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De aristócrata a héroe de acción

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La sombra del primer James Bond planea sobre el papel del agente Harry Hart.

El actor encarna a un entrenador de espías en “Kingsman: el Servicio Secreto”El personaje que lo marcó fue aquel señor Darcy de “Orgullo y prejuicio”

Pregunta interesante: ¿Está el mundo preparado para ver a Colin Firth como héroe de acción? Tal vez sí y tal vez no, Firth sí lo está.

El actor galardonado con el Oscar protagoniza la película Kingsman: el Servicio Secreto de Matthew Vaughn, basada en un cómic, donde es un agente secreto refinado y profundamente letal. Y se moría de ganas por hacerlo.

"Cuando me ofrecieron este papel," recuerda con un destello en la mirada, "Matthew Vaughn me dijo que yo era la última persona del mundo que alguien esperaría ver partiéndole la cara a alguien. Y luego me pregunto: ¿Le entras?"

Ahora, el destello es una sonrisa que ilumina toda la cara de Firth. "Soy de los que siempre están abiertos a grandes sorpresas," afirma, "y crecí jugando a los espías. Claro que le entré."

Kingsman está basada en la serie de historietas del escritor Mark Millar y el dibujante Dave Gibbons. Firth interpreta a Harry Hart, cuyo nombre secreto es Galahad, agente veterano de una organización súper secreta de tipos buenos que trabajan como agentes encubiertos. Ahora su misión es ser el tutor de la nueva generación de súper espías. En el elenco encontramos también a Michael Caine, Jack Davenport, Mark Hamill, Samuel L. Jackson y Mark Strong.

Satisfecho.

Sentado para la entrevista, una mañana temprano en San Diego, Firth resume la película como "una película de suspenso y espionaje de la vieja escuela, donde yo interpreto al profesor Henry Higgins del mundo del espionaje."

Eso es lo que realmente le gusta. "De chico me encantaba ir a ver películas de espías," explica Firth. "Crecí en los años sesenta. En términos de estilo, nada superaba una buena película de espías. Me encantaron la serie Los vengadores (1961-1969) y todas las primeras películas de James Bond. Es el tipo de traje que se ve elegante, con estilo y capaz, pero que es muy, muy mesurado. Pero aun así, quien cruza por su camino lo hace bajo su propio riesgo, pues puede venírsele encima con su paraguas mejorado, con un rápido movimiento o con un dispositivo que nunca se había visto antes en toda la vida. Hizo faltaó que Matthew Vaughn me invitara a hacer esta película."

Firth es más conocido por interpretar a hombres reflexivos y sensibles que comunican tanto con la mirada y los gestos como con las palabras. El papel que lo lanzó a la fama fue el del sardónico Darcy en Orgullo y prejuicio (1995), y después ganó un Oscar al Mejor Actor por su actuación como el cohibido rey Jorge VI en El discurso del rey (2010). Kingsman no es ese tipo de película, pero para Firth no es ningún problema.

"Ésta es una de esas cosas que me hace recordar porqué quise ser actor para empezar," señala el inglés de 54 años de edad. "Cuando era joven y pensaba en actuar, yo quería estar en películas en las que se pudiera suspender por completo la incredulidad, fingir y entrar de lleno en el mundo de la historia.

"Si podemos hacer una película que constituya un reflejo agudo de la realidad, eso es maravilloso," continúa Firth. "Pero probablemente no sea la razón por la que queríamos actuar cuando éramos chicos. Kingsman es de esas pocas películas que me recuerdan por qué yo quería fingir para ganarme la vida y hacerlo por el resto de mis días."

Cambios.

Interpretar por fin a un héroe de acción fue tan fácil como aterrador, revela. "Para mí fue fácil dejarme ir en ese mundo de fantasía," explica el actor, "pero me tuvieron que enseñar a pelear."

Prácticamente tuvo que aprender desde cero, ya que su filmografía, que abarca 30 años, está prácticamente desprovista de escenas de acción. "Nunca había tenido que hacer algo tan físico como esto, a menos que contemos tirerle del pelo a Hugh Grant," señala en referencia a su torpe riña en El diario de Bridget Jones (2001). "Sí, eso fue lo primero que me marcó como máquina asesina. Fue mi primera prueba de ser un héroe de acción."

Y aunque aquí o allá se usaron dobles, la mayoría de las veces es el propio Firth el que vemos en las escenas de peleas.

"Insisto, soy la última persona que podría esperarse que hiciera todas estas cosas de acción," asegura el actor. "Pero Matthew quería que yo las hiciera realmente y no solamente hacer el corte a un doble. Quería que yo fuera profundamente convincente y, por lo tanto, tenía que ser yo mismo." Huelga decir que eso implicó un agobiante entrenamiento. Aprender a defenderse de asesinos con puñales es muy diferente a aprender a hacer el nudo georgiano con una corbata. "El entrenamiento fue extraordinario, intenso y, para mí, totalmente nuevo," afirma Firth. "Fue largo y doloroso, pero increíblemente gratificante. Cosa rara, al final de la toma yo quería poder entrenar más".

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Comienzos de un talento de las tablas y el cine

Nacido en Gray- shott, Colin Firth recuerda una juventud centrada en los libros y el cine.

"Nunca fui el joven más popular y viajábamos mucho," señala, "por lo que me dirigí a los libros y las películas como forma de escapar."

El mayor de tres hermanos, creció en un hogar académico. Su madre era profesora de religiones comparadas y su padre, conferencista de historia y funcionario de educación en el gobierno nigeriano, lo que explica por qué pasó su infancia en Inglaterra, Nigeria y Estados Unidos. Su adolescencia la pasó en el Reino Unido y fue a los 14 años cuando decidió ser actor.

Empezó participando en talleres de teatro y, con el tiem-po, se fue a vivir a Londres para ingresar al Teatro Nacional Juvenil y luego estudiar en el Centro de Teatro de Londres. Ahí interpretó a Hamlet y después, en 1983, fue seleccionado para la producción de Another Country en el West End y, al año siguiente, para la versión en cine.

El misterioso atractivo de una camisa mojada

Orgullo y prejuicio fue la película que lanzó a Colin firth al estrellato, primero en Inglaterra y, un año después, en Estados Unidos. Así inició una distinguida carrera en la que figuran El paciente inglés (1996), El diario de Bridget Jones, Realmente amor (2003), Bridget Jones: al borde de la razón (2004), Mamma Mia! (2008) y Un hombre serio (2009).

A continuación para Firth vendrá Genius, en la que interpreta al célebre editor de libros cuyo catálogo de escritores cuenta con F. Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway y Thomas Wolfe. En la película también actúan Guy Pearce como Fitzgerald, Dominic West como Hemingway y Jude Law como Wolfe.

Fuera de la pantalla, Firth lleva una vida tranquila en Inglaterra y en Italia con su esposa, la directora y productora italiana Livia Firth. Tienen dos hijos, Matteo de 12 años y Luca, de 14. Y con su ex novia Meg Tilly, Firth tiene también un hijo de 24 años, William.

"En mi tiempo libre soy un padre normal," afirma Firth. "Llevo a los chicos a la escuela y paso mi tiempo en casa."

Este año es el vigésimo aniversario de Orgullo y prejuicio, y Firth sigue conociendo mujeres que se desmayaron con Darcy y, en particular, con su célebre escena con la camisa mojada. El actor admite que nunca ha podido explicarse ese atractivo.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
La sombra del primer James Bond planea sobre el papel del agente Harry Hart.

Colin firthCINDY PEARLMAN -THE NEW YORK TIMES

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