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En un año muy activo, la actriz preside el jurado de Cannes, que inicia el martes

Por estos días, las notas sobre Cate Blanchett brotan de todos lados. La australiana será la duodécima mujer en presidir el jurado del Festival de Cannes, que arranca este martes y entre varias cosas tendrá la exclusión de la competencia de las películas de Netflix, dos participaciones uruguayas (Ojos grises y El motoarrebatador en diferentes espacios), la exhibición en adelanto exclusivo de Han Solo: una película de Star Wars, y un cierre esperado con la película maldita The Man Who Killed Don Quixote.

Y este “puesto” no solo confirma su importancia como figura dentro del mundo del cine —en lo actoral, muestras de talento ha dado en cantidades—, sino porque hay algo intencional en que sea ella la que comande al jurado en plena era del #MeToo y la reivindicación feminista. Blanchett, “absolutamente feminista” por definición propia, está en ese lugar porque es el mensaje que Cannes quiere dar en esta edición. Y ojalá no sea sólo una postura políticamente correcta.

Pero ninguna de esas cosas ha sido obstáculo para una mujer que, además de un rostro y una elegancia inolvidables, es una de las actrices más aclamadas de la actualidad. Y por eso también aparecen notas sobre ellas: porque a juzgar por las últimas publicaciones de medios internacionales, su trabajo en la película experimental/instalación artística Manifesto, de Julian Rosenfeldt, es fabuloso. A Blanchett le tocó ponerse en la piel de 13 personajes diferentes hace ya unos años, con los que rinde tributo a una serie de manifiestos artísticos.

Para la edición española de GQ, por su desempeño en este título, la blonda “se postula como candidata a mejor actriz viva”.

Por acá, sin embargo, la veremos pronto, pero en un plan muy diferente. Y es que Blanchett será la principal aliada de Sandra Bullock de cara al robo maestro que planea en Ocean’s 8, spin off de la trilogía La gran estafa, que se estrenará en junio. El elenco femenino y repleto de estrellas (¡si hasta está Rihanna!) también es, como sus muchas caras en Manifesto o su presidencia en el jurado de Cannes, señal de que los tiempos están cambiando y de que hay que levantar la bandera por eso.

Blanchett, que tiene varios proyectos por delante, lo sabe y su feminismo va en varios frentes: lo deja claro en las entrevistas y también a la hora aceptar proyectos y, claro, de trabajar.