semidesnuda, la chica tiene una crisis nerviosa a lo Tano Pasman, un transeúnte la filma, eso se vuelve viral y la empiezan a invitar los programas de televisión. Y Camila dice que también tiene un permitido, Joaquín Campos (un muy buen Benjamín Vicuña).

Ariel Winograd viene demostrando hace rato su habilidad para la comedia de enredos —Mi primera boda y Sin hijos, por ejemplo— y con Permitidos demuestra su eficacia, moviéndose incluso a un terreno un poquito más arriesgado. Y es que esta película es un delirio: al nerd de poca gracia le da bola la más linda (como si Espósito no lo fuera), hay una fanática mal de la cabeza que planea encontrarle a su ídolo a la mujer ideal, un médico sin códigos trata de aprovecharse de la situación y hay un sinfín de elementos que se encandenan con un pulso acelerado. Incluso hay un ladrón con pretensiones de cantante de cumbia.

Si no puede ver el video, haga click aquí.

Pero la gracia está en eso, en una burla fina a la realidad de las redes sociales, de la popularidad instantánea, de la persecución de los paparazzi y de los estereotipos de belleza y de famosos. Hay pasajes bastante absurdos como los protagonziados por Vicuña, que agrandan este disparate y provocan las risas.

Y hay mucha puteada pero bien usada: nunca, ni en los momentos más "groseros", lo dicho suena violento.

Piroyansky es el niño mimado de Winograd y ha demostrado ya su solvencia en este rubro, al que le aporta también desde sus facetas de director y productor. Pero Lali Espósito sorprende (tienen buena química) en este primer protagónico en cine, dejando de lado algunos vicios de la televisión y poniéndole el cuerpo a un personaje diferente que la tiene siempre al límite del ridículo. Pero nunca trastabilla en su recorrido.

Permitidos es delirante, fresca, novedosa y está bien hecha. Y además es muy graciosa, lo suficiente como para que valga la pena dedicarle un rato a pasarla bien. Sin prejuicios, claro.

Permitidos [****]

Argentina, 2016. Dirección: Ariel Winograd. Guión: Julián Loyola, Gabriel Korenfeld y Jonathan Kleiman. Fotografía: Félix Monti. Música: Darío Ezkenazi. Duración: 106 minutos. Con: Lali Espósito, Martín Piroyansky, Liz Solari, Benjamín Vicuña, Guillermo Arengo, Maruja Bustamante, Gastón Cocchiarale, Anita Pauls, Abel Ayala y Pablo Rago. Estreno: jueves 18 de agosto.

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Piroyansky es Mateo y Espósito es Camila en "Permitidos". Foto: Difusión

CINEBELÉN FOURMENT

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