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Un tentador paisaje de libros, lectores y escritores

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Feria del Libro de Buenos Aires. Foto: Reuters
People look at books during Argentina's 43rd International Book Fair in Buenos Aires, Argentina, May 9, 2017. REUTERS/Marcos Brindicci ARGENTINA-BOOKFAIR/
MARCOS BRINDICCI/REUTERS

Crónica de una tarde en la feria porteña que va hasta este fin de semana.

En la Feria del Libro de Buenos Aires todo parece una exageración porteña. Son, según cifras oficiales, 45.000 metros cuadrados con stands de unos 1.500 expositores repartidos en nueve pabellones y en donde se realizan, durante 19 días, 1.500 actividades para más de un millón de visitantes. Junto a las de Guadalajara y Bogotá son las ferias de libros más grandes de América.

El viernes 5 a la tarde el predio ferial de la Rural de Palermo estaba repleto, quizás porque era el primer día para las bibliotecas populares, un plan gubernamental que permite a esas instituciones comprar a mitad de precio. Provocan un ir y venir de carritos repletos de libros y largas colas. Se cruzan con los inevitables grupos de escolares y liceales.

La feria se recorre por callejones bastante amplios entre los locales. Los stands de las multinacionales son inmensos, repletos de curiosos y clientes, con mucho stock y variedad, y son atendidos con premura por empleados que ese día parecían sobrepasados. Las editoriales chicas ocupan, precisamente, espacios más chicos, a menudo atendidos por sus propios dueños o por anfitriones corteses.

Se montaron tres estudios de radios que transmiten en vivo desde la feria. Y los dos diarios principales (La Nación y Clarín) se reparten un enorme galpón donde ofrecen, básicamente, los coleccionables que se consiguen con el diario más cupón.

Hay puestos de comida en todos los pabellones y, por lo menos ese viernes, largas filas. Almorzar allí ronda los 140 pesos argentinos, unos 280 uruguayos, y la oferta se limita a pizzas, panchos y poco más.

Como un ser vivo, la feria parece no parar nunca. En varios stands a toda hora hay presentaciones de libros o mesas redondas con concurrencia variada. Se reparte un diario gratuito con todo lo que hay para hacer ese día.

Las actividades más concurridas son a la noche y cuando vienen figuras conocidas como, por nombrar los de este año, Mario Vargas Llosa, Arturo Pérez Reverte o Carlos Ruiz Zafón. Otros no tienen la misma suerte. A la tarde, en el stand de la Asociación de Escritores Argentinos, una chica con aspecto punk, un señor de pintoresca elegancia y una señora esperaban detrás de su libro de edición de autor que alguien reclamase un autógrafo. Sucesivamente conversaron con una espontánea que quizás les habló con interés pero estaba claro que no iba a comprarles el libro. A un costado, el stand de Planeta era un hervidero de gente.

El anuncio en una editorial chica de que a la noche iba a estar Liniers (el dibujante de la serie Macanudo que tiene una reedición de Cosas que te pasan si estás vivo) prometía una audiencia masiva. En un coqueto saloncito de la municipalidad de Buenos Aires había una mesa redonda sobre educación y cultura en la que participaban unas 30 personas. Nada mal.

Muchas de las presentaciones se hacen en las salas con nombre de escritores argentinos que se reparten en todo el predio de la Rural. En una de ellas, la Bioy Casares, que está en el edificio más moderno del lote, ese viernes se presentaba Clandy, la crónica ficcionada que hizo el fallecido embajador británico Gordon Jackson sobre su secuestro por los tupamaros. Unas 20 personas concurrieron para la ocasión y todas recibieron una simpatiquísima bienvenida de la traductora y promotora del libro, Luisa Peirano.

Presencia uruguaya.

En el stand de Uruguay, unas cuatro o cinco personas revisaban los estantes y otra sentada leía sobre Zitarrosa. Allí están presentes, auspiciadas por el Ministerio de Educación y Cultura, todas las editoriales nacionales. También hay discos.

Las ventas de libros uruguayos han ido bien y siempre hay interés, dicen los encargados. Una vez más el gran éxito es Poesía completa de Idea Vilariño, pero de los 15 ejemplares que había de Al rescate de los Shakers solo quedaban dos y estaban por llegar sus autores, Daniel Grigera y Mario Antonelli, a firmar libros.

La editorial Criatura es la única uruguaya con un stand propio en la feria.

Se sabe que Argentina está cara. El montevideano, la biografía de Jaime Roos en el stand de Planeta, por ejemplo, cuesta 420 pesos argentinos, unos 840 uruguayos; en Uruguay sale 550. Ese mismo rango se repite con todas las novedades. Lo que sí hay es mucha mesa de saldos con títulos variados y mucho libro que por razones de mercado no llega a Uruguay.

La feria es, además, la celebración del libro tradicional como la gran plataforma de lectura. El libro digital tiene un espacio limitado al stand de un sponsor y los escolares y liceales harán cola para probar la realidad virtual, pero allí es el reino del viejo y querido libro. Es mucho papel y uno siente cierta culpa ambientalista pero, qué se la va a hacer, igual no deja de husmear entre tanta oferta buscando ese volumen tan especial que cierre una tarde de paseo entre tantos, pero tantos libros.

Una agenda cargada y con uruguayos

La 43ª Feria del Libro de Buenos Aires va hasta el lunes 15 en el predio ferial de la Rural que está por Santa Fe a la altura de Plaza Italia en Palermo. La entrada cuesta 70 pesos argentinos (unos 140 uruguayos).El fin de semana hay muchas actividades y algunas involucran a uruguayos. Mañana viernes, a las 18:30, la Cámara Uruguaya del Libro presenta Milocanroll: Milonga, Candombe y Rock and Roll sobre "leer y escuchar: libros sobre música uruguaya". La música la ponen Spuntone y Mendaro y participan Guilherme de Alencar Pintos, Andrés Torrón, Gustavo Aguilera, Humphrey Inzillo y Gabriel Lagos. Y el domingo a las 16:00, Jaime Roos presenta El montevideano, su biografía escrita con el periodista Mariano del Mazo.

Y de acá al cierre hay también atracciones internacionales.

El domingo a las 15:30 en la sala Borges, Fito Páez presenta sus libros Diarios de viaje y La puta diabla, y a las 18:00 estará el premio Nobel sudafricano J.M. Coetzee en una charla titulada El año de Zama: el estreno en cine y la consagración internacional de la gran novela de Antonio Di Benedetto. También estará la directora de cine Lucrecia Martel.

A la misma hora, estarán el guionista de televisión Jeffrey Lewis (ganador de dos Emmy por El precio del deber) y Alejandro Dolina presentando el libro La venganza será terrible junto a Gabriel Rolón.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Feria del Libro de Buenos Aires. Foto: Reuters

FERIA DEL LIBRO DE BUENOS AIRES

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