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Comedia de suspenso con reflexiones abiertas al debate

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¡Madre!

crítica

¡Madre!, la nueva película de Darren Aronofsky es una apuesta fuerte que exige un compromiso del espectador

¡Madre!, la nueva película de Darren Aronofsky, no deja a nadie indiferente. Con todo el aspecto de película de terror (una casa aparentemente encantada; una pareja aislada; unos visitantes inquietantes), el director de Noé y Requiem por un sueño vuelve a construir una película que, en realidad quiere hablar de otras cosas. El problema es que no siempre queda claro de qué.

Al igual que El cisne negro, su oscarizada película de 2010, toma algunas cosas del horror, lo mezcla con otros géneros y le da a todo un aire de trascendencia. A veces es un poco filosóficamente simplón, es cierto, pero sabe cómo armar un relato cinematográfico y eso siempre es lindo de ver.

Lo vuelve a demostrar acá que es una comedia de terror con reflexiones místicas. Hay quienes la han visto como una relectura bíblica en clave ecológica y pueden tener razón pero ha quedado claro que las interpretaciones de lo que se quiso decir acá son muchas y variadas.

¡Madre!
Trailer de "¡Madre!"

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La anécdota es mínima: una muchacha (Jennifer Lawrence) vive con su esposo bastante mayor y poeta (Javier Bardem) en una casa que parece sacada del cuadro El mundo de Cristina de Andrew Wyeth o de un montón de películas de terror. Están en plena reforma de la casa después que un incendio la dejara en escombros y por lo visto ella se encarga de todo, mientras él intenta encontrar algo de inspiración que le andaría escaseando. Es como un poeta tirando a new age en busca de su obra maestra. Los personajes no tienen nombre.

Todo parece funcionar bien hasta que una noche golpea la puerta un médico (Ed Harris) que está buscando dónde alojarse. Sin que ella entienda mucho por qué, el poeta lo invita a quedarse y se genera entre ellos una inusitada familiaridad: en realidad es un fanático de su obra que quiso conocerlo en persona antes de morir. Es raro pero no tanto como cuando a los pocos días se les instala la esposa del doctor (Michelle Pfeiffer).

La muchacha empieza a sospechar que algo no anda bien, siente algunos dolores y mareos que calma con una sustancia amarilla bastante rara pero que a ella le funciona. La casa parece tener vida propia y hay indicios de algo sobrenatural en la vuelta. La película no es así de tan predecible.

Ficha
¡Madre!
¡Madre! [****]
OrigenEstados Unidos, 2017
DirigeDarren Aronofsky
ConJennifer Lawrence, Javier Barden, Michelle Pfeiffer, Ed Harris

Su estreno en el Festival de Venecia fue recibido con críticas mixtas.

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¡Madre! está dividida en dos partes bien diferenciadas en contenido y en tono: una es reposada e inquietante; la otra, delirada y también inquietante.
La estructura parecería bíblica y el propio Aronofsky lo ha reconocido en entrevistas: los personajes de Harris y Pfeiffer podrían ser leídos como Adán y Eva y por ahí aparecen sus hijos, Caín y Abel.  Lawrence (que es la pareja de Aronofsky en la vida real) agregó en otras notas que, además, podría ser sobre la Madre Tierra y Dios, encarnados por su personaje y el de Bardem. En ese sentido, dijo Lawrence, ¡Madre! estaría hablando del cambio climático.

Lo que sea y bienvenidos todos los debates y la incredulidad que puede generar, ¡Madre! es una película ambiciosa, bien construida y espeluznante. Es más de suspenso que de terror.

Tomando cosas de El bebé de Rosemary de Polanski, El ángel exterminador de Buñuel y ciertos excesos a lo Terry Gilliam, Aronofsky arma un relato inquietante. Lo hace casi exclusivamente con primeros planos que consiguen transmitir el encierro de una situación que va desbordando al personaje femenino. Ese uso del primer plano se extiende a los travellings o incluso a los diálogos armados en plano y contraplano.

El recurso funciona:¡Madre! no es una película cómoda de ver pero eso estaba en los planes del director. A esa  incomodidad coopera la superposición de escenas de comedia (negra y seca, eso sí) que ni siquiera funcionan como un alivio.

Y finalmente está la sensación de qué demonios es lo que se acaba de ver. En ese sentido, puede ser un disparate o una gran película. Este cronista se inclina por la segunda opción.

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