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"Pinté día y noche, durante 55 años"

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Ignacio Iturria, un artista fundamental. Fotos: Darwin Borrelli
Nota a Ignacio Iturria, por exposicion de dicho artista en el MNAV, Mvdeo., ND 20150707, foto Darwin Borrelli
Archivo El Pais

Se inaugura el Museo del Parque Rodo, una retrospectiva de la obra de Ignacio Iturria entre 1982 y 2015. Es un evento cultural de los trascendentes del año.

Enrique Aguerre, director del Museo Nacional de Artes Visuales, viene llevando adelante una línea de trabajo que conjuga exhibir obras de grandes autores, y a la vez mostrarlas al gran público.
De hecho, el museo del Parque Rodó, como lo suele llamar la gente, se ha integrado más al paseo familiar en el que está ubicado. Una carta fuerte en la programación del gran museo oficial se juega hoy, con la apertura de la muestra Ignacio Iturria: pintar es soñar, que abarca tres grandes salones y más de un centenar de obras del artista uruguayo.

La exposición se dispuso de manera tal de recibir al visitante con una primera sección llamada Las enseñanzas del juego, en la que reúne, en la planta baja, un conjunto de trabajos de buen tamaño que trabajan sobre lo lúdico, aunque ese aspecto se repite en muchas obras del pintor. Un sofá con forma de elefante es un claro ejemplo. También el elefante será un motivo que se repita a lo largo del recorrido. El carácter lúdico de esa primera sala seguramente dialogará bien con la sensibilidad de los niños, que especialmente los fines de semana inundan el lugar. Además, la sala está rodeada del acervo del museo, hecho estratégico que permite que los trabajos de Iturria se puedan comparar con los antiguos pintores uruguayos, con los que comparte temas y colores.

Escalera arriba, la Sala Cuatro invita a recorrer Las redes del mundo, que refleja una mirada de Iturria más comprometida, que observa y juzga la sociedad y sus contradicciones. Dos secciones más, en la misma planta, se abordan aspectos vinculados con el vínculo del hombre y lo divino, y con el mundo onírico, siempre con fronteras temáticas borrosas.

Alguien se puede sorprender, en un primer momento, que el curador de la exposición sea un español, tratándose de un artista tan uruguayo. La razón radica en la trayectoria del madrileño José Jiménez y sus vínculos con la obra de Iturria, al que ha difundido mucho, sobre todo en Europa.

"Cuando organizo una exposición me interesa hacerla accesible a los públicos, que son plurales. Para eso busco un concepto, que permite un itinerario de lecturas muy abiertas. A veces las muestras se organizan por períodos cronológicos y creo que eso no es interesante", contó Jiménez a El País.

"Me parece más interesante, en un artista como Iturria, mostrar la continuidad de su trabajo. Acá hay obras desde 1982 a 2015, y se mantienen los mismos problemas, las mismas preguntas. Por eso me pareció mejor proponer cuatro ejes temáticos", agrega el curador, quien eligió el centenar y pico de obras expuestas, entre unas 1500, que a su vez integran unas 6000 mil, del acervo de Iturria.

Por su parte, el artista rechaza bastante la palabra "retrospectiva". "Si hay algo claro, es la cantidad de obras que he pintado. Estarán bien o mal, pero lo que sé es que pinté y pinté, día y noche, durante 55 años, metido adentro del estudio. ¿Cómo hacer una retrospectiva de todo eso, cuando pasé por papeles, cartones, infinidad de cosas, y casi todas hechas atentamente, con mucha intención, aunque sea un papelito. ¿Cómo puedo yo elegir? Yo no lo podría hacer", dice el pintor.

Y agrega: "Esta es la mirada del profesor José Jiménez, en la que yo no tengo la menor intervención. Confié totalmente en su mirada. La primera vez que recorrí ahora la exposición me sorprendió, hay bastantes cuadros pero no está pesado. Me gusta como Jiménez lo vio, como él me ve".

El curador destaca la importancia que el juego tiene en la obra de Iturria, quien también le da una dimensión filosófica. "En el caso de Iturria creo que la niñez de algún modo permanece, y a su vez de allí toma procesos de enseñanza de la vida", reflexiona Jiménez, que a la hora del balance sostiene que en la exposición ha quedado "Iturria en completo, pero en síntesis".

Por otra parte, la exposición tiene un rincón que reproduce el ambiente del taller de Iturria, sumando sentidos y estímulos para el visitante. También se destaca la presencia de objetos intervenidos pictóricamente, los juegos con obras con espejos, las referencias al arte pop y los guiños al paisaje montevideano, aunque el curador buscó no dar demasiada presencia a ese aspecto, a fin de darle un perfil a la exposición que sea más accesible a públicos de otras geografías. Al respecto, existe la idea de llevar esta gran exposición al exterior.

