Muestra de Leonilda González hasta el 7 de mayo.

Uno entra al Museo Nacional de Artes Visuales y está entre lo primero que ve. En la Sala 1, justo antes de llegar al salón principal, cuelgan los grabados de Leonilda González, una artista que falleció el pasado 4 de enero.

La potencia expresiva de la serie "Novias revolucionarias" es tal que le sigue hablando al espectador de hoy, aunque las obras de la serie sean de 1968. En parte por la destreza técnica de González. En parte, también, porque las temáticas que pueden inscribirse en a serie —feminismo, género, equidad, roles tradicionales— aún están candentes.

A la serie "Novias revolucionarias" se le agregaron unas pocas obras que no forman parte de ella, para intentar abarcar algo más de la personalidad artística de González, figura fundamental del grabado en Uruguay. Además de ser una artista relevante por su obra, González también fue activa en la fundación del Club del Grabado de Montevideo, en 1953, y obtuvo reconocimientos como e lPremio Adquisición del Salón Municipal, el Primer Premio de xilografía de Casa de las Américas (Cuba) y el premio El Galpón justamente por "Novias revolucionarias, III". Además, en 2006, obtuvo el Premio Figari por su trayectoria en las artes visuales uruguayas.

"Creo que su período más fecundo hay que ubicarlo en los veinte años anteriores a su exilio, es decir, aproximadamente, entre 1953 en que se funda el Club de Grabado de Montevideo y 1973, en que se consuma el Golpe de Estado. Es un período conocido por su carácter convulso pleno de nuevas propuestas culturales alineadas con una utopía social y política revolucionaria que alentó a la mayoría de los artistas", expresó a El País Gabriel Peluffo Linari, investigador y experto en artes plásticas, quien además conoció a González y que coordinó la muestra y el libro Club de Grabado de Montevideo: 1953-1993, en 2012.

Ahora, la serie —que Peluffo define como lo más peculiar de su producción— forma parte de la Sala 1 del Museo Nacional de Artes Visuales. Pero aún con todos estos logros, el nombre de Leonilda González es, en comparación con otros, poco conocido. Y sus obras, menos.

"No me sorprende que sea así", dijo a El País el director del museo, Enrique Aguerre. "Ni yo las conocía de esta forma, expuestas, porque hasta ahora había visto sus obras en el almacén del museo".

Aguerre dice que en parte eso se debe a que González nunca tuvo, por ejemplo, una muestra individual en ese museo. Como tampoco lo tuvieron muchas otras artistas mujeres.

Aguerre agregó otro dato: "El museo existe desde 1911. Y en 1995 se hizo la primera muestra individual de una artista mujer, Amalia Nieto. Y artista mujer uruguaya, porque diez años antes de eso, hubo una de una artista argentina".

No solo Leonilda González estuvo fuera de la vista. Otras artistas mujeres uruguayas también tienen obras algo escondidas. "En el museo tenemos unas 6.400 obras, y de esas hay unas 1.000 de Petrona Viera, que tampoco ha tenido una muestra individual. ¿Cómo explicamos esa discriminación? Ahora estamos trabajando en una muestra así porque Viera es muy importante, más allá de lo anecdótico, eso de que fue una artista mujer en los 40, sorda, hija de un presidente...", dice Aguerre.

"Pero volviendo a González: quisimos homenajearla porque falleció hace poco, pero más allá de eso es una artista muy grande, poco conocida y con una obra tremenda".

También para Aguerre es llamativa la vigencia de las "Novias". "En estos tiempos, en los cuales se debate mucho sobre la violencia de género, en los que hace poco hubo una marcha multitudinaria, sus Novias revolucionarias parecen hechas ayer".

"Como artista creo que la define el grabado xilográfico, aunque tiene también obra como pintora y dibujante. La define en el sentido de que, además de tratarse de una técnica sobre la que tenía pleno dominio", opinó Peluffo Linari sobre esta artista, cuya muestra irá hasta el domingo 7 de mayo.

FABIÁN MURO

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