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El psicoanalista como best seller

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Las historias de psicoterapia se abrieron su propio camino en la literatura. Y en esto, Irvin D. Yalom tiene bastante que ver. En 1980, este psicoanalista estadounidense publicó Verdugo del Amor, donde en forma de relatos, reproduce sesiones de sus pacientes, contando sus historias íntimas y abriendo las puertas del consultorio de un psicoanalista.

Su influencia se percibe en distintas obras. Desde In Treatment, la exitosa serie de HBO, hasta Historias de Diván, del argentino Gabriel Rolón, que también se convirtió en serie de televisión.

En 1992 con El Día que Nietzsche lloró, Yalom saltó a la novela, comulgando la historia real entre el pensador alemán y su médico con la filosofía y la psicoterapia. Es un poco difícil imaginarse a Nietzsche sometiéndose a una cura verbal para sus fantasmas, pero Yalom lo hizo de modo coherente y entretenido, en una novela que constituye una atractiva puerta de entrada al mundo de Friederich Nietzche. El libro tuvo gran éxito y Yalom seguiría explorando estos vínculos entre filosofía e historia en novelas como Un año con Schopenhauer y El enigma Espinoza. Como era de esperarse, los críticos atacan el rigor histórico de sus novelas —muchos no están familiarizados con el concepto de licencia literaria— pero esto no le impidió a Yalom convirtirse en un best seller mundial. Y la verdad es que sus novelas son entretenidas.

En Criaturas de un día, Yalom vuelve a la fórmula original y cuenta la historia de 10 pacientes. Como es habitual en este formato, los nombres reales fueron modificados, salvo en el caso de Ellie, una enfermera que busca enfrentar los temores de sus últimos meses antes de ser derrotada por un cáncer.

Por el diván pasan personajes como Paul, un escritor que sufre un bloqueo creativo de 40 años; Natasha, una exbailarina a la que un cartel le despierta la angustia de un amor fallido e idealizado; Alvin, un radiólogo con problemas de relacionamiento que después de 30 años vuelve al consultorio; o Rick, un jubilado de nueve oficios al que le cuesta adaptarse a su nueva realidad.

Criaturas de un día no llega a la altura de los anteriores trabajos de Yalom, pero no está mal. Yalom escribe bien, y el libro, al estar formado por historias breves y de diálogos ágiles, se lee fácilmente. Los amantes del género lo disfrutarán. Para quienes sea el primer acercamiento, mejor recurrir a Verdugo del Amor.

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