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La chica Almodovar más grande y simpática

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Chus Lampreave. Foto: Difusión.

Falleció la actriz Chus Lampreave, antidiva española.

De cuerpecillo menudo, con carita de mujer corriente y moliente, frecuentemente ayudada por unas gafotas de culo de vaso, con voz aguda, aire de pirada irrecuperable y gran facilidad para la réplica oportuna, Chus Lampreave, quien falleció ayer a los 85 años, desprendía "alegría, optimismo, sentido del humor y bonhomía", de acuerdo con lo que Pedro Almodóvar escribió sobre ella en cierta ocasión. Y así era.

María Jesús Lampreave, que trabajó en más de 80 títulos y casi siempre en personajes secundarios, fue una de las primeras y más genuinas "chicas Almodóvar", aunque, a menudo, en sus películas hizo de abuela.

A Almodóvar le dijo dos veces no, en Pepi, Luci, Boom... (1980) y en Laberinto de pasiones (1982). Y a la tercera fue la vencida. Su sor Rata de Callejón de Entre tinieblas (1983) fue su primer personaje con el director manchego. A partir de entonces, se hicieron inseparables.

Rodaron juntos ocho películas, de las 20 del director y aunque no está en Julieta, que se estrena esta semana en España, fue la madre de Eva Cobo en Matador (1986) y la tía Paula de Volver (2006).

Pero con el personaje de portera hizo casi un género propio, que comenzó con Mujeres al borde de un ataque de nervios, película en la que hizo famosa su frase: "Lo siento señorito, pero yo soy testiga de Jehová y mi religión me prohíbe mentir". Más adelante repetiría registro en Hable con ella (2002) y Los abrazos rotos (2009).

Fueron estos personajes los que convirtieron a Lampreave en una de las actrices más queridas por el público, a pesar de que siempre estuvo en segunda fila.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Chus Lampreave. Foto: Difusión.

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