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Comedia clásica que no desafina

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Esta biografía filmada de Florence Foster Jenkins, la mecenas que pasaría a la historia como la peor cantante de la historia, es tan buena como todos los elementos que la intregran: tiene un personaje central tan encantador como ensordecedor; tiene a Meryl Streep; está el mejor Hugh Grant; la dirección es de Stephen Frears y están todos los cuidados de producción indispensables para una británica historia de época.

Con esos ingredientes, era difícil que la torta saliera mal. Florence: la "mejor" peor de todas es una comedia exquisita, o sea un anacronismo.

Foster Jenkins tenía (mucho) dinero, un amor filantrópico por la música pero carecía de una voz a la altura de sus pretensiones de cantante. Vivía en una ilusión de talento gracias a los esfuerzos de St. Clair Bayfield (Grant), su esposo y actor shakespeariano de poca fama, quien la mantenía alejada de las amenazas de las burlas y las malas críticas a base de sobornos y un estricto acceso a sus conciertos. En la película se agrega otro cómplice, Cosme Mc Moon (Simon Helberg), el timorato y ambicioso pianista que no puede creer en dónde se ha metido y cuya risa nerviosa es una buena puntuación para algunas escenas. El mundo descubrió el talento de Foster Jenkins gracias a su insistencia en presentarse en el Carnegie Hall y en grabar sus estropicios vocales. Eso, además, la ha eternizado ya que sus grabaciones están disponibles, por ejemplo, en YouTube.

Frears (quien ha hecho películas tan diferentes como Alta fidelidad, La reina y Relaciones peligrosas), aquí basado en un guión de Nicholas Martin (en su primera incursión en el cine tras más de dos décadas en la televisión británica), se maneja en la perplejidad que provocaba la propia Jenkins: ¿lo que hacía era para reírse o llorar? La película se decide por el lado más grotesco de la historia, aunque no elude el drama de subyacente en esa vida.

La referencia más directa son aquellas elegantes comedias clásicas dirigidas, por ejemplo, por Ernst Lubistch quien aún se mantiene como el estándar del buen gusto y los buenos modales de la comedia. Frears lo consigue.

Hay además, un notorio cariño hacia el personaje, que Frears no consigue disimular y que se acentúa a medida que se va acercando el final. Pero en ningún momento la película pierde el tono entre amable y sentimental imprescindible para la ocasión.

Aunque todo el elenco funciona muy bien (hasta las exageraciones de Helberg terminan agradando), este es el show de Meryl Streep, como se acostumbra. Acá tiene espacio para destacar y nunca se adhiere a burlarse de un personaje tirando a grotesco.

Es el ingrediente clave, es cierto, en una película que no desafina en ningún momento. Florence, lamentablemnte, no podía decir lo mismo.

Florence: la "mejor" peor de todas (****)

Gran Bretaña 2016. Título original: Florence Foster Jenkins. Dirigida por Stephen Frears. Escrita por Nicholas Martin. Fotografía: Danny Cohen. Música: Alexandre Desplat. Diseño de producción:Alan MacDonald. Vestuario: Consolata Boyle. Con:Meryl Streep, Hugh Grant, Simon Helberg, Rebecca Ferguson, Christian McKay, Nina Arianda. Duración:110 minutos. Estreno: jueves 7 de julio.

CRÍTICA

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