Apenas salimos de ella suspiramos aliviados. Para muchos, fue la década -culturalmente hablando- que terminó de sepultar todo lo bueno de las anteriores para entregarse a la superficialidad, el plástico y los colores pastel. “La imagen es todo”, como decía una publicidad de cámaras Canon, resumiendo esa década.

Ahora, aquellos años de heavy metal, rap, VHS, “blockbusters” como Indiana Jones y otros fenómenos, empezaron a verse con otros ojos. Netflix le dio a dos hermanos la posibildad de volver a aquella década en la serie Stranger Things, que elegimos como la más destacada del año en nuestro reciente balance televisivo.

Dos películas actuales también volvieron a esa época. Una es Midnight Special, con dirección de Jeff Nichols (El matrimonio, Take Shelter) y un cada vez mejor Michael Shannon como padre de un niño con poderes especiales, bien a lo Stephen King.

Y la otra es Everybody Wants Some!, de Richard Linklater. Promocionada como la continuación “espiritual” de Rebeldes y confundidos (1993), la película se ambienta en 1980 y muestra los días previos al comienzo de los cursos de un grupo de compañeros que integrarán el equipo de béisbol de la universidad.

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Con un sensible y preciso ojo para los detalles (ropa, música, costumbres, referencias), Linklater muestra que los 80 no solo fueron Ronald Reagan y Top Gun.

FABIÁN MURO

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