Oscar 2018

La película del mexicano Guillermo del Toro tiene todos los ingredientes (internos y externos) para llevarse el máximo premio el 4 de marzo

Ser la película más candidata le da una cierta ventaja a La forma del agua, y ejemplos hay por montones en estos noventa años de los Oscar, donde la más nominada termina llevándose el premio. Claro que también hay casos que demuestran que ser la más nominada no implica que se termine con el premio a la Mejor Película, como pasó el año pasado con el musical La La Land, que con sus 14 nominaciones, terminó sin el galardón mayor.

Además está el tema del presupuesto. Hace algunos años que las películas más costosas no son las que se imponen como mejor film. El musical de Damiel Chazelle costó 30 millones contra el 1,5 de Luz de luna, la ganadora el año pasado; y En primera plana costó considerablemente menos que Mad Max: furia en el camino (20 millones contra 150).

Este año, La forma del agua se encuentra en el medio de los presupuestos de las candidatas con sus 19,4 millones de dólares. Eso le permite mantener cierto aire de cine independiente frente a rivales como Las horas más oscuras, El hilo fantasma, The Post: los oscuros secretos del Pentágono y Dunkerque, que rebasaron por varios millones el presupuesto de la película de Del Toro. De cualquier manera, de las nominadas, la que menos costó fue la elogiada Llámame por tu nombre, con sus 3,5 millones de presupuesto. La siguen ¡Huye! (4,5), Lady Bird (10) y 3 anuncios por un crimen, con 12 millones de dólares de presupuesto.

Otro punto a favor, tal vez el más importante, es que La forma del agua es una fantasía, y generalmente, cuando hay problemas en Estados Unidos (y vaya que los hay en la era Trump), las películas ganadoras del Oscar no son dramas, sino películas que alejan a los votantes del mundo en el que viven.

Una manera de alejarse de la realidad por un rato parece ser la consigna. Así pasó con Chicago, que con aciertos en dirección y rubros técnicos, fue la ganadora tras el fatídico 11 de setiembre de 2001. Y la historia se repite si se buscan títulos de la década de 1960: ante la crisis de los misiles en Cuba y el asesinato de Kennedy como temas relevantes, terminaron premiados los musicales Mi bella dama y La novicia rebelde.

También se nota esta tendencia en tiempos de la guerra de Corea en la década de 1950, cuando ganaron por ejemplo Un americano en París y El espectáculo más grande del mundo. Aunque también hay excepciones, ya que unos años antes, cuando Estados Unidos entró en la segunda Guerra Mundial, ganaron Rosa de abolengo y Casablanca, dos dramas sobre los conflictos de vivir en tiempos de los nazis.

Además de todo, La forma del agua tiene 13 nominaciones muy merecidas, ya que es una película maravillosamente dirigida y protagonizada. Sally Hawkins (quien seguramente termine aplaudiendo cuando gane Frances McDormand) brinda una actuación inigualable en la que no emite un sonido en las más de dos horas que dura la película, pero logra transmitir una variedad de emociones y profundos sentimientos con gestos y sutiles movimientos. También está Richard Jenkins, quien interpreta al pobre escritor que vive junto a la protagonista, y Octavia Spencer, quien le da ese toque personal que mezcla la risa y la emoción.

También tiene una meticulosa recreación de época, un vestuario detallista y una música compuesta por Alexandre Desplat (vale la pena volver a escuchar la banda sonora que hizo para Expiación, deseo y pecado, donde hacía música con una máquina de escribir) y aquí juega con los instrumentos para crear sonidos acuáticos.