La cura siniestra [**]Estados Unidos, Alemania, 2016. Título original: A Cure for Wellness. Dirección: Gore Verbinski. Guión:Justin Haythe y G. Verbinski. Música: Benjamin Wallfisch. Con: Dane DeHann y Jason Isaacs. Duración: 146 minutos.

Una buena premisa tenía Gore Verbinski entre manos para esta película: la historia de un joven enviado a los Alpes Suizos para traer de vuelta a su jefe de un spa de lujo del que no quiere irse. La consigna es interesante; el resultado, no.

Y no es que Verbinski sea un novato en esto de contar historias. Llamó la atención con La llamada (2002), una película más inclinada hacia el terror, que al policial sobrenatural de la versión original de Hideo Nakata, que logró uno de los efectos visuales más recordados de los últimos años. Luego llegaron los Piratas del caribe, que lo consolidaron como un realizador que sabe contar historias fantásticas con mucha soltura.

Y aquí Verbinski se toma la tarea de realizar algún que otro homenaje a El resplandor en una de las escenas iniciales. Aunque poco más de Kubrick hay en esta película que cae en situaciones, subtramas y giros, que el director no logra resolver bien.

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Así, en La cura siniestra hay buenos momentos de suspenso que se terminen diluyendo en dos horas y media. En parte esto se debe al guión que por contar muchas historias, del pasado y presente, termina entreverando y alargando la trama innecesariamente. Tal vez esto se debe a los trailers, que adelantaban bastante sobre de qué se iba a tratar la película.

De igual forma Verbinski hace una película efectiva, llena de efectos visuales (hay unas anguilas bastante feas que se aparecen a cada rato), una música que acentúa los momentos tenebrosos y un buen uso de la escenografía, donde los colores se van oscureciendo a medida que la trama transcurre.

Así La Cura siniestra termina siendo una película que promete mucho y cumple bastante poco.

NICOLÁS LAUBER

CRÍTICA - CINENICOLÁS LAUBER