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El nombre puede espantar a más de uno con tendencia al doble sentido, pero se pierden una comedia divertida sobre la peor de la crisis para un padre o una madre: la nena dejó de ser una nena. En No me las toquen, tres padres se enteran que sus hijas prometieron perder la virginidad esa noche y salen a buscarlas y rescatarlas. Lo que sigue es una serie tropiezos y enredos algunos groseros pero en general eficaces. Nada es lo que parece y esos papás desesperados lo entenderán en una sola noche. Dirige Kay Cannon quien produjo la sitcom 30 Rock y sabe administrar los gags.

El británico Michael Winterbottom ha tenido una carrera demasiado variada y quizás eso haya hecho perder algunos de sus méritos. O sea se hizo notar, allá por los 90 con Bienvenidos a Sarajevo e hizo cosas como El camino a Guantánamo y Nueve canciones. Por esa clase de películas es que pareció raro que encarara esta comedia con Steve Coogan como un extremadamente codicioso magnate de la moda. Así, la comedia se permite ironizar sobre esas grietas económicas, la vida del 1% y algunos otros males modernos. Winterbottom está lejos de la promesa que era pero acá, por momentos, tiene su gracia.

Hablando de directores que prometían un montón y les fuimos perdiendo la pista, ahora llega una nueva película de Michel Hazanavicius. En 2011 ganó el Oscar por El artista, una película francesa y muda que es recordada como mejor de lo que era. Desde entonces, Hazanivicius ha tenido una carrera escasa donde lo más llamativo es Le Redoutable, una biopic sobre Godard. En El príncipe olvidado va por el lado de la fantasía infantil sobre un padre que le cuenta historias a su nena y la lleva a un mundo imaginario. Con Omar Sy (Amigos intocables) y Berenice Bejo.