LA FIESTA MÁS LARGA DEL MUNDO

La categoría está pareja: cuatro grupos van por la definición

A pesar de haber cedido popularidad al parodismo durante las últimas cuatro décadas, el humorismo reconstruye las mejores y mayores tradiciones del carnaval. Allí están los registros más evidentes que permiten acercarnos a la sensibilidad de la cultura popular, durante casi un siglo.

Humoristas, es, además, la categoría que más ha sufrido los cambios de estos tiempos: los que imponen la cultura rápida y volátil, que pide a los espectáculos pasar revista y sobrevolar los distintos temas, evitando desarrollar en escena esa detenida, sutil y profunda caricatura de nosotros. Esa que con tanta calidad desplegaron nuestros genios de la risa, tanto en teatro, gráfica o televisión, delineando así una marca inoxidable: el humor uruguayo.

Pero a pesar de esas dificultades, los humoristas se las han ingeniado para sobrevivir a la modernidad y han aprendido a exorcizar la fecha de vencimiento que las redes sociales le ponen al sinfín de acontecimientos risibles.

Este 2019 han recobrado un importante impulso y, a juzgar por la primera rueda, cuatro grupos, Los Joker’s, Sociedad Anónima, Los Choby’s y Cyranos, se encaminan a jugar por la cima, aunque primero, tres de ellos deberán obtener pasaje a la liguilla. Los Rolin hicieron un aceptable debut, y Los Bergoglios quedaron un poco lejos de la zona de avanzada.

La competencia, una carrera de supervivencia, se ve reñida.

Cyranos, el campeón defensor, tiene un gran elenco y uno de los momentos más fuertes: una humorada sobre los nombres de los medicamentos, en la que el público participa rematando las situaciones. También hay un impecable monólogo denominado “La Gorda”, que cuestiona los cánones instituidos sobre la belleza, que fue muy aplaudido. No obstante, tiene terreno de crecimiento en su humorada inicial sobre los bebés, que se fue un poco extensa y resultó menos efectiva.

Sociedad Anónima no le va en zaga. Se plantó como un gran contendiente, con un espectáculo muy parejo, el mejor en sus últimos años.

El crecimiento llegó de la mano de un radical cambio estilístico: apostaron por muchas escenas breves y rápidas que dieron vitalidad y ritmo, aunque manteniendo la temática que bucea en las costumbres, conductas y contradicciones de los uruguayos, que son las aguas que mejor navegan. Se trata de un espectáculo altamente competitivo en los rubros, aunque tiene ajustes posibles en la humorada de Los Gauchos Patones.

Los Choby’s también presentaron un espectáculo de buen nivel, con mejoras notorias en las aristas técnicas, que eran las que año tras año le impedían ocupar lugares de definición. Mantuvieron un estilo de humor autorreferencial en las escenas “La Transmisión del Desfile” y “El Velorio del Buey”, con chispazos delirantes, aunque no siempre parejos. Es un humor lleno de frescura, que cuenta con una amplia aprobación de los espectadores.

Pero la mayor sorpresa llegó de la mano de Los Joker’s, que regresaron al carnaval tras ocho años de ausencia. Tuvieron una impecable actuación, donde pusieron a rodar el habitual trasfondo político que recubre sus actuaciones, actualizando los modos de interpretación y dinámica. También revivieron el chiste corto, de rápida ejecución, que parecía estar olvidado en las esferas de Momo.

Tiene una primera mitad de buen nivel, una segunda de excelencia y si repiten lo hecho en la primera rueda pueden ubicarse en el centro de la escena.