Estreno

El director de ¡Huye! vuelve con una película sobre la familia en tiempos de crisis económicas

Al igual que el de George A. Romero, el cine de Jordan Peele se aprovecha del género de terror para hablar de otras cosas más coyunturales. Romero aparece citado en Nosotros, la película de Peele que se estrenó ayer y es su primera después de ¡Huye!, que le dio un Oscar a mejor guion original y se volvió un fenómeno cultural.

A Romero se lo presiente en esos zombies con conciencia de clase que asuelan el mundo y en un espíritu hacia el conformismo de una sociedad satisfecha. Otra referencia puede ser El resplandor, la obra maestra de Stanley Kubrick que, como Nosotros, hablaba de la familia como una unidad permeable a la violencia.La película de Peele tiene toda una mirada política que Kubrick no contemplaba.

La historia de Nosotros abre, como en ¡Huye!, con un prólogo inquietante. Allí vemos a Adelaide, una niña que escapa del control parental y termina perdiéndose (con una aún más inquietante t-shirt de Thriller de Michael Jackson) en uno de esos parques de atracciones playeros que hay en Estados Unidos. La nena, escapándose de la lluvia, se pierde dentro de un laberinto de espejos, en uno de los cuales ve un reflejo no muy fiel de sí misma; queda espantada. De allí la acción salta 30 años adelante, cuando Adelaide (Lupita Nyongu2019o, ganadora de un Oscar por 12 años de esclavitud) está casada con Gabe (Winston Duke) y tiene dos hijos: son un prototipo de la familia nuclear certificada por esas calcomanías que se colocan en los autos. Están, justo, volviendo a la casa de aquel balneario, cuyo recuerdo aún altera a Adelaide, aunque nunca lo compartió con nadie.

Allí, una noche, aparece en el jardín una familia con mamelucos rojos y que parecer ser una versión de sí mismos, más pobre, más bruta y realmente resentida con los privilegios de su versión de clase media satisfecha. Vienen por lo suyo: la parte de esa felicidad y prosperidad que ellos ni rozan en su miserable vida subterránea. No son fáciles de vencer como avisa una cita bíblica que se repite, de Jeremías, aquella que alerta de que Dios va a mandar una calamidad de la que no podremos escapar.

El u201cnosotrosu201d del título refiere a un punto de vista que, en definitiva, implica un u201cnosotros contra ellosu201d que acá es una idea fuerza. El u201cUsu201d del título original también son las siglas en inglés de Estados Unidos, una lectura que permite ver a Nosotros como una alegoría sobre una grieta entre los incluidos y los excluidos del sueño americano.

El mensaje político es mucho más explícito que en ¡Huye!, que fue leída como una tesis sobre los vínculos raciales, de explotación y explotado y apropiación cultural.

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Sobre un marco teórico inquietante (¿qué pasa si los de abajo se levantan y vienen a por su pedazo del pastel?), Peele construye una gran película de terror. La historia se va abriendo como una de esas muñecas rusas y en cada una de las capas van revelando momentos inquietantes, y aunque recurre a golpes bajos y a algunos alargamientos, se ven más como una concesión a un género al que, en definitiva, Nosotros está orgulloso de pertenecer.

Cuando consigue librarse de eso, sabe administrar sus sustos, que son muchos y muy inquietantes, gracias al uso del sonido (la música tiene momentos de sustos propios) y una puesta en escena que aportan su parte a la historia.

También gana la película con Nyongu2019o, quien demuestra potencia para interpretar a esa mujer que deja fluir su lado salvaje, para salvar su lado civilizado y que debe ocupar un lugar que, en general, solían ocupar los hombres.

Pero, como nos han señalado la historia y las películas, problemas así de grandes nunca se terminan de arreglar del todo.