Misty Copeland llegó a la máxima categoría en la principal compañía de ballet de los Estados Unidos: el American Ballet Theatre (ABT).

En Estados Unidos no hay una compañía oficial como por ejemplo en Uruguay y su Ballet Nacional del Sodre, pero el ABT es lo más cercano a una compañía de ballet pública y estatal en ese país.

La elección de Copeland se produjo cuando el ABT tuvo que jubilar a tres estrellas: la cubana Xiomara Reyes, la argentina Paloma Herrera y la estadounidense Julie Kent.

Eso dejó espacio para Copeland y también para la bailarina rusa Maria Konchetlova y el danés Alban Lendordf, que también fueron ascendidos a primeros bailarines.

En un momento en el cual las relaciones raciales en Estados Unidos pasan por un momento de mucha tensión, la elección de Copeland puede ser visto como un aliciente. Aunque, como publicó el diario español El País "las cosas en el ballet norteamericano nunca fueron fáciles para los negros. En la década fundacional de los años cuarenta del siglo pasado, en el American Ballet Theatre existía el llamado Black Dance Group, a insistencia de sus promotores, pero tenían que bailar aparte".

Copeland entró en el ABT a los 24 años y como solista, ya ha tenido protagónicos en Romeo y Julieta y El pájaro de fuego, entre otros ballets. El ascenso de Copeland no solo viene tras su designación como primera bailarina, sino también una fuerte campaña mediática con la publicación de su autobiografía, Life in motion, y un documental, titulado A Ballerinas Tale.

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