Hay en la obra de Iturria un gusto por la paleta baja, que el artista explica así: "No tengo una razón. Cuando dejé de pintar el paisaje y empecé a trabajar más con la memoria, siento que mi recuerdo tiene ese tinte de ese color, con ese perfil psicológico. Y no solo yo, la gente de Montevideo, todos teníamos como un estado de ánimo. Y el siglo XX no daba para un gran festejo de color, y de estridencia. Ahora que empecé con los colores, es porque siento que el siglo XX terminó: también a Montevideo lo veo lleno de luz, festivo y lleno de cultura".

"Todos los pintores buscamos un cuadro, y uno puede ayudar a otro".

"Afectivamente, el cuadro que más me conmueve es el que hice sobre mi padre, y tiene algunas partes que están incompletas, pero esas partes que faltan, ahora, con el tiempo me doy cuenta por qué no las terminé. Para mí ese cuadro es todo alma, él flota, casi no tiene pies, no tiene manos. Cuando lo volvía a ver… siempre me impresiona mucho. Lo tuve mucho en mi taller, y hasta tiene algunas manchas, que quedaron en el estudio. Ahí paré. Por algo paré ahí", comenta Iturria sentado en una silla, rodeado de sus obras, con la exposición en elaboración.

Efectivamente, del conjunto que se expone, hay algunos cuadros fuertemente autobiográficos. "Hay dos cuadros que son directamente mi casa, donde pasé mi niñez y me juventud, con mis hermanos: y está mi madre, dando clases hasta últimas horas de la noche a alumnos que venían a casa. ¿Y no sé por qué están esos marcianos verdes ahí? Está todo como dentro del sueño, del surrealismo. Vaya a saber qué representan. Porque el recuerdo que yo tengo es del sentido, no es una foto de la realidad. Son exaltaciones de impresiones que me causaba aquella casa", comenta el pintor.

"No todas mis obras parten del mismo estado de ánimo; aunque en el resultado se pueda percibir algo de tristeza, fueron pintadas con buen humor. Porque para mí es un festejo pintar, y mi obra está lejos de querer representar el desánimo. Es decir, tomo temas oscuros, difíciles, pero para ponerles la inyección del ánimo. Quiero redimir la catástrofe", señala, agregando que "uno con su obra va armando como una historieta, que luego a veces hay que ordenar. Y las obras, en secuencia, como que se van complementando entre ellas. Como que todos los pintores estamos buscando un cuadro. Y un pintor puede ayudar al otro".

Pintar es soñar se abre hoy a las 19 horas y se podrá visitar hasta el domingo 6 de septiembre, de martes a domingo de 14 a 19. Entrada libre.

Mirar las obras de arte es igual que nadar.

José Jiménez, curador de la exposición, aporta también un par de consejos sobre cómo aproximarse a una obra de arte. "Creo que una cuestión muy importante es dejarse llevar. Y también entender que mirar una obra de arte es un proceso de aprendizaje, que requiere de un cierto acomodo. En mis clases en la universidad siempre digo que mirar obras de arte es un proceso similar al de la gimnasia, la natación, o montar en bicicleta. Al principio te puedes sentir poco hábil, pero poco a poco vas desarrollando capacidad para mirar y comprender, y como en la natación, puedes llegar a desarrollar estilos. Entonces yo lo que recomiendo es abrirse, no tener prejuicios, y dejarse llevar: poco a poco se va notando una profundidad de comprensión cada vez mayor", aconseja el connotado profesor de estética.

Ignacio Iturria, un artista fundamental. Fotos: Darwin Borrelli
Ignacio Iturria, un artista fundamental. Fotos: Darwin Borrelli
Ignacio Iturria, un artista fundamental. Fotos: Darwin Borrelli
Ignacio Iturria, un artista fundamental. Fotos: Darwin Borrelli
Ignacio Iturria, un artista fundamental. Fotos: Darwin Borrelli
Ignacio Iturria, un artista fundamental. Fotos: Darwin Borrelli
Ignacio Iturria, un artista fundamental. Fotos: Darwin Borrelli
Ignacio Iturria, un artista fundamental. Fotos: Darwin Borrelli
Ignacio Iturria, un artista fundamental. Fotos: Darwin Borrelli
Ignacio Iturria, un artista fundamental. Fotos: Darwin Borrelli
Ignacio Iturria, un artista fundamental. Fotos: Darwin Borrelli
Ignacio Iturria, un artista fundamental. Fotos: Darwin Borrelli
Iturria y el curador de la muestra, José Jimenez
Iturria y el curador de la muestra, José Jimenez
Una perspectiva de la muestra en Museo Nacional de Artes Visuales.
Una perspectiva de la muestra en Museo Nacional de Artes Visuales.

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