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Una comedia que habla de cosas que dan miedo

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Foto: Difusión.

Netflix tiene Look Who’s Back sobre Hitler en el siglo XXI.

No es, ni cerca el primer Adolf Hitler del cine. La lista es larga y va desde un cómico inglés con el que compartía bigote en la década de 1940 a Bruno Ganz en La caída, una actuación intensa que terminó convirtiéndose en viral.

Pero el Hitler que el actor alemán Oliver Masucci compone para Look Whos Back es el más inquietante de todos.

Es que esta comedia alemana —que el servicio de streaming Netflix integró a su grilla esta semana— imagina si, por alguna razón que no se menciona, Hitler en lugar de suicidarse en 1945, hubiera estado en una suerte de hibernación de la que se despierta 70 años después. Encuentra un país muy distinto al que él imaginó: Alemania es hoy una sociedad multirracial, integradora de Europa, gobernada por una mujer y ¡no tiene anexada Polonia!

Look Whos Back es una adaptación de Ha vuelto una exitosa novela de Timur Vermes que tiene una edición en español (a través de Seix Barral) que no está en librerías uruguayas.

Utilizando el mismo recurso que Sacha Baron Cohen en Borat, la película combina la típica comedia con la interacción de Hitler con personas de la calle y políticos afines a su ideología, en una combinación de falso documental y cámara oculta. El resultado es serio porque pone al frente un debate nacional en Alemania: ¿la historia puede volver a repetirse?

"Nuestra idea era descubrir cómo reacciona hoy la gente a Hitler, sus ideas y preguntar si tendría alguna posibilidad hoy", le dijo a The Guardian el director David Wnendt. Y a qué conclusión llegaron: "Que, desafortunadamente, sí", dijo.

Wnendt, que recorrió toda Alemania con Masucci vestido de Hitler y grabó más de 300 horas de sus interacciones con gente común, asegura que la experiencia le dejó en evidencia "un sentimiento de profundo descontento en la población, donde gente de todos los estratos sociales demostraron estar contra los extranjeros y tenerle un gran temor a una islamización del país."

Look Whos Back es anterior a la crisis de los emigrantes de 2015 pero el odio y el miedo ante los recién llegados están presentes todo el tiempo. Da la impresión de que algunos alemanes verían con buenos ojos algunas de las políticas xenófobas y de terror que Hitler alentó hace 80 años. "No pueden deshacerse de mí", dice Hitler. "Soy parte de ustedes".

La película es una dura crítica a la manera de lidiar con el pasado que se impusieron los alemanes, quienes no saben cómo tomar a este personaje pero lo hacen de las formas más variadas: desde celebrarlo, sacarse una selfie, criticarlo, burlarse y hasta sentirse seducidos. Hitler hoy sería una figura de reality show, un imitador empecinado o un político de temer. Nadie parece darse cuenta de la diferencia entre las tres categorías.

El final, con el Hitler del siglo XXI saludando desde un Mercedes Benz descapotable con su nueva Eva Braun a su vera, es aterrador. Y un epílogo lo hace aún más inquietante: una Europa xenófoba y desconfiada con el orden político es un caldo de cultivo para una experiencia funesta que no debería repetirse. "El material está" para el regreso de su ideología, dice Hitler. Look Whos Back se vuelve así de agridulce.

Una presencia inquietante en el cine.

n El primer actor germanoparlante en hacer de Adolf Hitler en el cine fue el aus-tríaco Albin Skoda en El último acto de Georg Wilhelm Pabst. Pero más recientemente fue Bruno Ganz quien consiguió fijar su imagen en La Caída. El primer Hitler del cine mundial fue Charles Chaplin quien interpretó un Adenoid Hynkel, en El gran dictador. Otros actores que se pusieron en ese papel fueron Alec Guiness (Los últimos diez días de Hitler), Anthony Hopkins (The Bunker), Ian McKellen (Countdown to War), entre otros. Recientemente Quentin Tarantino imaginó un asesinato de Hitler en Bastardos sin gloria.

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Foto: Difusión.

CINEFERNÁN CISNERO

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